Aborto Legal 2020: musulmanas, cristianas, evangélicas y católicas explican desde la teología por qué están a favor
Los debates en torno al aborto están erosionando, con fundamentos teológicos y militancia de base, las estructuras arraigadas de las religiones más antiguas de la humanidad. En esta nota, musulmanas, cristianas, evangélicas y católicas explican por qué están a favor del derecho a decidir y qué debates hay al interior de los credos en torno a los feminismos.
Por Carina Ambrogi para La Marea
Las religiones y las lenguas tienen en común ser construcciones vivas que mutan y tensionan al calor de las transformaciones que se empujan desde las bases y la práctica. Esas tensiones son siempre más fuertes cuanto más oprimido es el grupo que se pretende empoderar. Pasó en la lengua cuando la humanidad se dio cuenta de que la o era discriminatoria y ese modo o uso históricamente aceptado era causa y consecuencia de muchas desigualdades y violencias. Pasa en las religiones cuando, a la luz de la marea verde, se ponen en tensión paradigmas históricamente aceptados, causa y consecuencia de muchas desigualdades y violencias.
María de los Ángeles Roberto es profesora en letras, teóloga y biblista feminista, miembro de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina y de la red TEPALI (teólogas, pastoras, activistas y lideresas) de América Latina y el Caribe. Consultada por La Marea Noticias, explicó que está a favor del derecho a decidir: “Consideramos que se es persona desde el nacimiento y los derechos son progresivos. Una mujer es una persona y tiene más derechos que un feto o embrión que no es una persona”, dijo.
La Iglesia Evangelista ha puesto en debate, además, la desigualdad que presenta el aborto en la clandestinidad entre las personas que pueden pagar opciones seguras y las que no. El ex obispo Frank de Nully Brown señaló sobre el tema cuando era pastor, que el aborto no se resuelve penalizando a la mujer que lo practica y dejando de lado al varón, porque el problema es de todos y poner el tema en su adecuado contexto implica “considerar el reclamo de las mujeres a decidir”. En sintonía, María de los Ángeles Roberto afirmó que “el aborto es un negocio, los sectores medios y altos pueden acceder a una atención clandestina más segura mientras que las más vulnerables ponen en riesgo su vida”. Con este principio, considera que el Estado debe intervenir legislando la despenalización para que las interrupciones puedan realizarse en condiciones seguras y evitar la muerte de las mujeres.
Sobre el tema, considera que los argumentos dentro de su iglesia que se oponen a este derecho puntualizan dos cuestiones, primero, que es un tema complejo y se requiere de más tiempo de debate. “¿Cuánto tiempo se necesita para otorgarles un derecho a las mujeres?, el exceso de discusión sobre el aborto refleja la pesada mano misógina, dijo una de las primeras teólogas feministas”, argumentó Roberto. “Ahora hablan de ciencia y genética, pero antes hablaban de teología y moral, lo que les interesa es seguir sometiendo y tutelando a las mujeres”, agregó.
Paula Kantor es licenciada en Relaciones Internacionales, Magister en Estudios de las Mujeres y Género, y miembro de la comunidad judía. Ante la pregunta de cuánto tiempo hace que se incorporaron las agendas de género en el judaísmo, señaló: “Siempre existieron al interior de las comunidades voces disidentes. La tradición judía es en sí argumentativa y contra argumentativa”. Pero los movimientos más fuertes se dieron entre los años 70/80 al calor de los llamados feminismos de color o del tercer mundo. En ese entonces, las feministas judías se empiezan a agrupar para plantear transformaciones al interior de sus comunidades, con tres ejes centrales: en primer término, liderazgos comunitarios, para que las mujeres también puedan ser rabinas; segundo, un replanteo de lo litúrgico, para que se incorporen personajes femeninos y una resignificación de los rituales para darles mayor protagonismo a las mujeres en las ceremonias; y por último, un replanteo a la idea masculina construida de Dios.
Kantor aclara que, en el judaísmo, no hay una sola corriente ni un solo representante, hay varias escuelas corrientes ideológicas que se van agrupando en torno a líderes espirituales (rabinos y rabinas). Los debates en torno a los feminismos son también diferentes, las más progresistas tienen a las mujeres celebrando espacios litúrgicos, se aboga por el matrimonio igualitario, por ejemplo. Respecto del aborto, lo que sucede es una búsqueda de fuentes en la tradición oral y escrita en la que existen tanto pasajes heteronormativos y machistas como elementos liberadores y feministas. “En general en la teología judía, hay vida desde que se comienza a respirar. Recién se comienza a respirar y hay vida cuando el feto sale del vientre, esto no quiere decir que no haya nada antes, pero, en general, se considera al feto como vida en potencia. Esta vida no se equipara con la de la madre que es anterior y completa, y al momento de priorizar, debe velarse por salvaguardar la vida de la madre”, explicó.
Belén Torchiaro es musulmana, se crió en una familia islámica, es politóloga especializada en Relaciones Internacionales y estudiosa del Islam. “Hablar de Islam es imposible sin incorporar el sentido de la colonización europea”, puntualizó. Esa colonialización y la invisibilización de la cultura islámica, también en los movimientos feministas, es lo que viene a plantear una corriente que tomó fuerza en la década de los 90. “Allí en el cruce entre raza, clase y género, se suman el cruce de las identidades religiosas”, explicó Torchiaro. Con el inicio de un Islam más político, nacen muchos saberes producidos por pensadoras, en su mayoría, mujeres que emigran a Europa y desde allí participan en la academia cuestionando los roles de la sociedad patriarcal. “Empieza a haber una génesis de preguntas y encontrar esas respuestas fue el camino”, dijo. La revisión del Corán con una mirada feminista implicó entender las fuentes desde una mirada no sexista. “Estos textos siempre fueron interpretados por hombres, el cambio revolucionario es no dejar la religión, sino construirla desde una mirada distinta”, sintetizó la entrevistada. El recorrido de las intelectuales permitió que se modifiquen muchas legislaciones patriarcales, como por ejemplo en Marruecos se cambiaron leyes del código de familia.
La sexualidad en la mirada islámica tiene más amplitud que en otras religiones, ya que se contempla el placer sexual, es decir, no se habla de la sexualidad sólo con un fin reproductivo, sino también por el sentido del placer. Hay diferentes posturas respecto del aborto, porque el islam no es uno solo, pero la principal sostiene que el alma de la concepción se insufla a los tres meses, está permitido el aborto antes de ese tiempo de gestación. Sin embargo, la estudiosa del credo señala que el aborto no es parte de un debate necesario en la agenda actual de la comunidad islámica, hay demandas más urgentes y distintas.
Natalia Rodríguez es Coordinadora del área de diálogo ecuménico e Interreligioso de Católicas por el Derecho a Decidir. En diálogo con La Marea Noticias, hace un recorrido por la producción feminista de la iglesia católica apostólica y romana que comenzó en los 80. “Aunque nos cueste decir que las producciones teológicas de santas, místicas o venerables como Santa Teresa de Jesús, María Jesús de Ágreda o Sor Juana Inés de la Cruz sean estrictamente feministas, sí podemos asegurar que en sus escritos ya se identifica una crítica a las teologías patriarcales de sus tiempos”, explicó. Hoy, hay un amplio sector de mujeres católicas que trabajan en las bases y demandan voz y voto. “Nuestra iglesia tiene una estructura jerárquica, es casi monárquica y sin participación democrática de mujeres, no existe ni siquiera posibilidad de acceder al diaconado, la negación de estos espacios y vocaciones es ratificada por el Papa Francisco con argumentos bíblicos y teológicos”, explicó Rodríguez. Sobre el aborto, dijo que muchas mujeres dentro de la iglesia apoyan el derecho a decidir, “nuestros textos sagrados no condenan el aborto, no se ocupan de ese tema, el catecismo de la iglesia católica indica que la persona debe obedecer el juicio de su conciencia. La libertad de conciencia es muy importante para nuestra iglesia”, argumentó. Los aportes de teólogas en esta materia según la estudiosa del tema no están cerrados.
Las miradas que plantean las entrevistadas consultadas son una muestra de los cambios profundos que florecieron de procesos germinados con años de activismo y revisión. Estos cambios que relatan dan cuenta de que las estructuras duras que suponen los credos se vuelven permeables a quienes las habitan. El derecho a decidir es un punto más, dentro de tantos otros, que, hoy, admite distintos enfoques.
*Por Carina Ambrogi para La Marea.