Bolsonaro en la ONU: El día de la bestia
El mandatario brasileño fue el encargado de abrir las sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, con un discurso arcaico y, por momentos, alucinado.
Por Jorge Montero para El Furgón
En su mensaje de apertura de la 74° Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio otra clase magistral de cinismo. El 24 de septiembre, negó que la Amazonía fuera “el pulmón del planeta”, criticó sin nombrar la actitud “neocolonialista” de Francia y Alemania, afirmando que los medios de prensa “engañan” respecto de los incendios en la región amazónica, y condenó ásperamente al “socialismo”, encarnado en “las dictaduras de Cuba y de Venezuela”.
Tampoco quedó fuera de su incontinencia verbal, el consabido ataque al “comunismo” corporizado por el Foro de Sao Paulo, “creado por Fidel, Lula y Chávez” en la década de 1990, y que propició “ataques ininterrumpidos a los valores religiosos”.
El periodista brasileño Eric Nepomuceno expresó sus sensaciones tras escuchar los improperios de Bolsonaro: “Al verlo y oírlo, volví a dar razón a los que dicen que, en este país mío, que se hunde a cada día, no hay espacio para la intervención política y, mucho menos, la militar, pero se necesita una intervención -urgente intervención- psiquiátrica”.
A lo largo de 32 largos minutos, el mandatario brasileño descerrajó acusaciones contra las ONGs, mandatarios extranjeros, medios de comunicación, desmintiendo datos científicos e imágenes satelitales: “Es un equívoco afirmar, como dicen los científicos, que la Amazonía, nuestra selva, es el pulmón del mundo”. A pocas horas de culminar la Cumbre contra el Cambio Climático, aseguró que “la Amazonía no está siendo devastada ni consumida por el fuego como dice mentirosamente la prensa”. Y, por supuesto, defendió su intención de permitir la explotación por parte de empresas privadas de las riquezas minerales de la región amazónica, ya que este es un “nuevo Brasil”, abierto al mundo.
Jair Bolsonaro la emprendió, entonces, contra Cuba, haciendo alusión a los casi 10.000 médicos cubanos que, hasta fines del año pasado, trabajaron en las zonas más apartadas de Brasil mediante planes de colaboración, firmados por gobiernos anteriores, y que La Habana decidió discontinuar tras las furibundas críticas de Bolsonaro a su pueblo y autoridades. El brasileño aseguró que, con la retirada de esos profesionales, Brasil “dejó de contribuir con la dictadura cubana”.
Siguiendo con su particular visión de la historia, Bolsonaro ilustró sobre cómo “en los años 1960, agentes cubanos fueron enviados a toda América Latina”, siendo “derrotados” en una “guerra que también vencimos” en Brasil. Afirmó también que hoy, unos “60.000 cubanos” están en Venezuela actuando en las áreas de “inteligencia y defensa” para mantener en el poder de una “dictadura” que ha implantado en ese país, que “antes fue tan próspero”, la “barbarie del socialismo”. Aseguró que su gobierno seguirá “trabajando para que la democracia sea restablecida en Venezuela” y en procura de “que otros países de la región no experimenten ese nefasto régimen del socialismo”.
Como corolario de tan apasionada intervención, Jair Bolsonaro declaró a la televisión brasileña que está “tomado de la mano” en los grandes temas internacionales con Donald Trump, con quien construyó un vínculo político estrecho desde marzo, cuando se vieron por primera vez en la Casa Blanca. Un video de 17 segundos muestra el efusivo saludo de ambos mandatarios al cruzarse en la sala GA-200, del palacio de la ONU. “Qué bueno verte de nuevo”, lo adula Trump, quien elogia su intervención en la apertura de la Asamblea. Bolsonaro, tras estrechar la mano y dar una palmada a su colega estadounidense, seguramente llevado por la emoción, le espetó un ruidoso “Iloveyou”.
“El mundo está siendo controlado por una oligarquía global. Sólo un puñado de multimillonarios define el destino político y económico de la humanidad”, afirmó el presidente Evo Morales, durante su intervención en la Asamblea General de la ONU. El mandatario boliviano sostuvo que “26 personas tienen la misma riqueza que 3.800 millones de personas”, considerando que “eso es un insulto, es inmoral y es inadmisible”.
Y, en contraposición a lo sostenido por Bolsonaro, Trump o Macri, interpeló a los representantes de los 193 países reunidos en la 74ª Asamblea General de Naciones Unidas: “Digámoslo con mucha claridad: la raíz del problema está en el sistema capitalista”.
*Por Jorge Montero para El Furgón