Sociedades Anónimas: ¿en qué consistía el proyecto de Macri en 2001?
En agosto de 2001 y como presidente de Boca, Macri presentó su proyecto para “salvar al fútbol”. Lo apoyaba Fernando Marín, por entonces titular de Blanquiceleste S.A.(Racing) y quien sería autor del “nuevo” proyecto de Cambiemos para la llegada de las SAD. Otro actor es Scioli, quien fogoneó como diputado menemista una iniciativa similar a finales de los ´90 y quien se habría convertido en el elegido del oficialismo para estar al frente de la Comisión de Deportes en la Cámara baja. Todo se recicla.
Por Gonzalo Reyes para La tinta
“Estoy seguro de que así el fútbol sale”. Con esa seguridad y a sabiendas de la negativa de Julio Grondona pero contando con el apoyo de Carlos Menem, un entusiasmado Mauricio Macri aprovechaba en 2001 el advenimiento de la “crisis en el fútbol” para volver a la carga con uno de sus sueños: privatizar los clubes.
El pasado fin de semana los periodistas Ernesto Rodríguez y Alejandro Wall expusieron en diferentes publicaciones los movimientos de fichas que Cambiemos ya realiza sigilosa pero decididamente. Por un lado, Rodriguez adelantó el ofrecimiento a Daniel Scioli para que pase a presidir la Comisión de Deportes en la cámara baja. Desde allí, el ex candidato a presidente del Frente para la Victoria supo auspiciar un proyecto similar a finales de los 90, como legislador menemista. Por su parte Wall aseguró que Emilio Monzó, presidente de Diputados, ya tiene en sus manos la iniciativa oficial elaborada por Fernando De Andreis, secretario general de la Presidencia, y Fernando Marín, actual asesor presidencial con cargo de subsecretario en Deportes y ex gerenciador de Racing a comienzos de 2000.
¿En qué consistía el proyecto de Macri hace más de 15 años? Un artículo de Página/12 del 10 de agosto de 2001 tomó las ideas básicas que el por entonces titular xeneize expuso en conferencia de prensa un día antes. Tomando en cuenta que los actores son los mismos (Macri/Marín/Scioli) la vieja propuesta puede anticiparnos las características de la “nueva” solución para un “fútbol en crisis”.
Según cita el artículo, la conferencia de prensa en Casa Amarilla estableció tres partes centrales: el Núcleo Deportivo (ND), el Plan de Encuadramiento y las SAD.
Se consideraba como Núcleo Deportivo a las entidades civiles conformadas en el tiempo a través de las actividades deportivas amateur o profesional de los clubes: “Se declara núcleo a los emblemas, los colores, el nombre de los clubes” explicó Macri. Si bien estos bienes, “la esencia de los clubes”, no podrían ser embargables ni se podría trabar deuda sobre ellos, conservarían dicha protección siempre y cuando cumplieran con las exigencias de un Ente económico regulador. De no ser así, los ND podrían ser adjudicados por una SAD “para el mejor cumplimiento de los fines previstos”.
Por su parte, el Plan de Encuadramiento era el instrumento para imponer un Ente regulador de relaciones económicas que desplazaría a AFA y le dejaría sólo la potestad de ser un regulador de las relaciones deportivas. Dicho Ente iba a ser quien definiera la necesidad o no de que un club deba sanear su economía, ofreciendo como salida la llegada de una SAD o quedar fuera del torneo en el que participe.
“Las instituciones que no puedan garantizar sus economías tendrán tres alternativas: continuar como sociedades sin fines de lucro, pero con la presentación de avales patrimoniales por parte de los dirigentes; si las deudas son muy grandes –Macri dio como ejemplos los casos de San Lorenzo, Independiente, Vélez y Racing, que varían entre “20, 30 y 50 millones”–, llamar a convocatoria de acreedores y avalar los dirigentes el 100 por ciento del valor de las cuotas de pago; o licitar el ND para que una SAD se haga cargo. Dichas sociedades, así como las entidades sin fines de lucro, serán auditadas anualmente por el Ente regulador y en caso no cumplir con sus compromisos o de arrojar balances negativos, se verán obligadas a saldar las diferencias con sus propias reservas o bien llamar a una nueva licitación”, explicaba el artículo periodístico.
La iniciativa de Scioli no distaba demasiado en lo esencial. Su proyecto también se presentaba como un modelo para regularizar la magra economía de los clubes a través de dos vías posibles: que las instituciones tangan la facultad de poder cambiar su razón social, ante la incapacidad de cumplir metas económicas, o ceder la administración total o parcial de sus actividades, sean aquellas que se desarrollaran de manera profesional (como el fútbol) o las prácticas deportivas amateur (básquet, hockey, vóley, etc).
El factor común de ambas viejas ideas fueron las mismas: exigir metas económicas a entidades enfermas de deuda. Quien no se cure por sus medios, más allá de los diferentes diagnósticos, el ingreso de las Sociedades Anónimas Deportivas sería la solución.
Macri y Marín
En 2001 el proyecto de Macri presentaba como una de las pocas adhesiones dirigenciales del fútbol a Fernando Marin, por entonces, titular de Blanquiceleste S.A., empresa que administraba a Racing desde 2000 tras su quiebra en 1999. Pese a lograr salvarse del descenso y coronarse campeón tras 35 años, el entusiasmo de los hinchas se fue licuando hasta que en 2007 comenzaron las movilizaciones de hinchas exigiendo volver a ser un club de los socios. Blanquiceleste se fue dejando deudas, falta de pagos de sueldos, cheques rebotados y pedidos de quiebra.
En 1993, Macri llevó a cabo su primer intento de desembarco en el fútbol intentando comprar por 15 millones de dólares a Deportivo Español. Su plan consistía en cambiar el nombre del club a Mar del Plata Fútbol Club, mudar la sede y contratar a César Menotti. Los socios se opusieron y el por entonces titular Francisco Ríos Seoane subió la cuota social para lograr que haya menos socios y retomar el intento de privatización. El club perdió 800 socios en un año. Ya como presidente de Boca, Macri se convirtió en el primer dirigente del fútbol en pedir la quiebra de otro club: Deportivo Español. Pero en 1997 cedió al club, en condición de préstamo sin cargo y sin opción, a aquellos jugadores que no tenían lugar en el equipo del Bambino Veira. Así fue que Pepe Basualdo, Pedro González, Silvio Carrario, Sandro Guzmán y Raúl Peralta, entre otros, fueron a Español por quienes el club debía pagar 500 mil dólares mensuales de contratos. El excesivo gasto liquidó a la institución quien sumó más pedidos de quiebra de empresas relacionadas a Macri.
Tras aquella conferencia de prensa en la que explicó su proyecto privatista en 2001, el actual presidente de la Nación conversó con Marcelo Araujo en radio La Red. Allí dejó más en claro su concepto: “… Lo que hay que hacer es rematar el derecho a competir. O sea, se rematan los emblemas, el color, esos valores tradicionales para competir en una nueva competencia…”. De eso se trata, de rematar los clubes.
*Por Gonzalo Reyes para La tinta
*Fuentes: Página/12; Diario Olé; Letra P.
*Foto de tapa: Clarín