Preocupa la escalada de violencia entre hinchas argentinos y brasileros
El sociólogo Nicolás Cabrera, becario del CONICET y especialista en temas de violencia y seguridad, denuncia que, en los últimos meses, se ha registrado un incremento en los enfrentamientos entre hinchadas de Argentina y Brasil, con reiterados tintes de racismo y discriminación. Hoy, la A.Pre.Vi.De prometió sanciones para las hinchadas extranjeras que quemen billetes argentinos.
En los últimos días, cinco equipos argentinos tuvieron que definir llaves eliminatorias con equipos brasileños por Copa Libertadores y Copa Sudamericana: River-Inter; Estudiantes-Goias; Argentinos Juniors-Fluminense; San Lorenzo-Sao Paulo y Corinthians-Newells.
En algunos de esos partidos, el mal nombrado folklore futbolístico se ensució con cánticos o gestos racistas por parte de las hinchadas argentinas, y provocaciones de los fanáticos extranjeros (principalmente brasileños y, en menor medida, chilenos y uruguayos) con quema de billetes argentinos incluida, para burlarse de la situación económica del país.
Por estos últimos hechos nombrados, la Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte de Buenos Aires (A.Pre.Vi.De) decidió este jueves que los hinchas de clubes de fútbol extranjeros que destruyan billetes de la moneda argentina en estadios de la jurisdicción de la provincia serán sancionados por incitación a la violencia. La pena sería de quince (15) a treinta (30) días de arresto y/o prohibición de concurrencia de seis (6) a veinte (20) fechas.
La rivalidad deportiva entre ambos países es de vieja data, pero la novedad tiene que ver con la regularidad de los hechos, la visibilidad de los casos y una sensibilidad inédita.
«En todos esos casos, se ve un racismo vergonzoso por parte de los argentinos. Gestos y cantos que en Brasil no sólo son delitos penalmente punibles, sino que tocan fibras muy sensibles de la historia y sociedad brasilera«, sostiene el sociólogo Nicolás Cabrera.
Según recuperó el sociólogo, el racismo argentino para sus pares cariocas no es nuevo y la prensa argentina ya trataba de “monos” a sus vecinos a principios de siglo XX.
Aún a finales del mismo siglo, en 1996, el diario Olé mantenía la tradición racista ante un posible choque contra Brasil en la final de las Olimpiadas de Atlanta y encabezaba un artículo con el título «Que vengan los macacos».
«Argentina cambió poco y nada su conciencia racial. Brasil mucho. En un país donde la mitad de la población es negra, donde la mayoría de los pobres y las personas asesinadas son negras, la intolerancia al racismo viene en aumento con importantes avances. Esto explica, en parte, el repudio generalizado (y la rabia visceral) que generan las ‘bromas’ racistas argentinas. Un rechazo que unifica las rivalidades más intensas y los actores más disímiles. Y aparece la consigna ‘fogo nos racistas’ que enarbolan los movimientos negros», subraya el doctor en Antropología de la UNC.
Afortunadamente, el “fogo nos racistas” no se aplica de manera literal a los argentinos, pero en las canchas se ve un simbolismo: fuego a los pesos argentinos.
«Cuando los brasileros queman billetes argentinos, yo interpreto dos cosas: su moneda no vale, son pobres, por un lado; y de manera más simbólica, fuego a los racistas. Claro que esa quema es repudiable. Pero convengamos que es una reacción a la ofensa racista y, en mi opinión, menos hiriente que la práctica que la causa. No estoy justificando. En uno y otro caso, se cita un ‘folklore’ que es cada vez más perverso y menos festivo», agrega.
Si a este cruce entre hinchadas se le agrega la pasividad de la CONMEBOL, el papel de las policías locales, el rol de las dirigencias y las coberturas mediáticas «sesgadas, patriotas, tribuneras», la violencia se espiraliza hacia situaciones complejas y una posible tragedia que podría haber sido evitada.