
Devaluación del (salario) docente y modulación de conductas
Preparo unos apuntes antes de dar una clase pública para docentes universitarios. El modelo de clase que tantas veces recibí como estudiante y el que reproduje durante el semestre insiste en aparecer, y se me presenta como evidente imitar de una forma más o menos creativa el molde. Aunque ese ordenamiento no es mío, porque lo advierto como tradicional y clásico pero insuficiente. Siento la necesidad entonces de ser sincera para que podamos desterrarlo colectivamente en las aulas, en lo micropolítico de grupos docentes que quieren hacer otra cosa distinta, que no saben bien cómo, pero sí se saben acompañados por otres que quieren lo mismo. Por Romina Andrea Barboza.