España: elecciones divididas, la batalla ya no es el centro

España: elecciones divididas, la batalla ya no es el centro
18 febrero, 2019 por Tercer Mundo

Los comicios adelantados en España demuestran la crisis institucional en el país y las pujas internas, con las cuales la derecha puede resurgir con mucha más fuerza.

Por Lucas Gatica, desde el País Vasco, para La tinta

Finalmente, España tendrá elecciones generales. Serán el 28 de abril, pegadas a unas de las fiestas sagradas para la España católica, Semana Santa. Así lo comunicó el actual presidente, Pedro Sánchez, la semana pasada, como quien espera su resurrección. El panorama electoral está fragmentado como nunca desde la vuelta democrática al país, apuntalada por la fuerte división entre los partidos de izquierda y de derecha.

Después de un tire y afloje con los partidos opositores, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se vio acorralado por la consigna de elecciones libres del arco opositor y una manifestación que reunió un buen número de personas en Madrid (algunos medios hablan de 200 mil manifestantes, otros de 45 mil).

De cara a la contienda, el PSOE tendrá serias dificultades para sumar mayoría, acompañado por el partido de izquierda Podemos, ahora que ambos han roto puentes con los independentistas catalanes. En la vereda de enfrente están los partidos de centroderecha y la derecha rancia: Partido Popular (PP), Ciudadanos (Cs) y Vox. Estos tres ya tienen experiencia formando coalición para gobernar: sellaron el pacto de gobierno para la Comunidad Autónoma andaluza hace pocos meses.

Las elecciones se llevarán a cabo en pleno juicio a los líderes independentistas catalanes que promovieron el referéndum de autonomía de 2017. Este juicio podría colaborar para aumentar el grosor de votantes de Vox, la novedad política española, que se presenta como querellante y aglutina los micrófonos en contra de los políticos catalanes, pidiendo penas ridículas para lo que se está juzgando.

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Si los resultados de algunas encuestas terminan por imponerse, podría darse un gobierno a la italiana, donde cohabiten La Moncloa tanto liberales, conservadores como la extrema derecha nacional-populista. Por tanto, Sánchez deberá maximizar y movilizar a sus votantes (en las últimas elecciones de Andalucía, el PSOE perdió más de medio millón por abstención de sus bases). Incluso, sería recomendable que Sánchez penetre en la campaña con un eje omnipresente y estructurante: la discusión izquierda-derecha. De este modo, podría recoger votos que le estaban siendo esquivos y así dar la sorpresa.


La batalla ya no es el centro. La verdadera lucha pasará por avivar a los votantes de ambos lados: la izquierda y la derecha. Ahora se espera una campaña vertiginosa que discurrirá a la par de la celebración del juicio al “procés” catalán. Dos meses y medios de actos, discursos y operaciones mediáticas.

Presupuestos

Con la muralla que la oposición le levantó al gobierno de Pedro Sánchez, España se perdió la oportunidad de conseguir unos Presupuestos Generales de tinte social, que aumentaban el gasto para las mayorías, apuntaban a la educación e innovación y daban herramientas para disminuir las desigualdades.

Al perder el apoyo de la bancada catalana pro-independencia, el PSOE no pudo sacar sus ambiciosos Presupuestos y así quedó en la puerta de llamar a elecciones. Hace ya unas semanas, Sánchez anunciaba que daba por tierra las negociaciones con los dos principales partidos políticos pro-independencia de Cataluña, el PdeCat y ERC. Se habían roto los puentes, ya que Quim Torra, el president de la Generalitat, pedía algo imposible: la posibilidad de comenzar a hablar de autodeterminación, que se acepte la figura de un relator o mediador en el conflicto español-catalán, y que no se produzcan detenciones a las fuerzas de los Comités de Defensa de la República (grupos en apoyo al independentismo). Exigencias fantasiosas, teniendo en cuenta el contexto y que no revisten ningún tipo de beneficio electoral ni estratégico para el gobernante PSOE.

España Pedro Sanchez gobierno la-tinta

Estas dos cuestiones, los fallidos presupuestos y la pérdida de entendimientos con la Generalitat catalana, han sido las responsables de que se dieran estas elecciones anticipadas. A ello hay que sumarle la marcha del 9 de febrero en Madrid, donde miles de personas y toda la oposición amontonada pidieron por elecciones.

Salario mínimo, Franco y otras medidas

En los cortos ocho meses que duró el gobierno de Sánchez, se han firmado 25 decretos con los que ha intentado resolver las dificultades para sacar sus propias leyes en el Congreso, debido a su debilidad parlamentaria y a una matemática que se le negaba.

La principal medida económica del gobierno ha sido el aumento del salario mínimo a 900 euros, iniciativa acompañada por Unidos Podemos. Esta suba supera en un 20 por ciento al aumento salarial anterior. En la rueda de prensa donde anunció las elecciones del próximo 28 de abril, Sánchez ha recordado la medida como uno de los hitos de su gestión.


Asimismo, Sánchez no ha conseguido cumplir su promesa de desenterrar a Francisco Franco del Valle de los Caídos (monumento construido para el homenaje a los caídos en la Guerra Civil). Ahora la decisión tendrá que pasar por el Tribunal Supremo ante el recurso anunciado por la familia del dictador. Este desentierro fallido ha sido otra de sus principales promesas ideológicas, que parece que se quedará solo en un gesto y es algo con lo que tendrá que lidiar el próximo presidente.


También, durante estos ocho meses, el gobierno ha conseguido recuperar la cobertura universal para la sanidad. Por último, se destaca el primer viaje a Cuba de un mandatario español en 32 años. En esa visita se firmaron una serie de acuerdos que incluyen la puesta en marcha de una mesa de diálogo, sin dejar afuera el debate sobre los derechos humanos.

España movilizacion Madrid la-tinta

No hay certezas

Los resultados del 28 de abril son tan imprevisibles como lo fueron los de las elecciones andaluzas hace poco tiempo. Sobre todo, por el sistema de reparto de bancas por provincias. Por ejemplo, en distritos pequeños se reparten solo tres actas donde habrá cinco opciones (PSOE, PP, Podemos, Ciudadanos y Vox). Es decir, que la asignación de esas bancas podría depender de votos que se cuentan con los dedos de una mano. Habrá que ver cuántos votos a la derecha podrían ser improductivos, teniendo en cuenta que son tres los partidos encasillados en ese lado del espectro ideológico.

Sánchez logró resistir solo ocho meses gobernando, el periodo más corto de un presidente desde la vuelta democrática. Las del 28 de abril serán la tercer elección presidencial en poco más de tres años y los españoles votarán dos veces con menos de un mes de diferencia (el 26 de mayo se votan las autonómicas, municipales y europeas). La suerte no está echada y la Semana Santa traerá novedades.

*Por Lucas Gatica para La tinta

Palabras claves: derecha, elecciones, España

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