DocumentA/Escénicas: las producciones artísticas como prácticas colaborativas

DocumentA/Escénicas: las producciones artísticas como prácticas colaborativas
22 mayo, 2018 por Soledad Sgarella

El espacio autogestionado de producción, formación e investigación artística, fundado por Cipriano Argüello Pitt y Gabriela Halac, cumple 15 años. El miércoles 23 festejan con la presentación del libro de Camila Sosa Villada “El viaje inútil”, tercer ejemplar de la Colección Escribir, editada por la misma Documenta.

Por Soledad Sgarella para La tinta

Hace 15 años que abren puertas y salones, corren telones y organizan encuentros y cruces para construir puentes entre trabajadores de la cultura de Córdoba y de Latinoamérica.

El equipo que da vida al espacio -instalado en el bello edificio art decó de la calle Lima- se afirma en creer en los artistas como pensadores de la cultura, en el trabajo colaborativo y en las prácticas abiertas como pilares para las producciones artísticas.

La tinta se comunicó con Gabriela Halac, fundadora del espacio, poeta y directora de Ediciones Documenta para ver cómo idearon el festejo y en qué basan estos 15 años de trabajo continuo y enriquecedor, siempre pensando a la cultura como “ámbito de reflexión y de pensamiento sobre la contemporaneidad”.

—¿En qué creencias se han sostenido estos 15 años de Documenta, sobre cuáles pilares respecto del mundo del arte y la cultura?

—Es como muy grande hablar de todo lo que ha ido pasando este tiempo, porque también son procesos en donde una va cambiando, las prácticas, lo contextos, también van modificándose. Pero creo que algo que siempre hemos nosotros sostenido tiene que ver con algo que es la interacción en los campos de la formación la producción y el pensamiento artístico. Rescatando a los artistas como pensadores de la cultura. Por eso también la editorial se vincula no solamente con la posibilidad de transmitir textos, sino también de difundir nuevas voces, que están operando en el campo de la cultura y como no están inscritos tanto en el campo literario por ahí son voces que no se conocen demasiado. Siempre tuvimos como esa confianza en los discursos artísticos. En los pensamientos que derivan de la práctica artística. Entonces, no solamente nos interesa el campo de la exhibición, del mostrar, de construir un público, del poder generar una instancia espectacular, si no más bien  pensamos a la cultura como un ámbito de reflexión y de pensamiento sobre la contemporaneidad. 

Y en ese plano, no hay una cuestión disciplinar que cercene otras. Si bien Documenta es un espacio muy vinculado a lo teatral, han pasado muchísimas cosas. Músicos, artistas visuales, hemos tenido por ejemplo cuando inauguramos, un espacio, Intermedio, que era el espacio de artes visuales. También estuvo El vidrio, una programación que nos vinculaba con la calle. Osea, hubo muchas cosas acá también vinculadas a la literatura: programación de muy diverso tipo. También relacionado al pensamiento.

Entonces creo que siempre hemos intentado responder a este perfil de los que somos: un grupo de artistas que colaboramos y que generamos proyectos, y que cada proyecto trae diferentes diálogos, y reflejar también esos diálogos que nosotros vamos construyendo a través del tiempo. No solamente en Córdoba,  si no también en Buenos Aires, en México, en Uruguay, en Chile ¿no? Documenta está situada en un lugar, pero también en un contexto de producción artística contemporánea que excede los límites territoriales.

Yo creo fundamentalmente que las cosas tienen que existir porque son necesarias. Creo que la cultura, muchas veces los profesionales de la cultura, estamos muy preocupados por saber hacer y yo creo que hay que también pensar un poco más sobre porque una hace y tratar siempre de reinventarse desde esa contundencia de la necesidad, de afirmarse en un decir.

En un decir y en un hacer, en ese sentido, ambos tienen que ser coherentes, tienen que ir en sintonía. Y eso ahí tiene mucho que ver con las prácticas colaborativas.  Creo que no hay producción artística sin prácticas colaborativas, porque además no hay producción artística sin diálogo, y entonces el diálogo siempre enriquece el pensamiento y lo vuelve otra cosa, ¿no? 

Hay que hacer el esfuerzo por convivir en los modos de pensar y en los modos de hacer, poner en común y darle una fuerza a un conjunto, a partir de esa puesta en común.

—Documenta siempre ha mostrado una trayectoria que tiene que ver con el trabajo colaborativo… ¿por qué el arte necesita del laburo con otras y otros?

—En los contextos en lo que vivimos nosotros, es siempre más complejo cuando menos recursos hay, cuanto más competitividad hay. Creo que el campo de la cultura es un campo de muchas competencias, siempre se está pensando en los trabajadores de la cultura como personas que tienen que competir para ganar premios, como si no hubiera una cotidianidad, una vida cotidiana del artista que tiene que sostenerse. Entonces, premios que incluso te inhabilitan en años posteriores para seguir aplicando en esos mismos premios, etc.  Creo que eso atenta contra las prácticas colaborativas, y que vuelve grupos cerrados, estancos, que compiten contra otros grupos cerrados y estancos.  Creo que algo del medio no está aportando a que se produzcan otros flujos, por eso a veces es más fácil trabajar con colaboraciones externas que dentro del mismo lugar en el que uno convive, porque indudablemente hay algo de tensiones que están generadas por las mismas imposiciones que el medio nos está poniendo en frente. Tenemos que lidiar con las reglas de juego. Yo muchas veces creo que hay que animarse a romperlas, a no estar en esos juegos, mucho de lo que no pasa a veces en nuestro contexto tiene que ver con que pareciera que uno no puede recrear los modos de producción, no pudiera hackear las formas, los formatos, los circuitos, saltearse en ciertas medidas lo que ya está establecido para configurar otras maneras.

Creo que hay que creer más en las asociaciones temporales, en las prácticas abiertas, en los cruces y en los riesgos. Eso es algo que siempre en Documenta hemos tratado de asumir, los riesgos: los riesgos que implica ser artista, hacer arte en un contexto tan desfavorable como Córdoba.

En ese sentido quizás lo único con lo que podamos nosotros asentarnos de manera permanente es en la política de una manera de estar juntos, que sea democrática, que sea equitativa, que genere oportunidades para más personas.

Documenta siempre ha tratado de generar eso: mayores oportunidades para el medio. Hubo muchas situaciones que nosotros habilitamos, que no necesariamente eran favorables para nuestro equipo, quiero decir. Lo que hicimos en el 2006, Hipervínculo. Cita textual con dramaturgos de Iberoamérica, donde trajimos por primera vez a Córdoba a Marco Antonio de la Parra, a Roberto Alvim de Brasil, a Guillermo Heras, a Luis Cano, a Luis Mario Moncada, a Vivi Tellas,  Sergio Blanco. Pensemos que esto era el 2006. O cuando en el 2010 conmemoramos el Bicentenario, con el Ciclo Repatriados, trayendo a una generación de artistas que está viviendo afuera, para volver a pensarnos, a pensar qué es lo que aporta la práctica artística desde Argentina, o los ciclos de formación con tantos maestros y docentes de todo el mundo, o los ciclos de residencia, en donde nosotros nos ponemos siempre a merced de construir también espacios de vacío, de no saber muy bien hacia dónde uno va pero con la firme intención de salir de la zonas seguras y habitar un lugar donde nos tengamos que volver a hacer algunas preguntas, volver  a pensar algunos lenguajes, como si nunca hubiéramos hecho nada antes.

Ese es el desafío: que 15 años no sean para construir un monumento sino que sean 15 años para seguir en la búsqueda, seguir de alguna manera tratando de sumarnos a la forma conflictiva e incómoda de este mundo.  Porque el mundo no es cómodo, es conflictivo y es complejo, y creo que la práctica artística también tiene que serlo. 

—Por último, contanos un poquito cómo fue concebida esta colección y cómo llegan (y eligen) festejar los 15 con un libro.

—Bueno, Escribir (con diseño de Lucas Di Pascuale y dirección de colección por Demián Orosz) es una colección de distintas personas que escriben, desde varios campos artísticos, desde diferentes campos artísticos. Desde la literatura, desde el periodismo, desde el teatro, desde la fotografía. Y la idea es seguir expandiendo el sentido básico de la colección es el cruce de biografía y escritura.

El festejo con el lanzamiento del libro de Camila Sosa Villada tiene que ver con que Camila es parte de la sala, da sus clases en Documenta, muestra sus espectáculos en Documenta y para nosotros, bueno, el vínculo de poder mostrar la producción en ese arco grande de trabajo que tenemos que tiene que ver con la formación la producción artística y también la producción editorial. Nosotros concebimos la producción editorial también como un campo artístico, nos parece fundamental que en el festejo pueda estar todo condensado.

15 años de DocumentA/Escénicas. Presentación de los libros “El viaje inútil” de Camila Sosa Villada (Ediciones Documenta). Miércoles 23 de mayo a las 20 hs. en Documenta/Escénicas (Lima 346).

*Por Soledad Sgarella para La tinta.

 

Palabras claves: Documenta/Escénicas, Ediciones Documenta, Gabriela Halac

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