Sala de ensayo: Sabor Canela y un poquito de café
Es una de las bandas de ritmos latinos que asegura salas llenas y puro bailongo en las noches cordobesas. Formada en nuestra ciudad, congrega a un grupo de diez músicos de distintos puntos del país que saben transmitir potencia y disfrute.
Por Soledad Sgarella para La tinta
Se presentan en su sitio digital invitando a celebrar juntos al ritmo tropical que tu cuerpo necesita; una cumbia sabrosa, liberal y contagiosa. Y no es para menos. Emanuel Oliva, Sergio Vera Roldán, Ornella «ChoriFunk» Mazzucco, Martin Carrizo, Ezequiel Taboada, Sergio “Checho” Flores, Milton Quiroga, Michel Braian Medell, Jony Tango y Diego Tercel Semperena hacen vibrar los meniscos, llenan sus fechas y contagian sabor a quienes, felizmente, los vamos a disfrutar en cada toque.
Casi primavera del 2014, en una casa tipo centro cultural y restó que había en la Estrada sonaban unas cumbias y una voz implacable. Hacía ya calorcito pero claramente el clima venía de ahí dentro, de esos canciones que ofrecían unos sureños. Clima cumbiero, de los buenos buenos.
Tres años después, disfrutar del ensayo de una banda que creció tanto en el último periodo, en esta ciudad mediterránea y cuartetera, es un placer de jueves al mediodía.
Los Sabor Canela y un poquito de café se llama así, según Emanuel Oliva –voz principal de la banda- por puro gusto. Tenían en vista una lista de nombres, y este fue el que ganó y el que, con el tiempo, configuró la identidad de la banda: la calidez, lo latino en la piel y lo pintoresco de las sensaciones estimulantes de la canela y el café, sumado a cómo suena y cómo se te pega en el cerebro semejante nombre.
Los diez integrantes del grupo ensayan dos veces por semana en una sala del centro. Empiezan una canción y siguen con otra al hilo, y con otra más. Pareciera que no pueden cortar, porque la pasan bien y eso se refleja en el escenario.
Reflejan caribe, reflejan viajes. Reflejan, como dice Diego Tercel Semperena, ese necesario momento de desconectar de la rutina y las obligaciones, y de, por un momento, poner en pausa las preocupaciones por la compleja situación social y cultural que vivimos en este bendito país.
El trópico no es más que una gran energía bailantera que cruza los cuerpos de estos músicos, a pesar de ser, la mayoría, de la patagonia más fresca y ventosa.
El ensayo explota de ritmo y revienta un big bang de buenos tratos y de camaradería.
Hacer música es un trabajo y no hay nada mejor en la vida que disfrutar del oficio que elegimos, y acá parece que eso está sucediendo.
► Sabor Canela. Junto a los Toch y Fede Flores en la Fiesta Tropicante. Sábado 19 de agosto, Latitudes Club (Roque saenz peña 934, Córdoba).
*Por Soledad Sgarella para La tinta