Estela Díaz: «En la agenda sindical feminista se ha avanzado muchísimo, pero no alcanza»
El próximo jueves 21 y viernes 22, se realizarán las Jornadas-Taller «Por un sindicalismo inclusivo”, en ADIUC. Hablamos con la ministra de Género de la Provincia de Buenos Aires, quien estará en el panel de apertura abordando la relación entre Estado y sindicatos. En esta nota, adelantamos algunas reflexiones para el debate.
La trayectoria de las mujeres construyendo sindicalismo tiene larga data en nuestro país y ha cobrado mayor protagonismo en estos últimos años. Existen avances concretos en términos de paridad, inclusión de la agenda de géneros y marcos normativos fruto de la acción combinada de las redes feministas, organizaciones LGTBIQ+ y sindicatos.
El sindicalismo feminista fue clave en el desarrollo del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo ya ratificado por Argentina, y la reglamentación del Artículo 179 de la Ley de Contrato de Trabajo (Decreto 144/2022) de trabajadoras de casas particulares, que puso en valor el trabajo doméstico remunerado, pero que también visibilizó el valor de las tareas de cuidado, o la Ley de Teletrabajo (Ley n.° 27.555) que contempla suspensiones de la jornada para realizar tareas de reproducción de la vida. Sin embargo, los resultados tienen un impacto parcializado y fragmentario: es que aún los cargos jerárquicos están ocupados de manera verticalista por hombres cis, en una estructuración profundamente desigual del mercado de trabajo.
«Sindicatos y Estado: promesas y deudas de una relación conflictiva» es el tema que convoca en el panel de apertura de las Jornadas-Taller «Por un sindicalismo inclusivo». Estarán presentes la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, y la secretaria general de CTA Córdoba, secretaria adjunta de ADIUC y docente e investigadora de la UNC, Leticia Medina.
En diálogo con La tinta, Estela Díaz adelanta algunos ejes de esa conversación planteando que la relación Estado y sindicato no es solo conflictiva, en algunos momentos tiene tensiones, pero también muchos puntos de encuentro. Díaz, que cumple funciones como ministra de las Mujeres en la Provincia de Buenos Aires y tiene una larga trayectoria en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), remarca la gestión del gobernador Axel Kicillof en el trabajo de articulación con las representaciones sindicales del sector público, desde el Ministerio de Trabajo y de Producción con todos los sectores sindicales privados, productivos, industriales.
“Hay una relación muy potente cuando hay un proyecto de Estado que plantea el trabajo y la producción como motor de desarrollo, y un sindicalismo fuerte dialogando y tensionando -digo eso porque esos diálogos siempre tienen tensiones-. Esto favorece la inclusión de muchos temas y ahí está el desafío de que el plus sea que tengan una perspectiva feminista, de género. Por ejemplo, una cuestión fundamental, la relación entre el tiempo laboral, el mercado de trabajo, las condiciones de trabajo y salariales con las relaciones de la reproducción de la vida. Cómo esas trabajadoras cuidan a personas que lo necesitan y también cómo son cuidadas. Esa es una agenda que siempre quedaba por fuera de los debates de condiciones de trabajo, que hoy, cuando discutimos inclusión, hay que traerlas», explica.
Hace varias décadas que el sindicalismo feminista incluye como protagonistas especialmente a las mujeres sindicalistas y a los colectivos de la diversidad, la entrevistada remarca que también los varones dirigentes, militantes o delegados de distintos sectores van haciendo propia la inclusión de una agenda sindical que amplía la perspectiva de los temas que se ponen para discutir las condiciones de trabajadores y trabajadoras, y el modelo de país, sociedad y relaciones.
“Muchas veces, los ambientes de trabajo reproducen desigualdades y segmentación por razones y estereotipos de género que recortan posibilidades de desarrollo y de alcance de determinadas posiciones a mujeres, travestis, trans. La forma en cómo se incorporan estos temas es un gran desafío, porque además hoy la heterogeneidad del mundo laboral es mayor y los niveles de informalidad son muy altas. Por eso, es muy importante que el sindicalismo promueva y discuta estos temas, por ejemplo, en estas jornadas, donde incorporamos otros aspectos que hacen a la vida de la clase trabajadora y donde no centremos todo en la discusión sobre convenio colectivo -que es la herramienta fundamental del sindicalismo- y salario”, adelanta Díaz.
Hay una cantidad de iniciativas que van en el sentido de la asociatividad, el cooperativismo y la participación a partir de iniciativas públicas que nuclean a distintos sectores de la informalidad laboral, las cuales, para Díaz, tienen que ir hacia empleos formales. “Queda aún como desafío la inclusión de las mujeres en los sectores no tradicionales, en la industria manufacturera, en el transporte, en las telecomunicaciones, en sectores de mayor productividad que es donde estamos subrepresentadas. Estar ahí significa estar en los sectores que generan mejores remuneraciones, mejor empleo de calidad. En una situación de crecimiento de la industria, de crecimiento de la innovación, tenemos enormes oportunidades en relación a las nuevas tecnologías, los satélites, la informática que genera cantidad de puestos de trabajo, en las universidades públicas, el CONICET -que también están amenazados-. Lo que hoy es sumamente competitivo a nivel país lo es también para afuera. Si hay una protección al desarrollo de la industria, eso irá generando más y mejores puestos de trabajo, teniendo en consideración la puja distributiva y que se mejoren las condiciones de salario, que no es lo que ha pasado en este tiempo porque se ha perdido poder adquisitivo respecto a la concentración del capital. Este debate del logro real de una mayor inclusión y que el sindicalismo sea un actor clave de ese desarrollo sólo es posible con un proyecto nacional y popular con una perspectiva de la justicia social -que quieren erradicar-, ahí es donde está el debate”, detalla Estela Díaz.
La ministra destaca que se ha avanzado muchísimo, pero no alcanza. “Hay centrales que han definido la paridad, la CTA tiene la paridad por Congreso para sus conducciones, pero hay sindicatos que en algunos casos tienen apenas el 30% y es una ley de cupos sindical del año 2003. Además, hay un factor que es el más complejo de llegar y son las secretarías generales que representa una estructura muy fuerte en su verticalidad. Ahí son muy poquitas las mujeres que llegan a alcanzar esas conducciones. Hay varios factores a analizar, por ejemplo, cómo juegan la doble y triple jornada en el activismo sindical que es de 24 por 7, y quienes tienen el desarrollo de la militancia sindical junto con el desarrollo reproductivo de la vida terminan siendo las mujeres y las que ceden espacios y la toma de decisiones, y en ese aspecto, falta mucho, mucho recorrido todavía”.
Para Díaz, el sindicalismo, que nace entre otras cosas con una consigna de igual salario por trabajo de igual valor, es una realidad que todavía no ocurre para las mujeres -en el mundo entero- y tampoco en el país. Destaca la historia potente del sindicalismo articulado en Córdoba con el trabajo de las compañeras de la Intersindical de Mujeres de Córdoba, la de compañeras en Buenos Aires en la zona del AMBA y en varias localidades con experiencias feministas y de redes en los sindicatos. El movimiento de la Juventud Sindical, cuenta, que también ha aportado al debate en temas como paridad, rotación en las conducciones, buscando modos de participación más democráticos y participativos. “Estamos recreando la agenda del sindicalismo, porque la brecha salarial, que en promedio en el país es de un 27% entre varones y mujeres, es un tema de primer orden sindical. Los temas de ambiente, de desarrollo también empiezan a ser ineludibles a la hora de cómo pensamos la agenda del sindicalismo. Mujeres, diversidades y jóvenes en el sindicalismo traen toda esa potencia en el debate. Reconocen el papel reivindicativo concreto de discusión de temas concretos del sector de trabajo y es, a la vez, un sindicalismo muy sociopolítico que se instala en el debate”.
Las Jornadas-Taller «Por un sindicalismo inclusivo», organizadas por el Proyecto Género, Trabajo y Organización Sindical en Mar del Plata, CABA y Córdoba: una contribución a la conquista de derechos en la Argentina reciente, (PICTO-Género 2022-FONCyT); Intersindical de Mujeres Córdoba; Comisión de Género de ADIUC, se llevarán adelante el próximo jueves y viernes de 10 a 20 en la sede de ADIUC.
El evento está planteado como un espacio de diálogo e intercambio entre las redes de mujeres y diversidades que cotidianamente están en y desde las organizaciones del trabajo construyendo condiciones más igualitarias, y con investigadores que vienen desarrollando su tarea en el campo de los estudios del trabajo con perspectiva feminista. Apoyan: Fondo de Mujeres del Sur, Instituto de Humanidades–CONICET; Área Feminismos, Género y Sexualidades (FemGes) de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Instituto de Política, Sociedad e Intervención Social (IPSIS) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNC.
Los talleres que se desarrollarán durante los dos días de las jornadas son: Trabajo y legislación laboral en clave de género: cupos, regulación de la jornada y regímenes de licencias; Género e historia de la clase trabajadora: el sindicalismo en la encrucijada feminista; Género y negociación colectiva: avances y perspectivas desde los distintos espacios laborales, y Género y conflictos en el mundo del trabajo: repensando estrategias frente a la desigualdad. Para inscripciones, consultar aquí.
“Vos, tu abuela y tu mamá. Tradiciones pujantes de un sindicalismo de (o con) mujeres”, es el panel de cierre del cual participan Andrea Andújar (historiadora, investigadora del CONICET IIEGE UBA-Colectivo Historia Obrera) y Ana Elisa Arriaga (FeMGES-IDH). Y luego, finalizan las jornadas con Tres Señoras Stand Up.
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género, y Diversidad Sexual de Buenos Aires.