«Puede que el teatro no sea revolucionario en sí mismo,
pero no tengan dudas: es un ensayo de la revolución»
Augusto Boal
Fallecido a los 78 años, Augusto Boal fue y sigue siendo uno de los grandes nombres de la dramaturgia brasilera, principalmente por su forma de trabajar el teatro como herramienta de lucha política y social. Boal es creador del Teatro del Oprimido, técnica escénica que coloca a los espectadores como protagonistas en las escenas, suprimiendo la separación entre realidad y ficción.
El artista fue autor de diversas obras y ganador de premios y reconocimientos en Brasil y en el mundo, llegando a ser nombrado Embajador Mundial del Teatro por la Unesco en 2009, año de su muerte.
Boal fue arrestado y torturado por la dictadura militar brasileña y tuvo que exiliarse. De regreso a Brasil, estrechó su participación con movimientos populares, se convirtió en un gran socio del Movimiento de los trabajadores Sin Tierra –MST- y ayudó a organizar más de 40 grupos de teatro en asentamientos y campamentos del Movimiento.
Una de las experiencias fundadoras de su teatro fue el trabajo con las Ligas Campesinas, en los años anteriores al golpe de estado de 1964. El trabajo con el MST, después del fin de la dictadura, representó una forma de reanudar los lazos que había iniciado en esas experiencias pre-golpe. «El trabajo teatral con el movimiento campesino también era una continuidad de lo que la dictadura había intentado eliminar», relata Douglas Estevam, de la coordinación de la Brigada Nacional de Teatro del MST.
Todo el mundo es teatro
El Teatro del Oprimido es una metodología teatral que se basa en la idea de que «todo el mundo es teatro». La idea central es que, por medio de ejercicios, técnicas y juegos, los participantes sean estimulados a reflexionar sobre relaciones de poder, discutiendo las cuestiones de lo cotidiano al escenificar las propias historias.
«Él no quería que los trabajadores y trabajadoras, campesinos y campesinas, fueran meros espectadores. Era parte de su concepción. Con el Teatro del Oprimido, buscaba romper esa barrera entre escenario y platea; romper el lugar del espectador consumidor, hacer que los espectadores en propios agentes productores del hacer teatral», explica Estevam.
En 1986, Augusto Boal creó el Centro de Teatro del Oprimido como forma de difundir sus técnicas en Brasil. Actualmente, la técnica del TO es utilizada como herramienta de transformación social, política y artística en más de 70 países.
El día de su fallecimiento, el MST hizo un texto de despedida en homenaje al dramaturgo, resaltando la importancia de su paso por el Movimiento. Para Esteban, la tradición de lucha e intento de unión del arte con la política fue una experiencia que alteró los rumbos de la historia del teatro. También cree que el legado de Augusto Boal todavía tiene un potencial constructivo para todos los movimientos sociales. En la fecha en que se cumplen diez años de su muerte, el Instituto Augusto Boal y la Editora 34 lanzan una nueva edición del libro «Teatro del Oprimido y otras poéticas políticas». El lanzamiento ocurrió en la noche del miércoles en el almacén del MST en Río de Janeiro.
*Por Luciana Console para Contrahegemonía.