“Es muy duro el golpe que estamos recibiendo en el país”
Primera parte de la entrevista a la cantora Liliana Felipe, quien visita el país en el marco de un ciclo de recitales en el Torquato Tasso. “Milagro Sala es el ejemplo vivo de eso, de alguien que no se deja encarcelar en el lugar que quieren imponerle”.
*Por Paula Carrizo y Juan Manuel Ciucci para Agencia Paco Urondo
La cantautora cordobesa, radicada hace años en México (donde debió exiliarse luego del secuestro y desaparición de su hermana Ester Felipe y a su cuñado Luis Mónaco en 1978), volvió a nuestro país para brindar un ciclo de recitales donde recorre su profusa obra. Tabaquería (1997), Matar o no matar (2006), Mil veces mil (2008) o Tangos de Discépolo (2011) son algunos de sus trabajos. En esta parte de la nota, habla de sus primeras impresiones en esta visita a la Argentina macrista, y de la dura actualidad mexicana.
– En principio, queríamos conocer tus impresiones en este regreso desde México a la Argentina
– Recibí la invitación hace unos meses, y la última vez que estuve fue justo un mes antes de la elección, donde la gente estaba preocupada de lo que podría llegar a ocurrir y ocurrió. Y en aquel momento, Jesusa (Rodríguez) y yo sentíamos como que estaban menos preocupados de lo que debieran estar preocupados. Como que pensaban que no iba a ser tan duro el golpe, que había zonas blindadas, incluso de derechos humanos… Justo estaba leyendo hoy de Milagro Sala. Y nuestra sensación era que cuando este tipo de gentes o grupos, toman el poder es muy violento el accionar.
Entonces, cuando me invitaron, quería venir a ver. La primera sensación es de tristeza; la segunda es de pobreza, no sé si por el lugar en donde estoy de la Ciudad; la tercera es como cuando te atontan, como cuando te aturden. Y por otro lado también veo que hay gente que protesta, que se organiza. Pero sí tengo la impresión de que es muy duro el golpe que estamos recibiendo en el país. Y no tengo ningún consejo digamos para solucionarlo, ni de esto ni de nada (risas).
– En ese sentido, habías venido hace unos cuantos años, incluso brindaste un recital en la Ex ESMa…
– Sí, donde yo veía justamente lo opuesto, incluso comentábamos con Jesusa siempre que había como una cosa de mucha alegría en la gente, por más dificultad o por muy duro que fuera el momento que estaba viviendo alguien personalmente, la cosa colectiva era más de alegría, de construcción. Cosa que no siento ahora para nada. Tengo la impresión de que justamente están en el poder los que nunca jamás voltearían a ver lo que es una construcción colectiva. Y creo que Milagro Sala es el ejemplo vivo de eso. De alguien que no se deja encarcelar en el lugar que quieren imponerle. No la conozco, no he leído sus discursos, entiendo que es una mujer pobre, que se niega a vivir lo que le dictan para vivir. Con mucha valentía y mucha fuerza, rompe esto que es como una jaula y empieza a hacer cosas, y eso no está bien visto por el poder.
– Eso que decías también les pasa a compañeros, luego de tanta organización, a un año, esta desazón. ¿Cómo analizas eso?
– Nosotros no tenemos experiencia en eso porque nunca hemos tenido los doce años que ustedes tuvieron. Lo nuestro es siempre desazón, a lo mejor ustedes que sí tuvieron esa experiencia, debieran tener la no sé qué, la energía o la tranquilidad, o la coherencia de encontrar esos puntos para lograr hacerse más fuertes. Pero nosotras en México es siempre la desazón, siempre la puerta cerrada, siempre la pared tapiada. Es eterna la desazón.
– La sensación aquí era que mientras en Suramérica se daban impulsos emancipadores, México continuaba enclaustrado en el pasado…
– El golpe ha sido muy duro contra Dilma y Cristina, contra Brasil, Argentina y Venezuela, por supuesto. Y México, ahora con lo de Trump, ojalá reaccionáramos. Pero siento que el gobierno siempre se aliará… son aliados naturales de Trump. Ojalá pasara algo más desde abajo, desde la gente.
– ¿Y este interés que tenés por nuestro país y el continente, lo notás en México?
– No, no hay interés, siento como que México es un país totalmente dependiente de EEUU, desde hace 70 años. Y ahora, cuando le entregaron el petróleo a EEUU, esa era la fuente vital, el motor en los años 50, y eso fue entregado por Peña Nieto a EEUU. Entonces, ahora hay un intento de recuperación de aquello, pero las pocas gentes que salimos a gritar, éramos los retardatarios, los que estamos contra el progreso, que no entendemos las nuevas movidas de la economía. Éramos un puñado de locos pertenecientes al Movimiento Morena, ahora Partido. Ni siquiera ahora con el aumento de la gasolina de un 20%, hay muchos brotes por el gasolinazo, pero nada espectacular.
– En el último tiempo, las mujeres y las organizaciones feministas tomaron un rol importante. En la asunción de Trump hubo marchas…
«Lo de Ayotzinapa, sigue siendo un punto de inflexión. Por primera vez en México los medios dijeron la palabra desaparecido, nunca antes se había dicho»
– La marcha del Ni Una Menos acá fue espectacular, no sé cómo fue en México esa marcha porque no estuve allá. Pero tengo idea que hubo marchas pero no muy grandes, me han dicho. Sí siento que lo que podría encender la llama de la necesidad de expresarse en México es el aumento de la gasolina, que hará encarecer todo. Ha habido varios brotes en varias ciudades, y la gente trata de resistir. Pero la indiferencia general de la gente, de no sentirse capaces de modificar nada, ni de aspirar a nada, es muy demoledora también.
– Algo que nos impresiona mucho son las muertes que se producen, en esas protestas hubo muertos que parecen no impactar en la sociedad como sí sucede aquí ante ciertas muertes como las de Kosteki y Santillán, o Mariano Ferreyra, que son paradigmáticas y cambian el escenario político.
– Es que son tantas por día… Esto empezó con Calderón en el 2006, donde les declara la guerra al narco, y es algo también impuesto por EEUU. Porque curiosamente se declara esta guerra pero la heroína, que parte de Guerrero, nunca se ha detenido. Es un canal abierto. Es un país secuestrado, yo siento. También el tren en México solamente transporta productos de los EEUU. Es de ellos, un presidente se los dio, y ahora es miembro del consejo directivo de la empresa de trenes de EEUU. Son cosas muy evidentes, que no se tocan, que así son. Lo de Ayotzinapa (represión a estudiantes que significó seis muertos, 25 heridos y 43 desaparecidos), sigue siendo un punto de inflexión. Por primera vez en México los medios dijeron la palabra desaparecido, nunca antes se había dicho. Para empezar por ahí, hay un punto de inflexión.
Siempre digo que hay que recordar la masacre que hubo en México durante la conquista, y los pueblos originarios son los sobrevivientes de esa masacre. Es como si acá vinieran y mataran 25 millones de habitantes. Allá, en una población de veintipico de millones, mataron 14 millones en 18 años. Y siempre ha sido un gobierno colonizador, colonizado, aunque nacieran en México, colonizados mentalmente. Por eso el drama de los zapatistas, y los acuerdos de San Andrés, que para poder dar voz y voto a los pueblos indígenas tuvieron que hacerlos a un lado. Los gobiernos siguen siendo parte de los colonizadores, los pueblos indígenas no han tenido un respiro desde 1520.
– Ya que toca ese tema, ¿cómo ve la situación actual del zapatismo, ahora que anuncian un partido y una candidata indígena a la presidencia?
– La verdad no sé mucho de estos temas políticos. Respeto mucho al zapatismo, a la gente y lo que están haciendo. Siento que el Subcomandante Marcos ha coqueteado siempre con el poder, con los medios, y curiosamente siempre ha tratado de obstaculizar al único movimiento que podía llegar a ser un poco más social-democrático, o algo así. No sé, es muy raro lo que ha ocurrido con él. El movimiento sigue su rumbo, hay cosas muy interesantes, pero está como muy aislado también, es algo a lo que muy pocos tenemos acceso.
– Nos gustaría preguntarte por el Papa argentino, siendo que es otro tema el de la Iglesia Católica en tu obra.
– Para mí, él sigue siendo hasta que no se demuestre lo contrario uno de los culpables de la desaparición de más de 400 niños. Eso es todo lo que siento que puedo decir. Y para mí la Iglesia es un negocio. Y trato de expresarlo en una de mis canciones, donde siempre voy agregando cosas, de lo que va ocurriendo, de lo que hacen, de cómo se manejan. Y donde la mujer no tiene ni tendrá cabida, ahí es para esclavas, nada más. Estuve pendiente de lo de la encíclica Laudato si porque obviamente los animalistas dijeron que era muy amigable con los animales, y por eso se pondrá Francisco, no lo sé. Pero para mí, hasta que no se demuestre lo contrario, es parte del secuestro de niños.
*Por Paula Carrizo y Juan Manuel Ciucci para Agencia Paco Urondo