Tristeza infinita

Tristeza infinita
13 marzo, 2017 por Redacción La tinta

Por Pablo Airetti

Siempre hubo avalanchas en los recitales de los Redondos y del Indio. Las viví en varios tipos de espacios. En boliches como Flop en Villa María, L’etoile en San Carlos, en estadios como Huracán, Unión de Santa Fe y el Chateau; en anfiteatros como Villa María y en predios como el de Jesús María. Varía el tipo de espacio. Por alguna razón que no podría precisar, la pasé peor en los espacios más reducidos.

También sufrí avalanchas en los Rolling Stones, en Metallica, en Manu Chao, en el Cosquín Rock, en Divididos, en muchísimos recitales más. Nunca llegaron a pisotearme, calculo que por mi tamaño, pero he levantado a muchísimos caídos, porque lo primero que hacés cuando viene una avalancha y se cae alguien, es tratar de levantarlo. Igual que en un pogo. Es instintivo: tratás de levantarlo para que no lo pisoteen. No importa el número de gente. Importa el tipo de público, la proporción de estúpidos descontrolados en una circunstancia donde saber controlarte, cuidarte y cuidar al que tenés al lado es fundamental.

La euforia en un concierto, en los metros más cercanos al escenario, es inmanejable. Se nota quiénes opinan sin haber vivido un recital en campo alguna vez, sin saber lo que es levantar a alguien y mandarlo para adelante vía pasamanos para que lo reciban los de seguridad. Si la cosa se desmadra, lo único que puede pasar es que la banda frene, pida que se enciendan las luces y trate de que se recomponga la situación: es lo que están mostrando que pasó.

Argumentos que leo y escucho:

Culpa del Indio: debería hacer recitales más chicos con menos gente. Pienso: muchos seguidores del Indio no entienden de entradas agotadas. Él mismo lo sabe desde hace años. Otros no entienden de que tienen que tener entradas para entrar. Van igual a descontrolar hasta entrar o entrar. No es de ahora: lo vi por lo menos dos veces, en Huracán y en Villa María. Entran o entran. Y si no entran, caos. Aunque cada vez hubo más controles y entonces, muchos de los que no compraban entradas, comenzaron a hacerlo. Por eso la locura de pensar en un predio para cientos de miles de personas.

Culpa del Indio: sabiendo que generó un fenómeno inmanejable, debería no tocar más. Pienso: un recital del Indio es una alegría inolvidable para cientos de miles de personas. Pensar en que no toque más por las posibles tragedias es como pensar que no debería haber más fútbol por las posibles tragedias. Se trata de fenómenos que le dan felicidad a mucha gente, y donde va mucha gente que se cuida y cuida al que tiene al lado, y otra gente que no, que va a descontrolar.

Culpa de la política, del intendente, de los que dieron la habilitación. Pienso: es el argumento más ridículo. Y el más previsible: los medios irán por ahí para favorecer/desfavorecer intereses políticos. Se sabe que el Indio se pronunció a favor del gobierno anterior y en contra del actual. Ya está: mierda asegurada por varios días en los noticieros y programas de opinólogos.

Culpa de la Seguridad: deberían haber maximizado las condiciones. Pienso: Hay cientos de miles de personas para un recital. Se recomendó no ir con menores. ¿Se debería prohibir el ingreso de menores? Tal vez. Una vez que entregaste tu entrada y estás en el predio, dependés de vos y de un entorno de miles de personas. Sabés que si vas adelante va a ser menos tranquilo que si te quedás más atrás. En el Indio y en cualquier recital de rock con campo. Siempre estarán los que quieren ir más y más adelante. Siempre van a estar los que generan avalanchas. ¿Son estúpidos? Sí, son estúpidos. Pregunto: ¿habrá habido más avalanchas en Olavarría que en Tandil o en Mendoza o donde sea? Debe haber sido muy parecido. Puede haber avalanchas con 10, 50, 100, 150 o 200 mil personas. Atribuir la muerte al volumen de concurrencia no parecería demasiado lineal. Hubo recitales más multitudinarios en el mundo, sin muertos. ¿Hay que esperar que se muera alguien para delimitar concurrencias? Pienso: se pueden morir igual con la mitad de la gente.

¿Culpa de la gente entonces? ¿De los que generaron las avalanchas? Pienso: sí. ¿De los que entraron sin pagar? Sí.

Entonces: ¿Cómo detectar en la entrada a los que van a descontrolar? Respuesta obvia: es imposible. Total y absolutamente imposible. ¿Cómo los detectás? ¿Por la cara? ¿Por el aspecto? ¿Por si están más o menos enteros o rotos? ¿Qué podrías hacer? ¿Un control de alcoholemia en la entrada como dijo un periodista recién? ¿Se imaginan? Imposible. Por otra parte: hay estúpidos que no necesitan alcohol. ¿Alguien fue alguna vez a un recital, al campo (no al campo vip, al campo general) y no se sintió apretado? ¿Alguien alguna vez no sintió un poco de miedo en una avalancha? Es imposible no sentirlo.

En Villa María, en los noventas, por el descontrol de adelante, con mi pareja nos fuimos para atrás. Justo cuando habíamos llegado a la última fila de la platea y buscábamos subir a la tribuna del fondo, sonó «Mi perro dinamita» y una avalancha nos tapó, literalmente. Una montaña de personas se nos cayó encima a varios que estábamos justo ahí. Tardé varios segundos en poder levantarme y otros tantos, una eternidad, en poder rescatar a mi pareja, que había quedado abajo de todo. Después del desmayo, lloró desconsolada el resto del recital, afuera. Mientras trataba de consolarla, puteaba por todo, por la avalancha, por el recital que me estaba perdiendo, pero sobre todo por los estúpidos que empujaron. Anfiteatro de Villa María, 25 mil personas como mucho…

¿Qué queda entonces? ¿Prohibir al Indio? Sería lo peor.

¿Maximizar la seguridad? ¿Se murió gente por avalanchas, no? ¿Cómo evitás una avalancha? Evitando a los estúpidos que empujan, que siempre quieren ir más y más adelante.

¿Cómo los evitás? ¿Cómo evitás la estupidez de los estúpidos? ¿De la gente rota que no se cuida, ni cuida al que tiene al lado?

Si entró gente sin pagar, descontrolando para entrar, pienso lo que seguro también piensa la organización desde hace muchísimos años: ¿Qué es peor? ¿Dejarlos pasar y asumir riesgos adentro o frenarlos, que se arme caos afuera y darle de comer a los medios?

¿La respuesta está en un recital de rock? No lo creo.

¿El Indio es un recital de rock? Sí, el más emocionante de la historia del rock. Y el más inmanejable. En un fenómeno así, la sensatez de cada uno importa. El resto, ahora, es periodismo basura.

Tristeza infinita…

Por Pablo Airetti.

Palabras claves: Indio Solari

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