América Latina en un triángulo estratégico
Mientras Estados Unidos pierde otra chance para mejorar sus relaciones con América Latina, China y Rusia afianzan sus vínculos con la región.
Por Juan Martín González Cabañas para La tinta
El 4 de agosto se realizó la conferencia “América Latina – Rusia: una agenda para la cooperación constructiva en la era post COVID-19”, sobre la actualidad de la cooperación internacional en América Latina. Los destacados panelistas discutieron cómo la pandemia ha impactado los procesos políticos y económicos que ya estaban en marcha en la región, los posibles escenarios de desarrollo en el mundo post-coronavirus, la competencia estratégica entre grandes potencias en la región (Estados Unidos-China-Rusia) y el rol que desempeñan estas potencias en nuestro territorio.
Ahora analizaremos brevemente estas tendencias en la región que se abordaron en la conferencia.
En el caso de Rusia, la pandemia ha servido para consolidar su relación con América Latina a través de múltiples ejes de cooperación, especialmente el sanitario, debido a la situación actual. La colaboración de Rusia con el Instituto Latinoamericano de Biotecnología en Managua, Nicaragua, ayudó a impulsar la producción de insulina, interferón y vacunas para el consumo latinoamericano. Rusia también brindó ayuda humanitaria y sanitaria a Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua, Venezuela y Cuba. Además, a principios de agosto, el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) anunció que se enviarían 150.000 paquetes de Avifavir, el medicamento anti-COVID de fabricación rusa, a siete países de América Latina: Argentina, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Honduras, Paraguay y Uruguay.
Según las últimas noticias, la vacuna rusa contra la COVID-19 en Latinoamérica se produciría en Brasil. El 12 de agosto, el RDIF y el estado brasileño de Paraná acordaron cooperar en la producción y comercialización de Sputnik V, la primera vacuna contra el coronavirus registrada en el mundo, desarrollada por el Instituto de Investigación Científica de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, de Rusia. A su vez, la provincia argentina de Tierra del Fuego también ha mostrado interés en producir la vacuna rusa. El 17 de agosto, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, declaró que estaría entre los primeros en probar la Sputnik V si resultaba efectiva.
América Latina como tablero de la competencia sino-norteamericana
Si bien Estados Unidos ha aumentado la presión sobre China en varios ámbitos y frentes durante los últimos meses y años, América Latina y el Caribe se han convertido en otra zona de competencia entre Washington y Beijing.
Desde el poder blando, China ha donado miles de máscaras a Brasil; decenas de ventiladores, desfibriladores y escáneres de ultrasonido a Perú; unos 10 ventiladores, 50.000 kits de prueba y 100.000 mascarillas médicas a Argentina. El multimillonario chino Jack Ma proporcionó, por separado, 100.000 máscaras, 50.000 kits de prueba y cinco ventiladores a México. Además, a fines de julio, Beijing ofreció un préstamo de 1.000 millones de dólares a países de América Latina y el Caribe para la vacuna china de la COVID-19, una vez que esté lista para el consumo.
Aunque la pandemia no ha modificado demasiado la relación entre China y América Latina (ya juega un rol predominante a través de su diplomacia económica e inversiones), la tendencia al aumento de la influencia económica china parece estar consolidándose.
Como dato destacable de esta tendencia actual, y para graficar la situación de las relaciones chino-latinoamericanas, se puede mencionar que al menos en lo que va del año, China se ha convertido en el mayor socio comercial de Argentina (desde abril), lugar que suele ocupar Brasil, citando los datos de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA). Y desde el lado brasileño, China ya se había convertido en el principal destino de sus exportaciones desde el año 2000.
La relación entre los dos gigantes sudamericanos suele marcar tendencia en el resto del sub-continente. Desde la década de 1980, Argentina y Brasil habían iniciado un proceso de asociación comercial y estratégica (cuyo mayor exponente es el Mercosur, aunque la colaboración en otros entes regionales también se consolidó) que se había mantenido a pesar de diversos eventos regionales y globales. La tendencia actual desde abril en Argentina, aunque tal vez temporal, es sintomática de la creciente influencia del gigante asiático en el sub-continente.
La importante presencia de China y el papel activo en ayuda sanitaria a la región ha provocado recelo, ya que Washington ve a América Latina y el Caribe a través del prisma de la Doctrina Monroe, y como una región que ha considerado durante mucho tiempo su zona de influencia primaria. Aunque Washington ha aumentado la asistencia a varios estados latinoamericanos a través de la USAID (su agencia de cooperación internacional) desde marzo, esos aportes parecen estar rezagados por su ahora competidor asiático.
Estados Unidos continúa deteriorando su imagen en América Latina
La pandemia ha continuado deteriorando las relaciones entre Estados Unidos y América Latina. Washington sigue presionando a Cuba y Venezuela, así como a otros países en la región a través del bloqueo económico, además de otras ocurrencias trumpianas diarias.
Otro cristal que puede resumir simbólicamente la relación entre America Latina y Estados Unidos, es el intento de la administración Trump de apoderarse de la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución tradicionalmente dirigida por un presidente de origen latinoamericano
Si bien hay una buena sintonía actual con ciertos países (como México) u otras de obsecuencia (el Brasil de Jair Bolsonaro), estos vínculos se han basado en dinámicas en las que los norteamericanos “tienen las de ganar”, es decir, más bien concesiones de esos países, que en una verdadera intercambio lateral entre socios.
En resumen, Estados Unidos ha perdido otra gran oportunidad para mejorar las relaciones con América Latina, tanto simbólica como materialmente.
*Por Juan Martin González Cabañas para La tinta / Foto de portada: Jason Lee – Reuters