Estrenan el corto documental “Retrato de una práctica”: el aprendizaje del ballet desde el vínculo de una bailarina y su maestra
El corto cordobés ―que estará disponible por una semana― procura descubrir y captar cómo aprendemos las personas. El documental de la directora Valentina Wiens “retrata la práctica de una bailarina en su práctica cotidiana y la de una profesora acompañando un proceso delicado y desafiante”. En este filme, los realizadores nos vuelven testigos privilegiados de conteos, sonidos, movimientos que repiten las piernas, los brazos, las voces, la cadera, la cabeza y hasta los ojos de Sol y Valeria, las protagonistas.
Por Martín Emilio Campos para La tinta
Es difícil conseguir lo que Retrato de una práctica en el fondo busca: captar ese momento en que una persona aprende. Es difícil hasta definir el mismísimo instante en que sucede, imagínense registrarlo. Procurar encontrar la demostración visual de algo tan intangible es una tarea llamativa y muy curiosa, y la película encuentra un lugar muy especial donde indagar.
Sol es una joven bailarina de ballet que ha decidido recientemente, después de cierto éxito y algunos traspiés, retomar la práctica profesional. Valeria es su profesora y juntas, y con muchísima gracia, ocupan un vasto espacio de ensayo donde pulen detalles de la danza de a poco y en confianza: reaprendiendo lo viejo, incorporando lo nuevo, una mecánica siempre sutil. En off, conocemos sus historias, sus logros, sus dudas, en lo cual uno reconoce el llamado de una vocación, la dedicación, la exigencia, el esfuerzo tan singular que requiere una afición así. Mientras, asistimos a un proceso único del cual los realizadores nos vuelven testigos privilegiados: conteos, sonidos, movimientos que repiten las piernas, los brazos, las voces, la cadera, la cabeza y hasta los ojos, momento crucial: tenés que mirarte la mano, la gente va a mirar lo que vos mirás.
Y conociendo ese vínculo, esos métodos de aprendizaje y de enseñanza, uno también percibe un efecto que esta experiencia documental puede dejar, algunas preguntas para la vida cotidiana. ¿Cómo es que efectivamente uno aprende hasta lo más básico (lo bueno o, incluso, lo malo)? ¿Cómo se ven esos momentos de inspiración, quizás oculta o apenas perceptible, en que algo se comprende y se replica? Esos instantes como aquel en que Sol, levantando el mentón, se mira la mano y siente que ha aprendido.
En esta nota, hablamos con Valentina Wiens, directora, quien junto a Tomás Roldán (productor), Magalí Fariña (montaje), Cecilia Aguiló (producción) y Fátima Juárez (producción) realizaron el corto en el Posgrado en Documental Contemporáneo 2023-2024, curso que llevan adelante el Cineclub Municipal Hugo del Carril y la Universidad Blas Pascal.
—¿Cuál fue la motivación para realizar el corto?
—El deseo de filmar este cortometraje surgió de las ganas de descubrir y captar cómo aprendemos las personas. En un principio, el cortometraje estaba pensado con una estructura coral, se trataba de varias personas aprendiendo cosas de distintas áreas del conocimiento. Decidimos abocarnos al aprendizaje del ballet desde el vínculo de una bailarina y su maestra por varios motivos. El principal fue que, al haber estudiado yo misma muchos años ballet y siendo tan valioso para mí el trabajo de una maestra que trasciende las labores de un profesor para convertirse en un referente en la vida de una joven bailarina, decidimos comenzar la búsqueda por ahí. Además, pensamos que sería lindo retratar el mundo del ballet desde el cuerpo y los movimientos de las bailarinas. Otra de las motivaciones fue de esa índole, más técnica o expresiva si se quiere: las ganas de filmar el cuerpo acercándonos al cuerpo (ópticamente). Con lentes de gran distancia focal, yendo a la captura de imágenes de los cuerpos como no solemos verlos, en planos medios y cortos, cuerpos ocupando gran parte de la pantalla.
—¿Quiénes son las protagonistas del corto? ¿Por qué es importante su vínculo?
—Sol es una bailarina de ballet cordobesa de veinte años y Valeria es una primera bailarina retirada y maestra de Sol. Juntas, ensayan técnica de ballet y variaciones clásicas de estilo hace varios años. Trabajando a la par, lograron participar de una competencia muy importante en el mundo, obteniendo el segundo lugar, lo que llevó a Sol a estudiar en una escuela en Canadá.
Hay valores en el vínculo maestra-bailarina que puedo atesorar por haber experimentado yo misma su magia. Sentirse creciendo con la guía amorosa y valiente de una persona a quien uno admira sobremanera es una sensación de contención y confianza con la sabiduría del otro, de una naturaleza muy especial. Me interesaba eso: retratar no una profesora y una estudiante, sino ese vínculo entre dos que persiguen juntas unos objetivos profesionales ambiciosos: entrar en una compañía de ballet, participar en concursos, pulir la técnica y la expresividad de los movimientos, el estilo de cada variación, de cada paso.
Además, en el momento en que comenzamos a trabajar con ellas, Sol había tomado la decisión de volver a bailar profesionalmente luego de haber estado un año sin bailar. Nos parecía muy lindo filmarla volviendo a hacer lo que más les gusta hacer, bailar.
El corto retrata la práctica de una bailarina en su práctica cotidiana. También la de una profesora acompañando un proceso delicado y desafiante.
—¿Qué buscaba retratar de este encuentro? ¿Con qué se encontraron?
—Buscábamos mucho una parte del proceso de aprendizaje: la ejecución fallida, por decirlo de alguna manera, de un paso. La corrección por parte de la maestra. El estudio sobre el movimiento. Finalmente, la correcta ejecución del paso. Y en ese ínterin: la compresión de la falla técnica y la mejora plasmada en la técnica. Todo eso poniendo el foco de interés en la forma de ser de cada una, su estilo, su personalidad, su ánimo. Su gracia y brillo propio.
Nos encontramos con estas dos bailarinas en su forma adorable de trabajar. Pero también la historia de las dos, las preguntas que pasan por la cabeza de una joven bailarina que no sabe con certeza si quiere seguir bailando o no, si es lo que sigue eligiendo para su vida luego de haber vivido muchos traspiés: entre ellos, la lesión que terminó en la decisión de interrumpir la beca en el exterior y volver a la Argentina y dejar la danza. Pero también el retorno incansable al trabajo de todos los días.
Mirá Retrato de una práctica aquí. El corto estará disponible durante una semana.
*Por Martín Emilio Campos para La tinta / Imagen de portada: fotograma Retrato de una práctica (2024).