«Cuadernos del merodeo», un talismán para el camino
Casi como un libro-objeto o un libro de artista, la publicación de Gustavo Fontán en Cielo Invertido Ediciones invita a desplegar un mundo sensorial, tridimensional incluso. Su edición dispara nuevos sentidos a partir de la forma de trabajar el color, las texturas, los tamaños, las tipografías, las ilustraciones y las fotos, todo amalgamado por la encuadernación artesanal y la calidez del papel bookcel.
Nos cuenta Fontán ―que hoy estrena «La terminal» en el Cineclub Municipal― que, a veces, las cosas pueden tener un comienzo muy sencillo: «El año pasado, me escribió Flavia Rojas para contarme de la editorial que tienen con Dolores González y me dijo que les gustaría publicar algo mío. Flavia tenía una idea que era trabajar con fotogramas de mis películas y fragmentos de textos previos, de entrevistas o de alguno de los libros anteriores. Me mostró también los libros que habían editado y me parecieron maravillosos, hechos con una enorme sensibilidad y cuidado. ¿Cómo decir que no a esa invitación? Era irresistible para mí. Rondamos alrededor de la idea de Flavia durante un tiempo hasta que les propuse trabajar con los cuadernos de trabajo de tres películas: La terminal, la adaptación de Nadie nada nunca y la escritura de una ficción que se llama Ramón Vázquez. Y ahí empezó la verdadera aventura. Trabajaron durante algunos meses en el armado porque el libro tiene muchas imágenes. Las maquetas iban y venían, yo corregía algún texto simplemente, acompañaba, porque, desde el principio, el concepto del libro, cómo editarlo, era claro para ellas. Quiero decir que estoy muy agradecido porque el gesto de editar, y editar un libro de estas características, es toda una toma de posición en el contexto en el que vivimos».
Como todos los libros que edita Cielo Invertido, en Cuadernos del merodeo, las imágenes son muy importantes. En ese intenso diálogo entre palabras, fotos y pinturas, el libro, que habla de talismanes, parece uno en sí mismo. O un diario de viaje de otro que ahora es nuestro o un cuaderno de notas privado que nos suena propio, o un recordatorio del tiempo y de la vida. O todo junto. El libro, precioso, es el registro poético del quehacer y del andar.
«Para mí, es muy importante porque mis cuadernos de trabajo están llenos de imágenes, de distinto tipo. Fotos o flores secas o poemas, es decir, cosas laterales a la concepción de una película, que me permiten acercarme a la idea no de una manera directa, funcional, sino a través de rodeos. Por eso, lo del merodeo. Como un estar cerca, al acecho, para ver qué aparece. A esos materiales de los cuadernos los escaneamos y forman parte de Cuadernos del merodeo«, relata el cineasta.
Desde Cielo Invertido ―que este mes está cumpliendo 5 años―, hablan de esa misma sencillez para proyectar: «Nosotras admiramos mucho el trabajo de Gustavo, sus películas por supuesto, pero también, y fundamentalmente, el pensamiento en torno a su cine y eso fue lo que nos impulsó a desear hacer un libro con él. No teníamos una propuesta clara ni definida. Nos gusta la idea de construir un libro partiendo de algún material que nos toque, en el sentido de que nos conmueva, de que compongamos con eso y nos dispare nuevos sentidos. Un día, le escribimos a Fontán, con quien nunca habíamos tenido contacto anteriormente, y le hicimos una invitación. Su respuesta fue crucial: de ningún modo detendría un impulso semejante«.
Flavia y Dolores afirman que ese gesto y esa actitud de Gustavo, que sostuvo durante todo el proceso, cambió el modo de encarar el trabajo: «Todo el tiempo estuvo a disposición de lo que iba aconteciendo, con sugerencias y lecturas que iban y venían, en un marco de absoluta amorosidad y, sobre todo, de confianza y respeto por nuestro trabajo de editoras. Este proceso nos dejó una marca, un rastro o una huella (como esa que en el monte sirve de guía para no perderse): un libro puede partir de un impulso editor, aun sin que el autor sepa que tiene un libro entre manos y, sobre todo, que es posible editar, diseñar, pensar, dialogar y publicar gestando lazos, conociéndonos en el proceso y armando un común amoroso que nos cobije en medio de esta tormenta».
Corren tiempos torrentosos. Encontrar las maneras de que los trabajos se conviertan en espacios de cuidado y de crecimiento es un tesoro que proteger. Y si descubrimos y sembramos “alimento poético” ―como dice Pablo Carrizo―, sobreviviremos.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Soledad Sgarella.
- Jueves 11/4, 20:30 h y viernes 12/4, 18:30 h – Funciones especiales, con presencia del realizador, Gustavo Fontán, en diálogos con el público, presentados y moderados por Roger Koza.
- Presentación del libro: viernes 12/04 a las 10:30 h en Séptimo Arte, videoteca y librería (Roque Sáenz Peña 1423, Barrio Cofico) con el autor y las invitadas especiales, Claudia Huergo y Eva Cáceres.
📚 104 páginas, 12×20 cm, interior en papel bookcel y tapa en Nettuno 280g – Encuadernación artesanal de @libros.dieresis.
