Una ciudad bombardeada que exige reparación
Un sonido ensordece y desorienta a les cuarenta mil habitantes de una localidad ubicada a 110 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Los vidrios de las casas se astillan y saltan por los aires. Una onda expansiva caliente revienta las puertas y ventanas. Les niñes se esconden debajo de sus bancos de escuela. Un hongo gigante es el paisaje de una espantosa evacuación. 26 años atrás, en la ciudad de Río Tercero, se produjo el mayor atentado del Estado argentino contra su pueblo. ¿Cómo se repara el horror y la impunidad?
Por Anabella Antonelli y Katrina Salguero Myers para La tinta
El 3 de noviembre de 1995, los responsables políticos y militares del Estado argentino hicieron explotar la Fábrica Militar de Río Tercero. Murieron siete personas, hubo centenares de herides y toda una ciudad quedó destrozada. Como un territorio en guerra, Río Tercero se volvió escombros.
En 2014, casi veinte años después, el Tribunal Oral Federal N°2 determinó lo que les riotercerenses siempre sostuvieron: las explosiones fueron intencionales y planificadas, desenvueltas para ocultar el faltante de armas vendidas ilegalmente a Croacia y Ecuador. La Justicia encontró culpables de “estrago doloso” a cuatro militares retirados: Jorge Antonio Cornejo Torino, Edberto González de la Vega, Carlos Franke y Marcelo Gatto. Sin embargo, el expresidente Carlos Menem y el exjefe del Ejército Martín Balza fueron desvinculados por falta de mérito.
Según el diccionario, “reparar” es “hacer los cambios necesarios a una cosa que está estropeada, rota o en mal estado para que deje de estarlo”, es “remediar un daño o desagraviar una ofensa”. ¿Cómo sanar la herida del espanto y la impunidad de todo un pueblo? ¿Cuál es el cambio necesario para una memoria del horror ocasionado por el Estado? Distintos actores individuales y colectivos intentan responder estas preguntas, buscando justicia y reparación.
Mario, Elba y Roxi están sentandes bajo una carpa. Llovió toda la mañana, así que conversan sobre un piso húmedo y barroso. La semana pasada, ardieron bajo los 37 °C de la primavera cordobesa. Como todas las carpas de lucha y resistencia, son una expresión de convicción y compromiso colectivo. En este caso, sostienen el reclamo por el pago de las indemnizaciones a les damnificades por las explosiones de 1995.
Son parte de la Comisión de Damnificados, que reúne a casi diez mil familias en torno al reclamo de reparación, acompañades por el Dr. Mario Ponce. Se trata de remediar el daño psicológico y moral que causó la voladura intencional de la Fábrica Militar de Río Tercero. Una lucha “judicial y social por el reconocimiento”, dicen en la carpa.
“El gobierno ha fallado, se ha burlado de la Comisión y del pueblo de Río Tercero”, afirma con dolor Mario Benítez. Leyes, fallos judiciales y promesas que ningún partido o coalición gobernante ha cumplido, aunque el caso ya esté legalmente resuelto: ni el Frente para la Victoria, ni Cambiemos y ni el Frente de Todos. Una transversalidad que Roxi enumera, nombrando años y números de leyes y decretos, como momentos de una larga lista de mentiras y dilaciones.
En el 2015, se sancionó la Ley Nacional N° 27.179, que obliga al Estado y establece el pago de las indemnizaciones. Pero, hasta el día de hoy, no se ejecutó. La herida de impunidad contrasta con la liviandad con que Menem le puso precio al dolor, tratando de marcar un “punto final”: en 1995, pagaron $55.000 por cada muerte y $5.000 por lesiones leves.
Mario Benítez cuenta que el año pasado llegaron cien notificaciones de que los expedientes avanzaban, pero nada pasó. El mes pasado llegaron once avisos para cobrar, pero tampoco sucedió. Mientras tanto, las personas se cansan, esperan, desisten, envejecen, mueren. El paso del tiempo no es gratuito. “Muchos años y sin respuesta”, “en lo concreto no hay nada”, dicen y sostienen con dignidad esa carpa de lucha y memoria.
“Canto porque mi lucha es la tuya / Y tu lucha es la de todos y de los que ya no están / Brindo que esta marcha por nosotros / nos libere del espanto y nos lleve a la verdad”, cantaba Guillermo Vigliecca con artistas invitades a 25 años del atentado. Un año después, desde el espacio de vecines e instituciones que integra, nos cuenta cómo reinventan las estrategias de reparación.
La pregunta por la justicia es difícil de responder. El año pasado, el Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba fijó fecha para el inicio del juicio oral que tendría al expresidente Carlos Menem como único imputado. Como una pesada broma del destino, tres días antes, el 21 de febrero de este año, murió.
“El fallecimiento del expresidente Menem nos generó una gran desazón porque con su muerte se fue la posibilidad de justicia y nos quedó la injusticia. Pero, como siempre, el pueblo en su lucha muta y hoy seguimos pidiendo reparación porque la merecemos”, afirma Guillermo.
El pago de las indemnizaciones a les damnificades es solo una parte de las injusticias presentes en Río Tercero. Al pensar en justicia, Guillermo trae la memoria de Ana Gritti, abogada, esposa de una víctima fatal y querellante particular en la causa penal. Ana fue una luchadora tenaz para que el hecho fuera aclarado y se confirmara su carácter de atentado planificado y ejecutado para ocultar el tráfico de armas.
“El resarcimiento económico sin justicia es casi un chantaje, es dar dinero para que se dejen de joder” -explica Vigliecca-. “Para ser justo, cuando el Estado decida políticamente resolver, debe ser con un resarcimiento que le sirva a la sociedad entera”.
La propuesta de les vecines es la creación de una Universidad Nacional de Río Tercero, que beneficie a jóvenes de la localidad y al desarrollo social: “Cuando nos hicieron el atentado, nos robaron el futuro y nos quedamos olvidados por ser del interior del interior, siendo que fue una cuestión de Estado. El reclamo excede a las cuestiones gubernamentales de turno, nosotros le reclamamos al Estado, no al color político”, refiere Guillermo.
Cultura y educación son, para les vecines, dos pilares fundamentales para el crecimiento de los pueblos, que beneficiaría a toda la región. Para avanzar con la propuesta, crearon un Consejo de Educación del que participan concejales de los diferentes bloques, organizaciones e instituciones relacionadas a la educación. “Como ciudadanos, hacemos el pedido y el reclamo, transformamos ese pedido en algo colectivo y de sentido comunitario” -explica el músico-. “Todavía está en la instancia primera, en los cimientos. Hemos estado 26 años reclamando justicia, ojalá no estemos 26 años pidiendo el resarcimiento a través de una Universidad”, concluye.
“Quien nos tiene que cuidar, que es el Estado, nos bombardeó. Una mañana con un día de sol hermoso, en que cada uno se levantaba a cumplir con sus tareas diarias, tuvo que encontrarse con esta situación, que además fue planeada”. Así habla Mario Benítez de aquel 3 de noviembre, que todxs lxs riotercerenses recuerdan y relatan una y otra vez.
Roxi hace un mes que está participando en la Comisión de Damnificados. Ella es heredera de la lucha de su mamá, que falleció hace cuatro años. 20 años luchando y no pudo ver los frutos de su esfuerzo. ¿Eso tiene un precio? “Ya que nos ocasionaron tanto terror, tanto dolor, tanto miedo”, ahora la reparación tiene que ser efectiva, dice Roxi.
Les vecines, familiares y organizaciones de Río Tercero levantan la bandera de la reparación como un reclamo de justicia. Son las propias víctimas quienes proponen cómo remendar un daño que es incalculable, con proyectos culturales, con futuro, con indemnizaciones, con educación.
El Estado que atentó contra su pueblo, ¿puede ser “reparado” en sus roturas estructurales? Ese Estado que ideó, planificó y ejecutó una explosión de 25 mil proyectiles sobre una ciudad habitada por personas, por vidas, ¿fue arreglado? Cuando se cumplieron 10 años del atentado, les jóvenes de Río Tercero le decían “Terrorismo de Estado”. Hoy, ¿podemos decir “Nunca Más”?
Actividades por el aniversario
Los días 3, 4 y 5 de noviembre se realizará el “Festival de la Memoria” con charlas, proyecciones y música en vivo. La cita es el Club Casino de Río Tercero, desde las 19 horas.
Les integrantes de la Comisión de Damnificados seguirán en la carpa hasta el 3 de noviembre, evaluando los resultados de su lucha y cómo continuarla. El mismo miércoles 3 a las 18.30, realizarán un acto de cierre. Esperan el apoyo y la visita de la comunidad.
*Por Anabella Antonelli y Katrina Salguero Myers para La tinta / Imagen de portada: Sebastián Salguero.