¿Por qué hablar de salud mental y diversidad corporal en la universidad pública?
Gordes Ocupando Espacios organizó una conversación pública en la Facultad de Psicología de la UNC para pensar la formación y la universidad desde una mirada crítica sobre la diversidad corporal y sobre la reproducción de discursos y prácticas gordo-odiantes. El puntapié de una convocatoria que invita a una próxima asamblea en julio, para compartir las experiencias y ocupar mucho espacio.
Por Redacción La tinta
“Yo no quiero que me quieras
por mi forma de ser
yo quiero que se te incendie la entrepierna
cuando me ves
que sueñes con arrancarme la ropa a pedazos
que te vuele la cabeza verme recitar un poema
mientras te imaginas
todos los escenarios posibles
en tu cama, en la mía o en el sillón del living”.
Meli Linares
Hay un temor constante que se hace cuerpo, que está latente en nuestros pensamientos: ser una persona gorda. ¿Cómo despojarnos de esos fantasmas? ¿Cómo vivir sin ese eco social que nos atemoriza? Las posibilidades y opciones para torturar un cuerpo para no ser gordo se recrean todo el tiempo, sobre todo, desde el mercado y la medicina, no importa cuándo leas esto.
Gordes Ocupando Espacios es una trinchera para pensar, un intento, una posibilidad de agruparse desde contrasentidos y poner en jaque las verdades sobre los cuerpos. Sofi Recchiuto, Cecilia Tejada y Agustín Liarte Tiloca piensan las existencias y experiencias gordas contra el daño, desde los derechos humanos y los feminismos, contra la caracterización del gorde como una persona enferma. “El nombre surgió por un hecho que ocurrió el año pasado, cuando a una chica, en un boliche de Nueva Córdoba, se le pidió que se retirara argumentando que ‘ocupaba mucho espacio’. Nos preguntarnos cómo es que nuestros cuerpos, por un lado, son invisibles, se nos niega eroticidad, el acceso al sistema de salud, a usar cierta indumentaria, etc., pero, de repente, somos cuerpos que ocupamos mucho espacio”, explica Agustín, antropólogo y profesor en la Facultad de Psicología.
Ocupar mucho espacio como una forma de visibilizar que no se trata solamente de encontrar ropa linda y que entres en el talle, ocupar espacios desde la comodidad y la seguridad, donde interactuar con personas que tengan experiencias de exclusión por su diversidad corporal. Como dice Sofi, “a les gordes no nos alcanza con el amor propio, necesitamos construir dónde poner en común las vivencias y generar críticas hacia un sistema gordo-odiante que constantemente nos comprime y nos señala que ocupamos mucho espacio, y nos señala que nuestras vidas no deberían ser vividas”.
Como parte de un proyecto de extensión y para activar, les Gordes Ocupando Espacio organizaron, el jueves pasado, la primera actividad juntes, una jornada con la idea de unir varias experiencias gordas que coexisten en la ciudad de Córdoba. Una feria, un micrófono abierto a cargo de Flor López y el Brote -espacio de escritura creativa-, varias conversaciones y cruces entre saberes y experiencias sobre y desde la experiencia gorda. Participaron Jessica (Yeka) González, gestora cultural comunitaria y cofundadora de Mujeres Activando; Luli Lattanzi, organizadora de Feria Bigger y artista burlesque; Meli Linares, docente y poeta, y Luisy Alfonso, estudiante de antropología e integrante del podcast “Gordas en la pecera”.
“Lo veníamos pensando hace tiempo y queríamos hacer foco en la salud mental y diversidad corporal. Fue un puntapié para socializar las experiencias de activismo gordo a nivel local. Yo me centré en pensar, desde la psicología como profesión, los abordajes y los acompañamientos. En general, los discursos que legitiman la violencia hacia nuestras corporalidades se sostienen y vienen mayormente del modelo médico hegemónico, y queríamos responder desde nuestras existencias y profesiones qué decimos sobre salud mental y sobre la necesidad de ocupar espacios en la universidad para la formación desde una perspectiva no gordo-odiante”, explica Sofi Rechiutto, psicóloga y activista gorda.
¿Qué pasa con la salud social y mental de las personas gordas, y la patologización de la gordura, que, al fin de cuenta, trae padecer social y mental? ¿Qué pasa con las infancias gordas que crecen y configuran subjetividades a partir de opresiones y violencias sistemáticas hacia sus corporalidades?
Sofía cita el caso del video que se viralizó en redes, donde una niña de 5 años no quería ir a la escuela por ser gorda y por el bullying que vivía, e insiste: “Es urgente que, como profesionales de la salud mental, nos preguntemos éticamente, ¿cómo acompañamos?”.
“Contra la gordura abordada solo como un factor de riesgo -lo cual no negamos-, remarcamos que tiene otra jerarquización en relación a otros factores de riesgo, fumar, tomar alcohol, no hacer ejercicio, etc. No están igualmente condenados ni hostigados. Este tipo de patologización y estigmatización construye y configura subjetividades dañadas, que como profesionales de la salud mental tenemos que atender, comprendiendo que no son problemáticas individuales para ser abordadas en términos de amor propio o autoestima, sino que se trata de una problemática social y estructural mayor, y tiene en la base el mercado multimillonario de la dieta”, profundiza Sofi.
Agustín advierte la necesidad de dejar en claro y remarcar la diferencia de por qué hablar de gordo-odio y no gordofobia: “La fobia hace alusión a un miedo irracional a algo que potencialmente no presenta un daño o un peligro para la persona. Y no se trata de un miedo, sino de odio hacia los cuerpos y las experiencias de vida de las personas gordas, desde el asco y la aversión, el terror que se presenta en un pánico moral hacia engordar, por ejemplo”.
Quienes habitan existencias gordas cargan con la espera del tiempo de la delgadez, donde el momento de la transición hacia ese cuerpo deseado llegará. “Así como hay una presunción y mandato de heterosexualidad, hay procesos naturalizados de delgadez obligatoria. Como dice la activista gorda, Laura Contreras, ‘los cuerpos gordos solo importan en la medida en que estén en camino hacia la delgadez’. Los cuerpos gordos son siempre cuerpos imperfectos, en transición, patologizados desde lo médico, sucios desde lo sanitario, indeseados en lo erótico, que no tienen cabida en el mercado o en los medios, y, si lo tienen, es desde un personaje simpático, basado en estereotipos que apelan al amor propio como única posibilidad”, detalla Agustín.
Cecilia Tejada es estudiante de Psicología y ayudante-alumna de la cátedra de Antropología. Para ella, es urgente ingresar a la universidad este tipo de discusiones: “¿Cómo podemos hablar sobre diversidad corporal en aulas donde los bancos son todos iguales, donde la arquitectura está hecha y pensada para un tipo de cuerpo? ¿Cuál es el lugar que ocupa la salud mental en el detrás que esconde la frase tan usada ‘te lo digo por tu salud’? Todo el tiempo estamos recibiendo violencia con discursos de odio, con castigos y sanciones sociales por ser o portar un cuerpo y una identidad gorda. Necesitamos espacios de confianza en este mundo que, por lo general y constantemente, nos estigmatiza y nos hiere”.
Para les Gordes Ocupando Espacios, nos cuenta Cecilia, “de toda herida también se generan nuevas formas, revanchas y, sobre todo, ganas de cambiar nuestras realidades. Por eso, nos organizamos y pensamos ocupando mucho espacio, que es algo que siempre se nos recrimina, el hecho de abarcar demasiado lugar. En esa estamos ahora justamente, abarcando, conquistando lo público, llevando los debates a diferentes espacios en donde no teníamos cabida. Y esto recién empieza”.
La próxima actividad será una asamblea gorda el 16 de julio. Aún no hay espacio, pero dejamos algunas redes donde chequear la data. Y que esta experiencia no pare de ocupar muchísimo espacio en la docta.
“Que este cuerpo moldeado a amores y resistencia
te revuelva las entrañas y la desesperación
y me recuerdes alguna noche
con todas las ganas que te queman el cuerpo
Pero si solo te gusta mi forma de ser
podés ser mi fan
y solamente aspirar a que alguna vez
te regale este poema
firmado con mi nombre”.
Meli Linares
*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Cuqui.