Rosendo Ruiz: “Los festivales son los lugares de resistencia del cine”
El jueves 2 de agosto se estrena “Casa Propia”, la nueva película del director Rosendo Ruiz, que retrata los conflictos de un hombre de 40 años para independizarse. Alejandro (Gustavo Almada) vive con una madre enferma a la que debe cuidar.
Por Manuel Allasino para La tinta
Casa propia es la quinta película de Rosendo Ruiz, sanjuanino de nacimiento y cordobés por elección. Ya filmó en nuestra provincia: De caravana, Tres D, Todo el tiempo del mundo y Maturitá.
El nuevo largometraje de Ruiz, Casa propia, nació como una necesidad de contar los conflictos de las personas de clase media o media- baja que rondan los 40 años. El guion lo escribió junto al protagonista del film Gustavo Almada.
Alejandro es profesor de un colegio secundario, y vive en conflicto con su vida. Ambientada en Córdoba, la película refleja los lazos familiares de Alejandro, la relación con su hermana que no es la mejor, un poco porque ella cree que Alejandro debe ocuparse de la madre más que nadie porque es soltero y vive en la casa materna. Pero su hermana no es la única persona con la que Alejandro tiene una relación conflictiva. También le sucede con su novia, y con su madre, quien lucha contra el cáncer.
Desde La tinta, dialogamos con Rosendo Ruiz sobre la película, el cine y los futuros proyectos.
—El personaje está ligado a la literatura desde lo académico. ¿Cómo se relaciona el mundo literario con tu cine?
—Me gusta mucho leer, así que de alguna manera eso está siempre presente. La literatura influye a la hora de escribir y pensar las películas. Hasta ahora nunca tuve ganas de adaptar algún libro al cine, pero lo haría si lo sintiera.
—La casa propia tiene que ver con encontrarse con uno mismo y con construir identidad como seres humanos ¿La soledad qué rol juega en la película?
—La soledad es lo que necesita Alejandro con urgencia para poder ordenarse, concentrase y encontrarse con él mismo, como primer paso para comenzar a estar un poco mejor.
—¿Y los lazos familiares?
— Son el centro mismo de la película. Los vínculos era nuestro principal tema en el film. La trama podía ir y venir, cambiar el orden, etcétera; pero el trabajo fuerte y desmenuzado estaba en descubrir y profundizar en los vínculos familiares.
—¿Qué vínculo tenes con el protagonista?
—Somos muy amigos con Gustavo Almada. Nos une una profunda relación de amistad. Además hemos recorrido caminos juntos y en nuestros comienzos descubrimos muchas cosas, entre ellas, por dónde iba nuestra búsqueda artística.
—¿Cómo fue el proceso de montaje?
—Fue muy largo y de muchas vueltas. Teníamos bastante material y posibilidades. Habíamos filmados algunas escenas de distintas maneras para decidir en montaje de qué forma las contaríamos finalmente. Fue un momento en el que redescubrimos la película.
—¿Qué reflexión haces de los circuitos de festivales?
— Los festivales son los lugares de resistencia del cine. Si no fuera por ellos, muchas películas nunca se verían o sí, pero de una manera muy aislada, y por algún cinéfilo curioso. Los festivales son lugares muy ricos, de encuentro entre muchos que estamos en la misma; y son muy motivadores para filmar e intentar participar en ellos.
—¿Estás trabajando en algún proyecto que nos quieras adelantar o comentar?
—Estamos editando dos películas que filmamos el año pasado con los colegios Zorrilla, Castel Franco y Dante Alighieri. También estamos trabajando en Tunga, un film que cuenta cómo un pibe de clase media se convirtió en la leyenda viviente que es la Mona Jiménez.
*Por Manuel Allasino para La tinta.
