Pelusa Ponce, una pionera del fútbol femenino
“Yo que siempre bendecí lo que guardan los recuerdos,
hoy tengo que bendecir volver a vivir un sueño.
Hace tiempo, muchos años, no hace falta decir cuántos,
un puñado de muchachas fuimos notas de los diarios.
Ignorando el ‘¿vio, vecina, estas chinitas modernas,
mostrando mucho las piernas, corren tras de una pelota?
Pero sí, doña Porota, si hasta vergüenza me da,
el fútbol es de los hombres, ¿dónde vamos a parar?’.
A ninguna de nosotras nos importó el qué dirán,
con un puñado de sueños y un bolsito con la ropa,
nos subimos a un avión y a jugar a la pelota”.
Pelusa Ponce
El 21 de agosto de 1971, en el “Campeonato de Fútbol Femenil” ―como se denominó el 2° Mundial de Fútbol Femenino en México―, un grupo de mujeres argentinas hicieron historia en el Estadio Azteca. Los medios mexicanos no tuvieron más que palabras de grandeza para referirse a aquella hazaña frente a un seleccionado con mucho recorrido, ya que, en Inglaterra, surgieron las primeras referentas del fútbol femenino, como Lily Parr, de las Dick Kerr Ladies, y con un equipo que se formó en una fábrica de municiones de Preston durante la Primera Guerra Mundial.
Entre los registros de México 71, está la foto del equipo argentino, con el once titular, que «hipnotizó», años después, a Lucila «Luky» Sandoval cuando fue a la Asociación Argentina de Fútbol Femenino a firmar su primer fichaje con el club All Boys. La identificación que sintió con esa imagen la movilizó a conocer más sobre la historia de esas futbolistas argentinas. «¿Quiénes eran? ¿Habrían vivido lo mismo que yo? ¿Serían de pueblos como el mío?«, escribe Luky en su relato «Marimacho», publicado en el libro Pelota de Papel 3. Y, en 2016, impulsó la Fundación de Pioneras del Fútbol Femenino Argentino, que logró reunir a las mundialistas y contar esta historia. Entre ellas, se encontraba María Esther Ponce, “la Pelu”.
En nuestro programa «Lo que quieren las Wachas», conversamos con la Pelu en vivo, podés escuchar la entrevista completa en Spotify y verla en YouTube.
Pelu nació en la ciudad de Santa Fe y pasó sus primeros años en Alto Verde. Luego, se mudó a Buenos Aires, donde vivió gran parte de su vida. Ahora, está instalada en las sierras de Córdoba. Empezó a jugar al fútbol con su papá y sus primos, haciendo picaditos en la playa, en el club del barrio y en la casa de campo de sus abuelos. Cuando les faltaban jugadorxs, ponían a sus tías al arco. Es hincha de Independiente. Además de jugar al fútbol, canta, escribe y recita poesía.
—¿Cómo empezaste a jugar al fútbol? ¿Cómo era jugar a la pelota cuando eras chiquita?
―Mi papá me lo inculcó y enseñó, era muy deportista y me llevaba desde los cuatro años a las canchas, íbamos a ver todos los torneos que había en mi barrio. Yo me levantaba, desayunaba y mi mamá me preparaba para ir a la cancha, iba con mi papá. Después, iba a almorzar y, a la tarde, veíamos en la tele las finales de los torneos. Jugábamos picados de playa y cuando iba de vacaciones a Santa Fe. Visitábamos a los abuelos y yo me iba al campo de la casa de unos tíos abuelos y jugaba al fútbol con mis primos. Y así me crié, en las canchas. A los 18 años, mi papá me empezó a llevar a la cancha de Independiente, a ver al rojo. Yo lo vi jugar al equipo mucho antes de Bochini, pero también lo vi jugar a él, a Bernao, a Santoro y al Chivo Pavoni. Los conocí personalmente a todos. En el 2020, el club me invitó y me regalaron una camiseta con mi número.
Los torneos donde las mujeres podían comenzar a dar sus primeros pasos en el fútbol y formar parte de algún equipo eran organizados por los representantes de jugadores de la época, que además se encargaban de organizar giras por diferentes provincias argentinas. Este fue uno de los puntos de encuentro claves para las pioneras. Entre los más recordados por las mundialistas, aparece el torneo realizado en el Club Atlético Independiente, que transmitió Canal 13 a comienzos de los setenta.
—La convocatoria para jugar el torneo transmitido por Canal 13 fue importante para reunir a las pioneras. ¿Cómo fue ese torneo? Ahí te probaste, ¿y cómo siguió?
―La verdad es que no fue una gran experiencia, porque nos pidieron ir a jugar y, de pronto, no teníamos ni preparador físico que nos dijera cómo pararnos en la cancha, cómo jugar, no teníamos nada. Fuimos a un lugar que ni siquiera era una cancha de fútbol, era una cancha que se usaba para rugby. Pusieron unos arcos ahí y nos hacían jugar contra marineros. Entonces, un día, se acercó el señor Harrington, que fue el autor de todo, el que organizó todo para ir a México. Apareció ahí buscando jugadoras y yo le pregunté si podía ir a jugar con el equipo de él, me dijo que sí y fuimos tres o cuatro. Virginia Andrada, la riojana Cáceres y Virginia Cataneo. Jugamos todas en un equipo que se llamaba Universitario. Ahí empezamos a jugar juntas. Nos llevaba a jugar a distintos barrios y a otras provincias. Las otras ya estaban acostumbradas a jugar. Yo no sabía cómo pararme en una cancha. Seguí jugando y Harrington, un día, nos dio la noticia de que había un Mundial, que íbamos a tratar de ir, y yo quería que me lleven.
Harrington consiguió un muchacho para que nos preparara, que nos vio jugar cuando le ganamos el amistoso a México en Nueva Chicago. Yo bajé cinco kilos en quince días; cuando queríamos tomar la sopa, nos temblaba la cuchara, porque teníamos toda la mañana gimnasia y a la tarde fútbol, quedábamos de cama. Eso fue un mes antes, más o menos, porque de ahí ya nos fuimos a México.
El amistoso contra México en la cancha del Club Nueva Chicago fue un partido que se disputó en julio de 1971, a pocos días de viajar al Mundial. Sin botines ni camisetas ―fueron enviadas después por el representante del equipo―, iniciaron su experiencia mundialista. Participaron seis seleccionados: Inglaterra, Francia, Dinamarca, Italia, Argentina y México. Nuestras pioneras jugaron tres partidos en la fase de grupos, el primero contra México, en donde cayeron por 3 a 1; el segundo contra Inglaterra, partido histórico en el que ganaron por 4 a 1; y en el tercero, se enfrentaron contra Dinamarca, que se impuso por 5 a 0. Las argentinas jugaron un último partido contra la selección de Italia, por el tercer puesto de la competencia, que perdieron por 4 a 0, quedando de ese modo en el cuarto puesto. Las ganadoras del mundial fueron las danesas, tras obtener una victoria frente a la selección anfitriona, por 3 a 0.
—¿Cómo fue meterle cuatro goles a Inglaterra?
―Tengo en un diario todo el detalle del partido. Se tenía como favoritas a las inglesas y nosotras éramos de segunda. Le habíamos ganado a México acá en Argentina y, cuando fuimos allá, nos ganaron. Tenía que ganar México para recaudar porque ahí llevaban gente las mexicanas, el público quería verlas a ellas. Nos anularon un gol cuando íbamos 2 a 1; si empatábamos, por ahí cambiaba la historia, pero así son las cosas. El 4 a 1 contra Inglaterra fue el segundo partido. Se dio, los partidos son partidos, se pueden dar o no, y este se dio. Entró uno, entró el otro, el segundo creo que fue de penal y el tercero y cuarto los hizo Elba Selva con un pase de Betty García, que era muy buena jugadora, de empuje, de entrar con pelota. La más habilidosa es Elba Selva, más de la gambeta. Buenas jugadoras, la verdad que era un muy buen equipo.
—En esa época, no debe haber sido tan común que un grupo de mujeres se fuera de viaje y a un Mundial, ¿no?
―No, para nada. Yo a veces le digo a la gente que nosotras no nos dimos cuenta de lo que estábamos haciendo. Subimos al avión y nos fuimos.
Esta historia quedó olvidada, como dice Pelu, «estuvimos mucho tiempo ignoradas y eso hizo que dejáramos el fútbol la mayoría, y volver a revivirlo cada vez es fabuloso». El encuentro con esa falta de reconocimiento fue inmediato: cuando volvieron a Argentina, nadie más que sus familias las esperaban en el aeropuerto y ningún periodista las contactó en los días subsiguientes. Recuperar esta historia es una forma de reivindicación para quienes fueron las protagonistas. Contarla, además, sirve para pensar el lugar de las mujeres y disidencias en el fútbol actual.
—¿Creés que sigue existiendo una brecha entre el fútbol femenino en Argentina y en otros países europeos o norteamericanos?
―Yo creo que sí. Siempre digo que hay un poco de hipocresía. Hay muchos clubes que no defienden el fútbol femenino o que le hacen boicot, como, por ejemplo, no ponerles agua caliente, no traer las planillas a tiempo o no ponerles transporte.
—¿Qué mensaje tendrías para darle a las niñas que están queriendo arrancar a jugar al fútbol?
―Yo creo que, en todo nivel de la vida, la mujer tiene que ir adelante con lo que quiere, con lo que pretende. Si les gusta el fútbol femenino, tienen que luchar, seguir adelante y preocuparse por ser mejores. Si son buenas, van a ser mejores y, si no, van a aprender, pero luchen por lo que quieren. Nosotras llegamos sin nada, sin saber mucho, sin camiseta, sin nada y mira dónde llegamos. Ustedes tienen más posibilidades.
Pelu llevó un diario del mundial, donde fue registrando todas las experiencias y sentires que vivieron durante esos días. Todavía lo conserva. Otra prueba de su estrecha relación con la palabra escrita y el registro poético. La historia de las pioneras es narrada en el documental México 71, dirigido por Carolina Gil Solari y Carolina Fernández, estrenado en 2023, a través de la recuperación y reconstrucción de material de archivo, y de los testimonios directos de algunas de las protagonistas, entre las que se encuentra la Pelu. Fue realizado con el apoyo del INCAA, Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.
Desde el año 2021, el 21 de agosto se celebra el Día de la Futbolista, en conmemoración a las pioneras y a esa hazaña que hicieron en el Estadio Azteca. De a poco, vamos armando pieza por pieza la historia del fútbol femenino en nuestro país y sentando las bases para que otras pibas y pibxs se animen a jugar a la pelota.
*Por Lo que quieren las wachas** / Imagen de portada: Ana Medero para La tinta.
**Programa sobre fútbol femenino en Radio Revés, que profundiza sobre la práctica deportiva, desde lo profesional hasta lo amateur, haciendo énfasis en las diferentes trayectorias y modos de vivir y habitar el fútbol de las mujeres y disidencias. Hecho por un grupo de pibas que forman parte del equipo de fútbol recreativo feminista Wacha Marta FF. Pueden escucharlo en vivo desde Radio Revés, FM 88.7, todos los lunes de 20 a 22 h. También disponible en Spotify.