“El pueblo saharaui lucha por algo que le es innato y propio: la razón de existir”

“El pueblo saharaui lucha por algo que le es innato y propio: la razón de existir”
28 octubre, 2019 por Leandro Albani

Los saharauis son un pueblo de África que, desde 1975, sufren la ocupación ilegal de su territorio por parte de la monarquía de Marruecos.

Por Leandro Albani para La tinta

Al pueblo saharaui “lo une un denominador común: la lucha y la resistencia por recuperar sus derechos legítimos y su territorio, que ha sido ilegalmente ocupado por un país vecino, que es Marruecos”, sintetiza Ahmed Fal Emhamed, representante en Argentina del Frente Polisario (Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro).

En diálogo con La tinta, Fal Emhamed resume la historia y la actualidad del Sahara Occidental en pocas palabras. La realidad de ese territorio ubicado sobre las costas africanas del océano Atlántico y que tiene una extensión de 284 mil kilómetros cuadrados, “es todavía un tema pendiente en Naciones Unidas”. Al Sahara Occidental se lo considera la última colonia de África, bajo el férreo control de la monarquía marroquí, que invadió el territorio el 31 de octubre de 1975.

“Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad y el Comité de Descolonización siguen discutiendo cada año el tema del Sahara Occidental como algo pendiente de descolonización”, explica el representante del Frente Polisario.

El pueblo saharaui, conformado por unas tres millones de personas, se encuentra repartido en tres partes. Pese las divisiones impuestas, todos y todas exigen la autodeterminación y el respeto de sus derechos. La ocupación ilegal de Marruecos desde 1975 desencadenó que miles de saharauis tuvieran que exiliarse, otra parte refugiarse en los campamentos en la provincia de Tinduf, en el sur de Argelia, y el resto vivir en su territorio originario bajo la represión de las fuerzas de seguridad marroquíes.

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Ahmed Fal Emhamed, representante del Frente Polisario / Imagen: La tinta

—¿Cuáles son las razones que todavía esgrime Marruecos para mantener la ocupación?

Marruecos no tiene ninguna razón ni jurídica ni política ni histórica sobre el Sahara Occidental. En 1975, Marruecos planteó a Naciones Unidas que tenía reivindicaciones históricas sobre el Sahara Occidental y, para eso, alegó una infinidad de documentación, justificando que el territorio le pertenecía. Naciones Unidas, a través del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, que es el máximo órgano jurídico que arbitra los contenciosos entre países, al estudiar durante más de un mes esta documentación, presentó un dictamen contundente y claro el 5 de octubre de 1975. El dictamen del tribunal, que es público, dice que Marruecos no tiene ninguna razón de soberanía sobre el Sahara Occidental. Por lo tanto, todas sus pretensiones están infundadas, entonces, no hay nada que impida al pueblo saharaui elegir libremente su destino mediante la implementación de un referéndum de autodeterminación, en el que el pueblo elija su destino. Marruecos hizo caso omiso a este dictamen y, un mes después, invadió el territorio por la fuerza. También lo invadió Mauritania por el sur. Pero, con ese dictamen, queda totalmente injustificada la presencia de Marruecos en el Sahara Occidental.


El pueblo saharaui, al igual que todos los pueblos de África, sufrió la ocupación europea después de la Conferencia de Berlín, de 1885, en la cual las potencias europeas se repartieron el territorio. Marruecos fue colonizado por Francia y el Sahara Occidental por España. Son dos colonialismos diferentes y, por lo tanto, los pueblos también son diferentes históricamente.


En la región, Marruecos es un país que tiene una tendencia expansionista. Después de su independencia de Francia, en 1956, Marruecos se fundó sobre un expansionismo territorial. Tuvo sus problemas con otros países vecinos, como Argelia, de quien quería parte de su territorio; y con Mauritania también. Marruecos tiene una filosofía de expansión y todo lo que está a su lado lo quiere hacer suyo.

—La ocupación de Marruecos, ¿también tiene que ver con los recursos naturales del Sahara Occidental?

—El Sahara Occidental está en una posición geográfica estratégica. Tiene una costa de 1.500 kilómetros de largo y está a 15 minutos en avión de las Islas Canarias. Una de las razones fundamentales por las cuales Marruecos invade el Sahara Occidental es la económica. En la costa saharaui, existe un banco pesquero con las más variadas especies en el mundo: hay pulpos, atún, sardina, todo tipo de mariscos. El Sahara Occidental tiene una de las mayores reservas de fosfato, que tiene una gran importancia para la agricultura. También existen indicios de petróleo y de gas natural, y hay minerales como el oro y el hierro. Todo esto hace del Sahara Occidental un país que atrae la codicia de Marruecos y es la razón de su invasión al territorio.

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—En la actualidad, ¿qué responsabilidad tiene España después de ser el país que colonizó el Sahara Occidental?

—España sigue siendo considerada por Naciones Unidas como administradora de facto, porque se retiró de forma irresponsable del territorio y no cumplió sus compromisos con Naciones Unidas, que venía exigiendo la autodeterminación del pueblo saharaui. España tenía la obligación de llevar a cabo un proceso de descolonización, pero su salida del territorio fue repentina con la muerte de Francisco Franco en 1975 y entregó el territorio a dos países vecinos, en contra de la voluntad de los saharauis y de lo que exigía Naciones Unidas. España es responsable por lo que sucede en el Sahara Occidental.


Actualmente, hay una solidaridad muy amplia del pueblo español con el Sahara Occidental y eso se debe a que, prácticamente, el pueblo español se siente solidario y cercano a los saharauis por esa página histórica y negra que ha dejado su gobierno. Existe ese cargo de conciencia y el pueblo español se siente responsable.


—¿Es posible que se realice el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui?

—Es Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad quienes exigen la autodeterminación desde 1960. Establecieron un plan, que nosotros habíamos firmado y Marruecos también, para llegar a una solución mediante la implementación del referéndum de autodeterminación. En ese referéndum, se plantean tres opciones: que el pueblo elija la independencia, la integración a Marruecos o que sea una autonomía dentro de Marruecos. Las tres opciones las hemos aceptado porque confiamos en la decisión del pueblo saharaui. Marruecos aceptó este plan en 1991, pero, cuando Naciones Unidas comenzó a trabajar y a determinar el cuerpo electoral, Marruecos se echó para atrás y empezó a bloquear todo el proceso de Naciones Unidas de implementar el referéndum.

—¿Cuál es la situación del pueblo saharaui, teniendo en cuenta la ocupación, con respecto a sectores como la salud y la educación?

—Está la parte del pueblo saharaui que vive en los campamentos de refugiados, bajo la administración del Frente Polisario y del gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que se proclamó el 27 de febrero de 1976. El Frente Polisario hizo un gran esfuerzo desde ese año hasta ahora: le dio una importancia fundamental a la educación, a la sanidad y a todo lo que tiene relación con la vida diaria en los campamentos de refugiados. Hemos alcanzado un nivel bastante importante en el proceso educativo de la población y, prácticamente, no tenemos ningún niño sin escolarización. La educación en los campamentos es obligatoria y gratuita. Este esfuerzo del gobierno de la RASD fue elogiado en diferentes ocasiones por organizaciones internacionales. Gran parte de nuestros jóvenes han tenido la oportunidad de estudiar en países amigos, como Argelia, Cuba, Venezuela, Panamá, España. Son jóvenes que estudiaron en la universidad y existen decenas y decenas de graduados para el futuro del Estado saharaui. La sanidad también es un ámbito que el gobierno de la RASD le da importancia. Para, al menos, atender toda la situación primaria de salud, ha construido dispensarios y hospitales, dirigidos y administrados por profesionales saharauis, y en cooperación con organizaciones internacionales que son solidarias, principalmente, de España y de Cuba.

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—¿Y cómo es la situación en el territorio que ocupa Marruecos?

—En ese territorio, la situación es diferente, porque es una población que vive bajo la ocupación y está privada prácticamente de todos sus derechos. Es una población discriminada, porque, desde 1975, Marruecos introdujo una infinidad de colonos marroquíes y esos colonos son los que se benefician de las riquezas del Sahara Occidental. La población saharaui está marginada de todo servicio social, de educación y salud, de sus riquezas naturales. Es una situación bastante difícil, porque la población es constantemente perseguida por las fuerzas de ocupación marroquíes. No existe el derecho a expresión ni a manifestarse. En las cárceles marroquíes, existen cientos de presos saharauis, jóvenes que fueron juzgados injustamente por el simple hecho de reivindicar el derecho de la autodeterminación del pueblo saharaui. Por participar en manifestaciones políticas, hay jóvenes que están cumpliendo cadenas perpetuas o condenas de 15, 20 o 30 años. La población también está privada del mundo exterior, no hay posibilidad de que la prensa internacional acceda al territorio porque es expulsada, ya que no puede tener contacto con la población. Cualquier intento de los periodistas por llegar es negado y son expulsados del aeropuerto de la capital marroquí.

—¿Cuál es la relación del Frente Polisario y de la RASD con los otros gobiernos de África?

—La RASD es miembro de la Unión Africana (UA) y somos un Estado con plenos derechos, al igual que cualquier otro Estado africano, por lo tanto, participamos en todas sus sesiones y cuando la Unión Africana se reúne con la Unión Europea (UE), India o Japón.

—Durante muchos años, el Frente Polisario tuvo que defender su territorio con las armas. En la década de 1990, suspendieron la vía armada. ¿Existe la posibilidad de volver a ese tipo de lucha?

Entre nosotros y Marruecos, hubo una confrontación bélica durante 16 años, que terminó el 6 de septiembre de 1991 cuando Naciones Unidas llamó a las dos partes del conflicto para firmar un plan de paz, iniciar un proceso de cese el fuego y entablar negociaciones directas para llegar a una solución pacífica. Las dos partes aceptamos y, actualmente, Naciones Unidas tiene una misión, llamada MINURSO, que es cívico-militar y que está en el territorio desde 1991. Su objetivo es la organización del referéndum de autodeterminación y la vigilancia del cese al fuego. Hasta el momento, la comunidad internacional no pudo hacer cumplir las resoluciones y lograr que Marruecos no ponga más obstáculos para encontrar una solución. Por eso, actualmente, existe una situación que puede estallar en cualquier momento. Hace 25 años que la comunidad internacional no puede llegar a una solución debido a la intransigencia de Marruecos y, en cualquier momento, se puede volver a las armas. Nosotros, por supuesto, esperamos no tener que volver a las armas, porque no somos un pueblo amante de la guerra ni nos gusta la violencia. Simplemente, queremos recuperar nuestro territorio y nuestro derecho a la autodeterminación. Todo esto nos gustaría recuperarlo por la vía pacífica y del derecho internacional.

—¿Cómo explica la construcción por parte de Marruecos del muro de más de 2.000 kilómetros que separa al pueblo saharaui?

Ese muro empezó a construirse en 1980 y finalizó en 1987. Marruecos no lo construyó solo, sino que tuvo el financiamiento de Arabia Saudí y de otras monarquías del Golfo Pérsico. También tuvo la ayuda de Francia y de Israel. Es un muro de 2.720 kilómetros de largo, está vigilado por soldados, tiene radares para detectar cualquier movimiento y está protegido por más de siete millones de minas antipersonales. El muro divide al territorio y a la población en dos partes, y se conoce como “Muro de la Vergüenza”, nombre que le dio el movimiento solidario internacional con el pueblo saharaui. Este muro recibe manifestaciones de militantes solidarios internacionales que reivindican su desaparición. Este muro es la faceta más inhumana de la ocupación de Marruecos.

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—Hay pueblos como el palestino y el kurdo que tienen luchas similares a las de ustedes. ¿Cómo es la relación con ellos?

—Son pueblos que también buscan su autodeterminación y su libertad, por lo tanto, tenemos relaciones de principios. Cualquier pueblo que lucha por algo justo y por algo que le pertenece, por principios, nosotros tenemos estrechas relaciones con ellos y de solidaridad plena y total con sus causas, como ellos con la nuestra.

—¿Por qué el pueblo saharaui no pierde la esperanza?

—No la pierde por la simple razón de que luchamos por la existencia misma del pueblo saharaui. Los saharauis tienen su historia, sus raíces propias, su idioma y sus costumbres, y, por lo tanto, es un pueblo, al igual que cualquier otro, que lucha por su existencia. Si no luchamos por eso, desaparecemos. Luchamos por algo que es innato y propio: la razón de existir.

*Por Leandro Albani para La tinta

Palabras claves: Derechos Humanos, Marruecos, Sahara Occidental

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