Pedraza: de la entrega del ferrocarril al asesinato de Mariano Ferreyra
“Sindicalista modelo” según Cristina Kirchner, trayectoria de uno de los traidores. Tenía 75 años y falleció, aparentemente, luego de estar un mes en coma. El domingo, todos los medios lo recordaban, por supuesto, por el asesinato de Mariano Ferreyra por una patota que él organizó contra ferroviarios tercerizados. Estaba cumpliendo prisión domiciliaria por ese crimen.
Por Augusto Dorado para La Izquierda Diario
Si alguien pudo ver la película Los Traidores, del cineasta Raymundo Gleyzer, aunque está inspirada en otro tipo de burócratas sindicales como Vandor o Rucci, podemos decir que a Pedraza le caben tranquilamente el personaje y el título.
De familia ferroviaria, empezó, desde joven, una carrera sindical: en sus comienzos, simpatizando con el Partido Socialista (del que fue parte), más adelante, como parte de la CGT de los argentinos a fines de los años 60 (la que impulsaban Rodolfo Walsh y Agustín Tosco). Pero, de ese comienzo, se fue desprendiendo gradualmente hasta que, en los años 80, como parte de la “renovación peronista” de Antonio Cafiero, se acercó mucho a Saúl Ubaldini, el jefe de la CGT durante el alfonsinismo, que lo promovió para que sea Secretario General de la poderosa Unión Ferroviaria en 1985; estuvo casi 30 años al frente del gremio.
Lo que no destacaron tanto los medios es el papel clave de Pedraza en la privatización menemista de los ferrocarriles, en cómo colaboró para desguazar Ferrocarriles Argentinos y favorecer las ideas privatistas de su amigo Roberto Dromi y, luego, elogiar a Cavallo. En esos años, se mudó a una mansión en Villa Devoto. Menem lo premió con un curro inmobiliario con terrenos ferroviarios y, en el 93, con la concesión de 1000 km de recorrido del ferrocarril Belgrano Cargas.
A partir de eso, ya empezó con el “emprendedorismo”, como se dice ahora: estafó a los afiliados ferroviarios con un fondo de sepelios con el que se robó más de 34 millones de dólares y también con la entrega y destrucción del Hospital Ferroviario.
Luego, vino el gran negocio de tener sus propias empresas tercerizadas de mantenimiento de vías y de limpieza (Coopertiva Mercosur y parte de Ecocred) que eran contratadas por sus empresarios amigos al mando de las líneas ferroviarias (los Roggio, los Romero, los Cirigliano, que también tenían sus propias empresas que autocontrataban). Esa Unión Ferroviaria pedracista, de la lista verde, cada vez más lejos de los trabajadores, se confabuló junto a las empresas (aglutinadas en aquel momento en un ente llamado UGOFE) y, con la colaboración de la Policía, organizó esa patota que, el 20 de octubre de 2010, asesinó al joven militante del PO Mariano Ferreyra e hirió gravemente a Elsa Rodríguez, todo para defender ese negociado.
Pedraza, un “modelo de sindicalista”, según palabras de Cristina Kirchner; un querido amigo para Carlos Tomada, el único ministro que duró los 3 gobiernos kirchneristas y que, desde su experiencia en el Ministerio de Trabajo, le recomendó “hay que hacer un laburo sindical sobre estos tipos que entran porque no son todos del PTS o del PO (…) meterlos en una especie de curso de capacitación y qué sé yo, y empezar a hacerles la cabeza…” y trató de garantizarle impunidad (“La mejor defensa es un buen ataque”, le aseguraba). Pedraza, otro de esos que el cineasta Glayzer calificó con un rótulo y sin eufemismos: los traidores.
*Por Augusto Dorado, trabajador ferroviario en la Línea Roca, referente de la opositora Lista Naranja, para La Izquierda Diario