Una feminista para la Corte Suprema de Justicia
La actual foto de la Corte Suprema de Justicia de la Nación es contundente. No hace falta ningún agregado para describir -al menos- la representatividad que refleja. Desde el 1° de noviembre, luego de la renuncia de la jueza Elena Highton de Nolasco, el máximo tribunal está integrado solo por varones y ya venció el plazo para la designación de la vacante. Desde la Red Judiciales Feministas, lanzaron una campaña para que se designe de manera urgente una ministra feminista. “El techo de cristal y el piso pegajoso en la justicia argentina no son novedad. ¿Qué clase de justicia puede garantizarse sin mujeres, sin diversidades, sin interseccionalidad?”, se preguntan amplia y profundamente desde la red.
Por Verónika Ferrucci para La tinta
Elena Highton de Nolasco presentó su renuncia el 30 de septiembre a su cargo en la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN). Su salida se hizo efectiva el 1 de noviembre y, desde entonces, el cargo está vacante. Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda son los titulares del máximo tribunal de justicia. El 1 de diciembre venció el plazo estipulado en el artículo 3 del Decreto 222 de 2003 mediante el cual el expresidente Néstor Kirchner estableció el proceso de renovación del tribunal. “Una vez producida una vacante en la Corte, en un plazo máximo de 30 días, se publicará en el Boletín Oficial y en por lo menos dos diarios de circulación nacional, el nombre y los antecedentes curriculares de la o las personas que se encuentren en consideración para la cobertura de la vacancia”.
El Ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria, se refirió a que no hay dudas de que ese lugar lo debe ocupar una mujer, pero aún no hay novedades. En principio, hay rumores y versiones que se animan a adelantar que hay dificultad para encontrar una candidata que logre adhesiones también de la oposición o el plazo quede sujeto a una negociación donde se trate la ampliación de la Corte -algo pendiente desde hace un tiempo-, o que no estarían los votos en el Senado para completar el proceso de designación.
Conversamos con Flora Sofía Acselrad, ex directora de la Oficina de la Mujer de la CSJN y autora del proyecto que se transformó en la Ley Micaela. Nos cuenta que el colectivo Judiciales Feministas del que forma parte es una red espontánea de mujeres y diversidades que pertenecen al sistema de administración de justicia en todos sus niveles y jerarquías, en el ámbito provincial, federal y nacional perteneciente a diferentes fueros. Así como a los Ministerio Público Fiscal y de Defensa. Nuclea a más de 500 mujeres e identidades disidentes, de las cuales muchas, además, forman parte de otros colectivos y organizaciones feministas.
“La Red nace de los intercambios entre compañeras trabajadoras del sistema judicial donde compartíamos información, fallos, noticias y diferentes recursos, y hoy tenemos como fin pensar, intercambiar ideas y recursos emulando cómo generar un sistema de administración de justicia feminista. Nos surgió la necesidad de decir algo vinculado al deseo de tener una reemplazante en la corte que sea una feminista”, expresó la entrevistada.
Así dieron forma a la Campaña “Una Feminista en la Corte. Una Argibay en la Corte”, con el objetivo de visibilizar la vacancia y pedir que el lugar sea ocupado por una feminista y que el proceso no tenga más dilación.
Como parte de la Campaña, le escribieron una carta al presidente Alberto Fernández con dos ejes: “Por un lado, le recordamos las obligaciones del Estado en materia de erradicación de la violencia contra la mujer. Y que la falta de representatividad de mujeres y diversidades en los espacios de decisión es considerada violencia política. Y en la medida en que esa representación no se ve reflejada, afecta la calidad de la democracia. Y por otro lado, hacemos hincapié en la necesidad de que el cargo vacante en la Corte Suprema de Justicia sea ocupado por una feminista que pueda emular de alguna forma lo que hizo la maestra Carmen María Argibay”, expresó Acselrad.
Con el nombre de María Argibay, recuerdan cómo es que una feminista pudo conformar el sistema judicial y lograr cambios. No ocultó su feminismo ni su ateísmo y le sobraba currículum. “Creó la Oficina de la Mujer de la CSJN, también la fisonomía de los poderes judiciales, incluso los provinciales, fueron cambiando. Antes no existían oficinas que trataran cuestiones de género, además impulsó una serie de reformas que fueron modificando diametralmente el Poder Judicial y aunque aún falta, esos primeros pasos tuvieron como la distinción inclaudicable de la valentía de ella”.
Hace unas semanas, decidieron hacer un video que pueda llegar a muchos ámbitos, para que la sociedad pueda hacerse eco de estas necesidades que estamos plasmando, que son una apuesta y un gran cambio a futuro. “Decidimos que salgan nuestras caras y nuestros nombres, como un gesto colectivo en el reclamo por una Justicia con perspectiva de género”, manifestaron desde la Red.
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Hay una urgente tarea y es reformar las estructuras así como las dinámicas y lógicas del sistema judicial de nuestro país. Desde hace un tiempo, desde la red Ni Una Menos, una de las principales consignas es la Reforma Judicial Feminista.
“Difícilmente vamos a lograr un Poder Judicial con perspectiva de género si el lugar de máxima autoridad tiene un déficit democrático vinculado a la representatividad de mujeres. No se trata solo de que sea una mujer, queremos una feminista, que tenga una visión y conciencia sobre las diferentes vulnerabilidades que atravesamos por las condiciones de género. Y que tenga la valentía para llevar adelante ideas innovadoras que logren un Poder Judicial distinto”, detalló la integrante de la Red Judiciales Feministas.
Según datos elaborados desde la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia, que “analiza la sumatoria de los planteles de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la Procuración General de la Nación, la Defensoría General de la Nación, la Justicia Nacional y Federal, y la sumatoria de los sistemas de justicia provinciales (lo cual incluye tanto los Poderes Judiciales como los Ministerios Públicos Fiscales, Ministerios Públicos de la Acusación y de la Defensa de cada una de las provincias, según corresponda). En el año 2020, el total del plantel estuvo compuesto por 122.901 personas, de las cuales el 56% eran mujeres. Sin embargo, solo el 31% de las máximas autoridades (Ministras/os, Procuradoras/es Generales, Defensoras/es Generales) eran mujeres”.
Para la ex directora de la Oficina de la Mujer de la CSJN, “se necesita quien encarne ideas innovadoras y soluciones que puedan abarcar transversalmente a la justicia en su tres aspectos: en el ámbito de las decisiones, en el ámbito de su estructura -decisiones jurisdiccionales que se vinculan con los usuarios y las usuarias del servicio de Justicia- y puertas adentro en relación a las violencias que atravesamos por nuestra condición de mujer y diversidades en la carrera judicial”.
Desde Amnistía Internacional Argentina, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) y otras organizaciones, también se hicieron eco de la vacancia en la Corte y expresaron en comunicados “que quien ocupe el cargo sea una magistrada con compromiso con los derechos humanos y perspectiva de género, en el plazo previsto por ley y sin dilaciones”.
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* Por Verónika Ferrucci para La tinta.