El Centro Vecinal Alberdi inauguró su biblioteca popular
A pasitos de avenida Colón, en el pequeño pasaje Cristóbal Aguilar, late una casa donde los vecinos se reúnen a construir el Alberdi que sueñan. El Centro Vecinal es terreno de debate, aprendizaje, trabajo y también de celebración colectiva. El espacio inició su gestión con la creación de dos nuevas secretarías, una dedicada a la Mujer y otra al Inmigrante, y presentará la propuesta al Consejo Deliberante para que la acción se replique en otros núcleos barriales. La tinta conversó con Nahuel, Secretario de Cultura del Centro, y con Micaela, Agustina y Julia, integrantes de Colectivo Zafarrancho, que armaron la biblioteca popular inaugurada hace apenas un mes.
Por Julieta Pollo para La tinta
Hacía cuatro años que no se llamaba a elecciones para el centro vecinal, cuando un grupo de la Multisectorial Defendamos Alberdi decidió participar en las mismas, en vistas a ocupar un espacio crucial en la vida del barrio desde el cual podrían continuar la lucha y la construcción que hace diez años llevaban adelante de manera independiente. Este ensamble conformado por agrupaciones sociales, políticas, culturales y vecinos trabaja hace una década en problemáticas como la revalorización, el cuidado del patrimonio y la recuperación del Teatro Colón, popularmente bautizada como La Piojera.
Después de hablar con muchos vecinos a lo largo y ancho de Alberdi, con sus pasajes, riberas y límites difusos que se funden en barrios aledaños, el grupo logró correr la voz sobre la importancia del Centro Vecinal y su razón de ser para y por los vecinos. Así se logró ampliar la participación de 400 a 2.000 votantes y desde el año pasado se trabaja bajo la premisa de buscar la mayor pluralidad posible, fomentar la participación política ciudadana y llevar el Centro a las calles y las plazas. El Centro Vecinal Alberdi trabaja en conjunto con los centros barriales de la zona -Quintas de Santa Ana, Alto Alberdi, Villa Páez, Marechal- para aunar acciones y formar una red de colaboración conjunta.
El CVA acompaña las luchas de las instituciones vecinas como el Centro de Salud -que cada dos por tres se queda sin insumos-, o La Piojera, sobre la cual se está debatiendo colectivamente su reparación, refuncionalización y posterior gestión, decisiones que son luego llevadas a la negociación con la Municipalidad. También organiza kermés y peñas por el cumple del barrio; brigadas de trabajo comunitario para, por ejemplo, denunciar el mal estado de baldíos y calles; los ya célebres Festivales de la caca, reclamo contundente por mejorar el sistema cloacal; la refuncionalización de espacios comunes como plazas y parques; diversas reuniones entre jubilados o inmigrantes para debatir sus situaciones específicas; y talleres para todos los gustos.
«Este año, cuando se empieza a notar más la crisis a nivel nacional con tarifazos y desempleo nos dimos cuenta de que tenemos que poner más énfasis en lo económico y laboral del vecino, entonces se abrieron talleres de oficios: textil, carpintería, soldadura, herrería, y electricidad, orientados a la generación de conocimientos en el vecino para que pueda llevar adelante un proyecto laboral independiente. Por ejemplo, en el taller textil no solo se da el taller, moldería y uso de máquinas, sino que también se les ofrece el espacio y equipamiento a las vecinas para que puedan llevar adelante su propio emprendimiento», cuenta Nahuel, quien forma parte de la murga Los Descontrolados de Alberdi. El encargado de cultura también sostiene que si bien muchas luchas son canalizadas por el CVA, se busca que los vecinos se apropien de las acciones y que el Centro acompañe, como fue el caso de las marchas contra los tarifazos.
Con motivo de los 100 años de la Reforma Universitaria, el centro barrial planea un homenaje de largo alcance. Con la inauguración de un mural el 21 de junio, día en que se firmó el manuscrito de la Reforma Universitaria, comenzó la serie de actividades que se realizarán durante todo un año para culminar en el centenario de la Reforma Universitaria, en junio d 2018.
Desde el comienzo de su gestión, el grupo adoptó una medida innovadora que sin dudas responde a las particularidades y necesidades del barrio: junto con las Secretarías que prevé la Municipalidad para este tipo de espacios –Infraestructura; Acción Social; Cultura y Comunicación; y Deportes, Tercera Edad y Juventud– creó la Secretaría de la Mujer y la Secretaría del Inmigrante. «La de la Mujer surge después de que unas compañeras de Patria Grande vinieran a presentar el protocolo contra la violencia de género. Después viajaron al Encuentro Nacional de Mujeres y volvieron con con muchísimas ganas de crear un espacio de género para el barrio. La Secretaría del Inmigrante está trabajando el tema de la ley que presentó el Gobierno Nacional para sacar inmigrantes peruanos y bolivianos, que justo aquí en el barrio hay mucha concentración de estas comunidades. La idea es presentar en el Consejo Deliberante esta propuesta para que se modifique la ordenanza y que existan estas secretarías en todos los centros vecinales», afirmó Nahuel.
Zafarrancho y las letras libertarias
El Colectivo Cultural Zafarrancho reúne a una docena de chicas que se conocieron trabajando en distintas bibliotecas populares de la ciudad. En un momento dado, fortalecidos los lazos y sincronizadas las brújulas, quedaron sin un espacio que sostener y en el que volcar sus ganas de accionar con libertad. Por eso decidieron unirse como colectivo independiente con el objetivo de «aportar a la construcción de nuevos sentidos a través de la cultura y la comunicación, con la educación popular como herramienta», en palabras de Micaela, una de sus integrantes.
Mientras conducían el programa radial Levadura pa las masas, que se emitía quincenalmente por Zumba la Turba, Zafarrancho comenzó a acercarse al Centro Vecinal con propuestas de juegos para niños que tuvieron como eje temático la recuperación de La Piojera: ¿qué tipo de Piojera queremos? ¿con qué gestión? ¿orientada a quiénes? Un aporte interesante para asegurar que los más chicos no queden afuera de los debates del barrio y estimular el sentido de pertenencia y el pensamiento crítico acerca de donde viven.
Desde entonces, hace más de un año, este colectivo viene trabajando en la refuncionalización de la biblioteca popular del Centro Vecinal Alberdi. Restauraron cajones de verdura, pintaron un mural, catalogaron los libros e hicieron una urna donde todos los vecinos podían proponer nombres para el espacio. Hace un mes finalmente fue inaugurada junto con el Taller Textil, bajo el solcito calmo de un domingo de junio. Fue en medio de una peña bingo organizada junto a todos los vecinos donde hubo música, buffet y murga. Zafarrancho invita a colaborar con libros que pueblen sus estanterías de letras libertarias. Necesitan libros de literatura feminista, latinoamericana, infanto juvenil. Piden evitar manuales de escuela, autoayuda o biblias, y más bien donar el libro que a vos te gustaría encontrar si fueras a la biblio.
—¿Cuál es la importancia de que exista una biblioteca popular en el barrio?
—Micaela: Pensamos la biblioteca como un espacio de construcción colectiva de la cultura, no necesariamente a través de la literatura sino de las películas, el arte, la música y diversas expresiones culturales del pueblo. No vemos la biblio como un espacio donde venga el vecino y se lleve el libro a su casa, sino como espacio de intercambio donde hace falta y es intrínseco lo colectivo. No podemos pensar una biblio desde la individualidad, porque esa es la de tu casa o la de la facultad. La biblioteca popular tiene necesariamente que tener la parte colectiva. Entonces imaginamos un espacio no solo de préstamo de libros, sino en el cual los vecinos puedan acercarse a la lectura o a la experiencia artística a partir del disfrute y para poder generar distintos tipos de pensamiento crítico. Los temas artísticos y culturales nos permiten pensar temáticas políticas y también garantizar la posibilidad de acceder a algo que en el mercado es carísimo.
—Julia: La idea de la biblio también es salir a la calle, no encerrarnos porque sabemos que ese tipo de biblio no tiene un impacto real en la vida de la gente. Queremos que salga a la calle y que sea una herramienta para vecinos y vecinas.
—¿Existe una red de bibliotecas populares en Córdoba?
—Julia: Sí, hay mucho apoyo y colaboración en la red de bibliotecas populares. La semana pasada fuimos a la biblio de barrio General Paz y donaron mucho material repetido para nutrir nuestra biblioteca. De la Biblioteca Córdoba y de la Julio Cortázar también nos ofrecieron capacitaciones sobre cómo poner en marcha una biblioteca. Y la de Villa Allende Parque nos invitó a una formación de talleres de lectura para madres y niños.
►Centro Vecinal Alberdi. Abierto de lunes a viernes de 16 a 22 hs; jueves por la mañana; sábados durante la siesta. Los fines de semana el espacio se alquila para cumpleaños, bautismos y eventos particulares de vecinos.
►Biblioteca Popular. Abierta todos los miércoles y jueves de 17 a 19 hs.
Por Julieta Pollo para La tinta