¿Quién es Higui? ¿Por qué la queremos libre?
Un ataque que condensa violencia heteronormativa, de género, de clase, física y patriarcal. Hoy, en el Día Internacional de la Lucha contra el Lesbotransbiodio, jornada nacional de lucha por su libertad.
Higui, Analía Eva Dejesús, está presa desde el 16 octubre de 2016. Ese día una patota de diez hombres la ataca en Bella Vista, partido de San Miguel, Provincia de Buenos Aires. Estaba en la casa de una amiga y decide irse porque se cruza con Cristian Rubén Espósito, uno de los agresores.
Espósito ya la había hostigado otras veces. Cada vez que Higui iba a ese barrio sufría algún ataque: le tiraban piedras ó le robaban la bicicleta. Una vez le dieron tres puntazos en la espalda que la mandaron al hospital donde estuvo internada varios días.
Higui decide irse para evitar estar con él. Camina sola por el pasillo que comunica la casa de su amiga con la calle Irustia. Espósito y 9 hombres más la van a buscar al pasillo. Le pegan. La tiran al suelo. E intentan violarla.
–Te voy a hacer sentir mujer, forra lesbiana -le gritan.
Ella se defiende para no ser violada. Acostumbrada a los hostigamientos carga siempre con un cortaplumas. Saca su navaja y mata a uno de sus agresores: a Espósito. Cuando llega la policía Higui estaba golpeada e inconsciente. La trasladan al Destacamento de San Martín. Llega desfigurara y con toda la ropa rota, sucia y ultrajada. La encierran en un calabozo sin atención médica. A Espósito lo trasladaron al hospital.
Higui se entera que su agresor había muerto recién al día siguiente, en la indagatoria. Creía que sólo lo había lastimado. Higui está imputada por homicidio simple y con prisión preventiva. Raquel Herminda Leyenda, su abogada, asegura que la causa tiene varias irregularidades. Y que la justicia trabajó a reglamento pero no respetó los derechos, ni garantías constitucionales, ni investigó lo que declaraba Higui.
Irregularidades en la causa
La segunda irregularidad es el acta de procedimiento que redacta el policía que encuentra a Higui y a Espósito. Es muy corta y no menciona el estado en el que estaba Higui. No habla ni de golpes, ni de la ropa rota.
La tercera irregularidad es la falta de una defensa oficial. Higui no pudo encontrarse, ni siquiera el día de su detención e indagatoria, con su defensa oficial. Tampoco su familia pudo acceder a la funcionaria judicial, a pesar de que muchas veces intentaron comunicarse. Recién en diciembre del año pasado y después de que la Defensoría de Género de Malvinas Argentinas iniciara una mesa de trabajo con otras organizaciones políticas y sociales, la defensora oficial fue reemplazada. En ese momento Raquel Hermida Leyenda toma la defensa de Higui.
La falta de atención médica es otra irregularidad en la causa, a pesar de que Higui estaba desfigurada y golpeada. Tampoco le hicieron tests para determinar su estado físico ni verificar los signos de abuso. Raquel Hermida Leyenda asegura que tampoco le realizaron una pericia psicológica, aún cuando Higui declaró que habían intentado abusar de ella.
Recién en abril de este año le realizaron a Higui los estudios de psicodiagnóstico. Se les tomó todos los test de rutina. Y también se le hizo el test de Raven que analiza una serie de figuras, secuencias y patrones para saber si ella podía comprender todo lo que le pasó. Además se le hizo un segundo test de Rorschach que mostró el estrés postraumático que vivió Higui. Esto certifica lo que ella declaró en la indagatoria: que intentaron violarla.
Raquel Hermida Leyenda asegura que Higui no tiene problemas de conducta, es una persona plena en sus capacidades mentales. Lo que hizo fue defenderse.
Otra de las irregularidades en la causa es que no se peritó la ropa de Higui. Algo que también podría haber aportado pruebas del abuso. La Policía Científica de San Martín está a cargo de la pericia, pero Raquel Hermida Leyenda asegura que no cree que el resultado sea muy revelador. Porque no hay garantías de que la cadena de custodia de esa ropa este protegida.
Violencias sobre Higui
El ataque a Higui condensa distintas violencias: la heteronormativa, de género, de clase, física y patriarcal.
La heteronorma como dice su palabra es la norma heterosexual, un régimen social, político y económico que impone las prácticas sexuales heterosexuales a través de distintos mecanismos: médicos, artísticos, educativos, religiosos, jurídicos, etc. Y las distintas instituciones presentan a la heterosexualidad como el único modelo válido de relación sexoafectiva y de parentesco. Todo lo que se corre a esta norma se lo refuta, descalifica, cae en pecado, condena, merece la muerte o la violación.
Sandra Aguilar, integrante de Desde el Fuego, colectiva feminista y disidente, asegura que la violencia heternormativa se puede expresar en una violación correctiva. Y que la expresión de género de Higui, “lesbiana chonga”, genera en los varones una amenaza de su propia masculinidad.
El Artículo 34 del Código Penal habla de imputabilidad en nuestra legítima defensa. Justifica el accionar cuando alguien entra a nuestra casa. Y asegura que nuestro domicilio es inviolable y quien lo agrede está violando una garantía constitucional que es la privacidad de nuestro domicilio.
Raquel Herminda Leyenda asegura que lo que nuestra constitución nacional y nuestros códigos no tienen en cuenta es que nuestros cuerpos también son inviolables. Y tenemos derecho a decir que no, o a consentir el acto. Además afirma que si sos varón la justicia argentina reconoce el derecho a ejercer tu masculinidad para defenderte, pero si sos mujer esto se pone en duda.
La abogada busca que la justicia le dé la razón en que nuestro cuerpo también es inviolable. Higui se defendió de una patota y tenía derecho a hacerlo.
Jornada nacional
Hoy se realizan el país diferentes actividades de visibilidad y difusión del caso de Higui. En Córdoba a las 18 en la plazoleta del fundador se llavará a cabo una volanteada para exihigir su libertad «tras lo injusto de su imputación, así como también por las múltiples irregularidades en su causa y las violencias que conlleva el encierro».
Fuente: FM La Tribu