Maní con cáscara, activismo y gráfica en el gigante de Alberdi
Este sábado y domingo, Alberdi activa. El Festival de Arte Impreso “Maní con Cáscara” -de entrada libre y gratuita- ocupará el Club Atlético Belgrano con las producciones gráficas, talleres y performances de diferentes artistas de Córdoba y alrededores.
Por Soledad Sgarella para La tinta
Editoriales independientes, fanzineres, fotógrafes, artistas visuales. Productores y productoras de lo que se llama arte gráfico se encuentran, otro año más, a compartir no sólo lo que hacen, sino también cómo lo hacen, convidando sus procesos y saberes.
Celeste Onaindia y Lucas Chami son los organizadores de Maní con Cáscara que, junto a les artistas y una comunidad de trabajadores y trabajadoras de la cultura que creen en lo colectivo, ponen en funcionamiento una propuesta que busca, ante todo, fogonear y promover el encuentro y el activismo desde el arte.
La tinta habló con Onaindia para conocer el backstage de esta quinta versión del festival que, el fin de semana -y con la celeste pirata puesta-, unirá talleres de intervenciones callejeras, activismo gordo, serigrafía de bolsillo, foto fanzines y un cierre con Naif y Oscuro, Mostro y Mena Rap Transfeminista.
—¿Cómo fue que se les ocurrió armar una festival gráfico en Belgrano?
—Mirá, en el Club Atlético Belgrano, porque siempre nos pareció un club distinto a los demás clubes, con un agite cultural en el barrio, súper vinculados con el Centro Vecinal, que realiza también actividades con otres, con distintos, articulando con otros espacios políticos los ciclos de cine… Belgrano está siempre abierto a propuestas que son externas al club y con posturas políticas que, para nosotras, son importantes, como incluir en los ciclos de cine la peli de AMMAR y generar un debate en torno al trabajo sexual que es una lucha que apoyamos siempre.
Se me viene también el recuerdo del mural que ayudamos a hacer a las Transtocadas, cuando fusilaron a la Pepa Gaitán por lesbiana, el padrastro de su novia. Nos dejaron intervenir una pared del club con su cara, el equipo salió ese día a pedir un minuto de silencio y salió con la bandera de la Pepa que decía fusilada por lesbiana… son cuestiones que no son menores y nos hacen sentir convocadas y que están abiertos a recibir nuestros activismos y nuestras propuestas culturales más allá del fútbol.
—¿Por qué ir a Maní?
—Maní, porque nos parece importante encontrarnos a quienes hacemos arte gráfico o activismo gráfico o ambas… porque no siempre el activismo va de la mano de la producción. El objetivo es generar un espacio de encuentro, de intercambio. No sólo de materiales, sino también de conocimiento en torno al arte gráfico y poder, a su vez, acercar las producciones de los artistas, locales y no solo locales, porque también nos visitan de otras provincias y del interior de Córdoba. El año pasado, vino una compañera de Chile y otra de Brasil.
Se genera un intercambio de materiales, de técnicas, de conocimientos sobre el arte gráfico que nos parece importante sostener y, además, cuando empezamos a pensar este festival, fue por la necesidad de también mover las cosas que nosotras hacíamos. La Revista Elefante ya tiene 14 ediciones, hace bastantes años que estamos con esa producción que tiene también los objetivos de publicar los materiales de artistas cordobeses, y también Laucha que es un proyecto autogestivo, que tiene tres números y estamos por sacar el cuarto.
Entonces, decíamos, dónde estamos circulando las cosas que hacemos y comenzamos a pensar en Maní.
—¿Cuál o cuáles son los aportes desde la gráfica (y todas sus versiones, sobre todo, las seleccionadas para este festi) a lo político hoy?
—Los aportes creo que son tantos como materiales circulan por la feria, porque algunos tendrán unos contenidos más radicales y explícitos, y otros manejan un lenguaje con otras sutilezas que no están tan ahí en la superficie. Hay mucho material con crítica contundente y pesada al capitalismo, al patriarcado, a la policía, hay material con contenidos políticos muy importantes, súper potentes y claros que no pueden no estar en Maní.
Obvio que se suman los aportes que se hacen desde los talleres porque, además del activismo gordo, este año, hay un seminario de herramientas para la experimentación en intervenciones callejeras donde se generan debates en torno a la calle, a ocupar el espacio público, con qué posicionamientos, con qué herramientas… donde también se habla de autogestión.
También se suma el taller Publicar es Resistir, que propone autopublicarse como modo de resistir y está más ligado a lo fotográfico, a la poesía y al texto, y el de Serigrafía de bolsillo también, en la misma línea, acerca herramientas para que todas podamos utilizar esta técnica y terminar ocupando las calles del barrio con una producción colectiva en una pared de Alberdi.
—Hay un par de propuestas que tienen que ver con el activismo gordo… ¿nos podés contar un poco más de esto?
—Hay dos actividades, una es un taller a cargo de Mostro, que se va a realizar el sábado 15 a las 18, en el que la idea es producir material gráfico de contenido pesado. Se propone, en el taller, un espacio debate y un recorrido por materiales sudakas en torno a los cuerpos gordos, para luego llegar a esta producción de material gráfico, ya sea individual o colectivamente.
La otra es la Muestra gorda por el Club de gordas Córdoba, donde se reúnen materiales de diferentes artistas y activistas gordes y disidentes de acá, de Buenos Aires y de Chile, y nos parecía fundamental que esté en Maní, porque el activismo gráfico reúne diversas propuestas que vienen de distintos activismos y el activismo gordo es uno que es parte de los feminismos que habitamos y que, por el trabajo de muchas y muchos, está teniendo una visibilidad increíble en los últimos tiempos, sobre todo, generando muchos debates y siendo muy visibles en los Encuentros Nacionales de mujeres, lesbianas y trans que se hacen cada año en Argentina, donde se están mostrando mucho las producciones artísticas, estéticas, performativas de activistas disidentes de Latinoamérica y nos parece fundamental que sea parte del festival porque, además, es un activismo que ha sido invisibilizado por mucho tiempo, incluso dentro los feminismos más radicales. El activismo gordo es nuestro activismo y queremos que sea parte de Maní.
—¿Quiénes organizan Maní?
—La organizamos con Lucas Chami, que es un diseñador gráfico. Yo vengo más de la fotografía y el cine, pero hace cinco años que estamos en esto, craneando Maní e intentando que la feria, cada vez, crezca más y tenga nuevas propuestas, y se sumen contenidos.
Hay también un pre Maní, que tiene que ver con la gestión de la feria, del espacio, de la difusión, de la gráfica, en la que estamos nosotres dos y, esos dos días, se suman amigas y amigos que dan una mano en lo que haga falta… sonido, buffet, lo que sea que haya que hacer.
Obviamente, sin los expositores que siguen sumando año tras año a la convocatoria, Maní no existiría. Creemos que ellos también organizan el festival porque siguen apostando al espacio y porque, cada vez, se suman personas nuevas de diferentes lugares, nos parece re importante que vengan compañeras y compañeros del interior, y también de otras provincias, así que felices de este año con la convocatoria.
*Por Soledad Sgarella para La tinta. Fotos: Maní.