Lacalle Pou: un inquilino en el poder
El #8M será la primera gran movilización que tendrá el nuevo gobierno de derecha en Uruguay y se espera que sea masiva.
Por Azul Cordo para Latfem
El 1 de marzo asumió el nuevo gobierno en Uruguay. Eso significa el fin de 15 años de gobierno progresista, a cargo del Frente Amplio (FA) -con las presidencias de Tabaré Vázquez y José Mujica-, con una década de “crecimiento robusto”, según el FMI. Y es el comienzo del mandato de Luis Lacalle Pou, que logró ganarle al FA por un margen de 37 mil votos en noviembre pasado, gracias al armado de una coalición opositora “multicolor” de orientaciones conservadoras y de derecha, que reúne a los partidos Nacional -que integra el mandatario-, Colorado, Independiente, de la Gente y el novel partido militar Cabildo Abierto.
El gobierno que asumió todavía no designó a todos los jerarcas para el recambio, por lo que ha pedido que algunos del FA se queden hasta que designen nuevas autoridades. Esta nueva gestión, a su vez, impulsa un anteproyecto de Ley de Urgente Consideración (LUC) -que ha encontrado críticas y grietas desde organizaciones sociales hasta algunos integrantes del partido de gobierno, por proponer cambios en políticas de seguridad, de educación, en materia de libertad de expresión, y básicamente desregula instituciones sociales para promover el libre mercado, achicando el Estado social y ampliando el Estado penal-.
Serán cinco años de un gobierno que ganó por poco margen y que dejará de hablar al pueblo, a la manera que Mujica tenía acostumbrades a les uruguayes, para hablar en primera persona, desde una perspectiva de innovación y emprendedurismo, teniendo como objetivo “buscar la felicidad en cada uno de nosotros, por el camino que cada uno quiera recorrer”, como dijo el presidente electo.
La principal bandera de Lacalle Pou, hijo del ex presidente Luis Alberto Herrera -que gobernó Uruguay entre 1990 y 1995-, ha sido la “alternancia”. Cambiar, como un valor en sí mismo. Palabras que resuenan en la América del Sur. Con un plan anunciado con líneas muy generales en campaña, que empieza a tomar cuerpo con la LUC y sus 457 artículos, cuyos contenidos se conocieron recién a fines de enero. Un plan que antepone la urgencia de abordar el “problema de la inseguridad” por sobre los cambios que se sospecha dará el gobierno en derechos laborales, seguridad social, políticas públicas, distribución del ingreso, liberalización de los mercados.
Vienen con fórmulas sabidas. Promesas de abrir los mercados, “achicar” el Estado, privatizar servicios públicos (como el agua y la energía, que en Uruguay se mantuvieron bajo la gestión de entes estatales a pesar de la ola privatizadora de la década de 1990 en el Cono Sur, gracias a que fueron defendidos por plebiscitos populares), y militarizar (calles y fronteras).
La LUC supone -entre sus cientos de artículos- cambios en normas penales, en el proceso penal, en profundizar la privación de libertad para adolescentes y adultos, en habilitar la legítima defensa policial. El articulado se discutirá en el parlamento, pero ya hay numerosas críticas, por lo que el texto final podría cambiar.
Durante el discurso de asunción este domingo, Lacalle Pou no hizo anuncios muy concretos, más bien puntualizó algunas promesas, pero dejó en claro que su primera reunión como gobernante sería el lunes junto al ministro del Interior, Jorge Larrañaga, y los 19 jefes policiales, “para dar indicaciones de táctica y estrategia”.
Ante un autodiagnóstico de “crisis en seguridad humana” en el Uruguay (donde en 2019 hubo 705 suicidios consumados, frente a 422 personas muertas en accidentes viales y 391 por homicidios), el presidente dijo que “estamos ante una emergencia” y que, si bien el presupuesto en el Ministerio del Interior se ha multiplicado por cuatro desde 2005, “a pesar de enorme gasto, el deterioro es mayor”.
“Vamos a introducir cambios en materia penal, procedimiento penal, apoyo legal y moral a los uniformados de azul: vamos a cuidar a los que nos cuidan -dijo Lacalle Pou-. No estamos dispuestos a ceder territorio a la delincuencia y el narcotráfico. Vamos a perseguir el abigeato. Vamos a recuperar el control de cada rincón de nuestra patria y de las cárceles”. Para hacerlo, el ministro de Defensa, Javier García, planea aprobar un nuevo decreto durante la primera semana de marzo “que amplía las potestades de los militares en la frontera en comparación con la reglamentación actual”, según informó La Diaria.
En diciembre de 2019, el Consejo de Ministros de Tabaré Vázquez aprobó un decreto que regula el patrullaje y control militar en un perímetro de 20 kilómetros de la frontera uruguaya. Pero García quiere brindar una reglamentación nueva que amplíe las funciones de militares en territorio nacional. El jerarca prevé la presencia de entre 500 y 1.000 efectivos militares desplegados en todo el país, “con funciones de disuasión y represión del delito”, que además podrán actuar con funciones policiales a una distancia de 20 kilómetros hacia dentro de la frontera. Si se aprobara la LUC tal como está, los militares también tendrían más potestades para actuar bajo “legítima defensa”. Los primeros patrullajes se esperan para la segunda quincena de marzo.
“Atravesamos procesos de anomia por ausencia o conflicto con las normas que distorsionan relaciones pacíficas”, dijo Lacalle Pou en su discurso de asunción. No se sabe si era parte del diagnóstico de lo que heredaba, o estaba haciendo predicciones.
Prácticamente no criticó lo que hereda. “No se trata en la transmisión de mando de tierra arrasada. Nos negamos a que esta etapa sea cambiar una mitad por la otra. La unión es lo que nos piden los uruguayos. Por eso estamos aquí, para continuar lo que se hizo bien. Para corregir lo que se hizo mal y sobre todo para hacer lo que no se supo o no se quiso hacer en estos años”, aseguró Lacalle Pou durante su asunción.
A nivel regional, el presidente dijo que “no debe importar el signo político de cada uno de los gobiernos del Mercosur, y que hay que dejar de lado estas cuestiones ideológicas para fortalecer al bloque en el concierto internacional”.
“Llegó la hora de hacerme cargo”. En ese tono individualista cerró su oratoria al asumir su cargo ante la Asamblea General. Lo aplaudieron Sebastián Piñera, Iván Duque, Jair Bolosonaro y el Rey de España. El jerarca se encargó de aclarar que se invitaba a los que él quería, y él no quería la presencia de los mandatarios de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El #8M será la primera gran movilización que tendrá este gobierno, y se espera que sea masiva por tercer año consecutivo, con más de medio millón de personas marchando en Montevideo y otras miles con organizaciones feministas en cada departamento del país.
Marcarán sus pasos y demandas ante un gobierno donde la paridad de género está lejos de ser cumplida. Además de la vicepresidencia de la República a cargo de Beatriz Argimón, de los 41 cargos sólo siete serán ocupado por mujeres, con las ministras Azucena Arbeleche (Economía y Finanzas) e Irene Moreira (Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente); las sub-secretarias Carolina Ache (Relaciones Exteriores) y Ana Ribeiro (Educación y Cultura), y las directoras generales de secretaría Macarena Rubio (Industria, Energía y Minería), María Maldonado (Ganadería, Agricultura y Pesca) y Valentina Arlegui (Trabajo y Seguridad Social). No hay mujeres en la secretaría ni en la pro-secretaría de Presidencia, ni en la Corporación Nacional para el Desarrollo, y en el parlamento solo hay 19 por ciento de representación femenina.
En 15 años del Frente Amplio quedaron temas por abordar, indicadores por mejorar, especialmente para ese 8 por ciento de la población uruguaya que sigue en el núcleo duro de pobreza. Pero los multicolores no heredan tierra arrasada. Lacalle Pou se definió como un “inquilino del poder”, y aclaró tautológicamente: “somos inquilinos transitorios”. “La política y el gobierno son eso, servicios. Nosotros somos empleados -describió sobre la función pública que ocupará durante un lustro-. Queremos tener relación transparente con nuestros empleadores”.
Habrá que atestiguar qué dejan en cinco años.
*Por Azul Cordo para Latfem