En el mundo, crecen las manifestaciones contra la gestión del coronavirus
En países como España, Alemania, Estados Unidos y Brasil, miles de personas se han manifestado para denunciar las restricciones impuestas por los gobiernos para frenar el coronavirus. La mayoría son activistas de ultraderecha y conspiracionistas.
Por Lucas Gatica, desde España, para La tinta
El coronavirus está cambiando nuestra vida cotidiana y nuestras sociedades, y está claro que la realidad ya no será la misma que teníamos al inicio de 2020. Para algunos, esta “nueva normalidad” compromete los derechos básicos: movilizarse, reunirse, abrir comercios, vivir.
Esta semana, gran parte del territorio español entró en la fase dos de la desescalada de la cuarentena sanitaria. Las medidas de confinamiento empiezan a flexibilizarse y se ve luz al final del túnel. La tendencia de fallecimientos se mantiene a la baja, cumpliéndose ya más de una semana por debajo de los 100 muertos diarios, con escasos ingresos en UCI y menor número de contagios. Al inicio de esta semana, en España, han muerto casi 27.000 personas y hay más de 235.000 infectados registrados por el nuevo virus.
En ese contexto, hace varios días que se están realizando protestas contra la gestión del gobierno central, convocadas por un colectivo heterogéneo y poco organizado. Entre los discursos que mueven a los protestantes, están las ideas de que el gobierno coarta los derechos e, incluso, para una minoría, que un grupo de poder ha creado el virus y los gobiernos lo utilizan siendo conscientes de ello.
También en otros países del continente, se dieron manifestaciones. En Alemania, por ejemplo, el colectivo “Resistencia democrática” se manifiesta movido por la creencia de que las medidas adoptadas por las autoridades son el principio de un régimen autoritario y suponen una vulneración de las libertades individuales. La fauna en este tipo de protestas va desde militantes extremistas y complotistas hasta anti-vacunas y personas ansiosas por las simples restricciones de movimiento.
El caso de Estados Unidos es particular. Allí, hace más de un mes que empezaron las movilizaciones en contra del confinamiento. En este país, existe una antigua tradición que se opone ante cualquier autoridad que diga lo que hay que hacer. Todo lo que venga de arriba e intente modelar la vida de los norteamericanos se encontrará con este grupo. El caso de las armas es paradigmático. Cada vez que se ha intentado regular el uso y venta de las armas de fuego, aparecen asociaciones y colectivos que acusan al gobierno estadounidense de turno de malvado y comunista. Y suelen hablar del gobierno como una entidad abstracta, como un poder controlador.
Ahora bien, lo que comparten los convocados a las protestas en España, Alemania o Estados Unidos es el argumento económico: hay que salir del confinamiento para que la economía no se detenga. Es indiscutible que el confinamiento pega fuerte en la economía, pero los expertos señalan que el daño será mayor si se levantan las restricciones demasiado rápido y que esto podría traducirse en un rebrote de los contagios. También, en estas movilizaciones, suele escucharse la profecía de que, detrás de la pandemia y las medidas restrictivas, se encuentra el comunismo. Las protestas estuvieron colmadas de banderas y de discursos nacionalistas, y fueron protagonizadas por grupos pequeños, pero muy irritados y que se hacen oír.
Así, a lo ancho del planeta, se desatan protestas empujadas por grupos radicales que se mueven basados en conjeturas conspiratorias, relacionadas con que el confinamiento vulnera los derechos humanos. Aunque lo más alarmante es que diferentes políticos apoyan y promueven esas protestas: Jair Bolsonaro en Brasil, Donald Trump en Estados Unidos, Vox y el Partido Popular (PP) en España.
En las manifestaciones de los últimos días en España, lo que primó ha sido la idea de que el gobierno tuvo una reacción exagerada ante la pandemia y que es consciente de ello, por eso, utiliza la cuarentena para coartar libertades y para su propio beneficio. El fin de semana, cientos de conductores se unieron en una manifestación de autos, convocada por el partido de extrema derecha Vox, para protestar por el manejo de la crisis sanitaria por parte del presidente Pedro Sánchez.
En Ciudad Real, por ejemplo, los manifestantes hicieron presencia conduciendo por el centro de la localidad, tocando bocina y agitando banderas españolas, mientras que otros ciudadanos organizaron una contra-protesta desde las veredas. La manifestación ha sido bautizada por Vox como “Caravana por España y la Libertad” y la posición del partido es que las restricciones impuestas por el mandatario español violan los derechos constitucionales de la ciudadanía.
Previamente a esa caravana convocada por Vox, en varios barrios acomodados de Madrid, centenares de personas salieron a las calles, cacerola en mano, para pedir la dimisión del presidente. Por todo el país, hay manifestaciones y no es raro ver incidentes violentos entre ciudadanos y agresiones a periodistas. El sábado pasado, un fotógrafo del diario La Razón sufrió una agresión en la caravana organizada por Vox en Madrid. La cúpula del partido, al ser consultada por esta agresión, restó importancia al hecho y se desentendió de toda responsabilidad, achacando la culpa a “infiltrados de extrema izquierda”.
En definitiva, aunque medio mundo se encuentre confinado para tratar de combatir y frenar la extensión del coronavirus, algunas personas llevan, desde entonces, manifestándose irresponsablemente por creer que el confinamiento vulnera sus derechos.
*Por Lucas Gatica para La tinta / Foto de portada: EFE