El “Acuerdo de Escazú” y las voces de las comunidades que luchan
Hace pocas semanas, la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables (FUNDEPS) lanzó una iniciativa digital que reúne información, recursos e instrumentos para saber todo acerca del Acuerdo de Escazú y conocer las luchas de las personas y grupos que defienden el ambiente, la salud colectiva y sus territorios. Bajo el nombre de «Escazú para comunidades«, este sitio web es un recurso destinado a proporcionar información detallada sobre el Acuerdo firmado en 2018 en Costa Rica, así como un espacio para promover la sensibilización y el apoyo público a la protección ambiental.
El Acuerdo de Escazú marca un hito significativo al ser el primer tratado internacional que reconoce explícitamente los derechos de los «defensores y defensoras ambientales», comprometiendo a los Estados a garantizar su protección en un contexto donde frecuentemente están expuestos a amenazas, intimidación y violencia.
En “Escazú para Comunidades», diversas organizaciones cordobesas comparten sus historias y experiencias. Estos testimonios no solo ilustran los desafíos de su trabajo, sino que también destacan la trascendental importancia de sus esfuerzos para la biodiversidad y la sostenibilidad en la región. “No hay una única manera para organizarse ni de pedir respuestas frente a un conflicto ambiental. Sin embargo, sí existen prácticas comunes y las experiencias de quienes luchan desde hace tiempo”, dicen desde FUNDEPS y hacen hincapié en lo valioso de recopilar y poner a disposición ―a través del cuadernillo “Resistiendo y re-existiendo en comunidad”― las experiencias de Vecinxs Unidos en Defensa de un Ambiente Seguro (VUDAS), OMAS, Madres de barrio Ituzaingó Anexo, Todos por nuestros arroyos, Preservando el Parque de la Vida, Vecinos Autoconvocados de Marcos Juárez y Amigos de la Reserva San Martín.
“Armar redes es la única forma de sostener la lucha. Porque es muy difícil, son muchas cosas en juego… desde cansancio y la frustración hasta el enojo y miedo, y un largo etcétera. Entonces, si no es con otros, es casi imposible. Cuando hablamos de red, no solo nos referimos a quienes forman parte del grupo, sino a otras personas de otras luchas, de otras comunidades que pueden aportar un montón desde sus experiencias y sus recorridos. Armar una red es el sostén”, afirman desde Vecinos Autoconvocados Marcos Juárez, en diálogo con La tinta. En la ciudad del sudoeste de la provincia de Córdoba y ante la constante vulneración del derecho a la salud y ambiente sano, en 2014, vecinas y vecinos lograron la sanción de la Ordenanza n.° 2446 que fija zonas de resguardo ambiental para la aplicación de agroquímicos. Sin embargo, en diciembre del año pasado, debieron presentar ―junto a FUNDEPS― un amparo ambiental para que se modifique la ordenanza vigente y se efectivice el funcionamiento de la Comisión Asesora sobre Medio Ambiente, ante la falta de controles e ineficiencia de la norma.
Preservando el Parque de la Vida es un grupo de ciudadanos que buscaron, en principio, evitar la privatización de parte del Parque de la Vida, el conocido espacio verde de Córdoba capital: “De manera colectiva, hemos elaborado una propuesta de ordenanza municipal para proteger de forma integral el Parque de la Vida, el arroyo La Cañada y los espacios verdes que la rodean. Concretamente, solicitamos la declaración de Reserva Natural Urbana y Patrimonio de la Ciudad a 179 hectáreas ubicadas al sudoeste de la ciudad, incluyendo las 62 ha originales del Parque de la Vida”.
El camino desde octubre del 2022, dicen, ha sido muy enriquecedor como organización comunitaria y participación colectiva, pero ha sido también difícil en el intercambio y acuerdos con niveles de gobierno municipal y provincial para lograr avances firmes y perdurables respecto al cuidado de este espacio. “Creemos firmemente que la salida siempre es colectiva e intersectorial, queremos ser parte de las decisiones sobre el lugar que habitamos. Hoy, nos convoca el Parque”, enfatizan desde el grupo.
En Alta Gracia, hace más de 10 años, un grupo de vecinos se unió para evitar que un country cerrara el acceso al arroyo Los Paredones que atraviesa la ciudad, derivara el agua de su cauce para consumo interno y regado de canchas de golf, conformando Todxs por nuestros arroyos. “Actualmente, estamos integrando la Mesa por el Agua y el Ambiente de Alta Gracia (MAyA), y el Consejo Ambiental de la Cuenca del Anisacate. Los problemas dejaron de ser puramente locales y limitados a los arroyos… ahora se extendieron y con mayor gravedad a todo el sistema hídrico de la ciudad y de toda la cuenca, lo que afecta a todas las comunas ribereñas del río Anisacate”, dicen desde el colectivo y concluyen: “La única batalla que se pierde es la que se abandona… Es importante que se descubra en cada quien qué es lo que incentiva, pero, para eso, hay que pasar muchos tropezones y la salida es pensar más en comunidad”.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Fundeps.