La vigencia del pañuelo verde en tiempos hostiles

La vigencia del pañuelo verde en tiempos hostiles
19 febrero, 2025 por Verónika Ferrucci

El 19 de febrero de 2018 se realizó el primer Pañuelazo masivo por el aborto legal en los alrededores del Congreso y se replicaría luego en todo el país. Desde entonces, se conmemora como el Día de Acción Verde por el Aborto Legal y hoy nos encuentra ante un panorama de mucha complejidad, pero con la experiencia de la organización ganada. El pañuelo verde sigue levantado, junto a nuevas consignas de defensa urgente de los derechos y consensos conquistados en estos años.

“Nos reunimos en la plaza San Martín, era el 19 de febrero de 2018 y éramos feministas de diferentes espacios y organizaciones, otras se sumaron a la lucha de manera independiente. Estábamos paradas en las puertas del cabildo, coordinándonos para aquella primera foto del pañuelazo. Éramos varias, pero no tantas, lo mejor vino después, como en todo el país”, recuerda la abogada Marina Gudiño, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir (CDD).

Pasaron siete años de ese primer gesto callejero, visible y potente de levantar en alto los pañuelos verdes ante el Congreso. Se instalaba en el país el debate por el derecho al aborto, su legalización y la despenalización social, luego de siete veces presentarse un proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del embarazo, en 2018 se lograba el tratamiento en el Congreso de la Nación.


Una épica se replicaba en todos los territorios: atado en la muñeca, en las mochilas, en el cuello, colgado en los espacios de trabajos, el pañuelo verde traspasó las fronteras y es uno de los símbolos más contundentes de lucha y resistencia de los feminismos de los últimos años.


La marea verde fue un movimiento federal, diverso y que llegó a cada punto del país y puso en la escena política y social no solo el tema del aborto, sino también las violencias de género, la identidad de género, la salud pública y la educación, entre otros temas.

Aborto legal pañuelo pañuelazo verde 3-
(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)

“El pañuelo verde ha sido un símbolo de resistencia, y lo que sucede en toda resistencia es que hay una esperanza de lograr un cambio. En nuestra historia reciente de lucha fue primero un cambio social, había que romper los prejuicios en torno al aborto y despenalizar socialmente un derecho, después conseguir el avance legislativo y luego la efectivización de la ley con las políticas públicas necesarias. El pañuelo también es un símbolo de libertad, -bien entendida-, libertad real y lo destaco porque en estos momentos estamos ante el uso del concepto adornado y falsificado. Representa la construcción histórica de la autonomía sobre el propio cuerpo, el derecho a decidir, y es el símbolo del derecho a la libertad de expresión, de salir a la calle, romper el silencio, desear un plan de vida, digna, sana, sin violencia ni discriminaciones”, expresa en diálogo con La tinta, Marina Gudiño, representante del área de litigio de CDD.

Esa libertad sintetizó el pañuelo verde con la inscripción: “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”. Los primeros llevaban además el dibujo de un pañuelo blanco como homenaje a las madres. Fue un proceso social la construcción del pañuelo verde como símbolo, primero más asociado a los derechos sexuales en general y las violencias y hoy es un pañuelo feminista que traspasa fronteras, nuclea demandas y tiene dos elementos interesantes para recuperar: la transversalidad y la federalidad.

Aborto legal pañuelo pañuelazo verde 5-
(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)

La abogada destaca “que el camino recorrido en torno al derecho al aborto legal como una clara expresión de democracia, tanto en los debates de 2018 como de 2020, hemos visto a amplios sectores de la sociedad expresarse en contra y a favor, en los medios de comunicación, en las escuelas, en las calles, en las paradas del colectivo, en el trabajo, en las mesas familiares”. ¿Qué continuidad tiene esa experiencia de tanta masividad y potencia?

“En un país con una legislación que ha sido modelo y vanguardia en derechos sexuales y reproductivos, que son derechos humanos, nos encontramos con un gobierno que batalla de manera desmedida e incongruente con discursos de odio, incluso en ámbitos internacionales”, detalla Gudiño. Desde que asumió el presidente Javier Milei estamos viviendo una crisis sanitaria que, junto al debilitamiento de las políticas de salud y de derechos sexuales y (no) reproductivos, impactó en la disponibilidad de insumos, en el cierre de programas y en las condiciones de trabajo para los equipos profesionales.

El retiro del Estado hace peligrar la salud de la población en un tema tan sensible como el cuidado de la salud reproductiva, constatando una de las batallas culturales que guionan el discurso público presidencial -como en el Foro Económico Mundial en Davos- y los factos: la persecución a todo lo que se vincule con el género, los feminismos y las disidencias, la tan nombrada por el oficialismo como “agenda woke”.


“El pañuelo verde cuenta esa historia y la sostiene ante un gobierno que amenaza y estigmatiza la lucha de los feminismos y que en lo concreto obstruye el derecho al aborto con el desmantelamiento de programas de salud sexual y reproductiva y el recorte de insumos. Es un símbolo de resistencia colectiva, en un contexto en donde nos empujan al individualismo y creo que eso es lo que más molesta e incómoda”, expresa la integrante de CDD.


En la marcha antifascista y antirracista del 1F de 2025 flameaban los pañuelos de la bandera LGBT, al lado del pañuelo verde. Hay un ejercicio ganado y legítimo de estar en las calles, el territorio que los transfeminismos saben usar y disputar frente a la quita de recursos, a la amenaza de restringir el acceso a derechos.

Aborto legal pañuelo pañuelazo verde 2-

“La lucha por el aborto, es también una lucha transfeminista, LGBTIQNB+, antifascista y antirracista, es la misma que el pasado 1 de febrero salió a la calle a defender la identidad, la diversidad, el amor y de nuevo la libertad real y no la que quieren vendernos. En el primer Pañuelazo decíamos ‘al silencio y a la clandestinidad, no volvemos nunca más’, el 1F dijimos ‘al closet no volvemos nunca más’ -tal como cuando se discutía la ley de matrimonio igualitario o la ley de identidad de género-. Las consignas son las mismas o similares, hoy podemos ver nuevamente la transversalidad generacional, de diversos sectores que se encuentran en cada marcha con reclamos que pueden parecer distintos, pero están conectados. La resistencia en las calles se hermana y se fortalece como reacción y movimiento ante el ajuste y los discursos de odio. No nos pueden quitar la esperanza que se esconde detrás de la resistencia”, reflexiona Gudiño.

Desde Católicas por el Derecho a Decidir, insisten con la tenacidad de haber llegado hasta acá, “a 7 años del primer pañuelazo federal, sostenemos la consigna de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto legal, seguro y gratuito y sostenemos también el orgullo, derechos que tantos nos han costado. Cuando por fin se aprobó la Ley N° 27.610 de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en diciembre de 2020, supimos que cada paso había sido importante. Así como la marea verde, estos reagrupamientos de lucha que están emergiendo, no solo son respuestas a políticas regresivas, sino también lugares donde se sigue construyendo una alternativa desde el feminismo y la diversidad”.

Aborto legal pañuelo pañuelazo verde 6-
(Imagen: Ezequiel Luque para La tinta)

La abogada vuelve la mirada hacia lo local, la experiencia situada de Córdoba que nos permite recordar que no fue fácil, pero que tenemos a favor la experiencia de esa organización y esa persistencia. “Fuimos una de las provincias en donde se dieron estrategias de obstaculización para el acceso al aborto legal – después de fallo FAL y antes de la ley- con una fuerte presencia de sectores antiderechos. Durante 7 años estuvo frenado el protocolo para garantizar abortos no punibles en la provincia a causa de una acción de amparo que interpuso el Portal de Belén. Si bien esa fue quizás la estrategia judicial más fuerte, los sectores antiderechos también desplegaron otras estrategias como la persecución a profesionales de la salud que garantizaban interrupciones legales del embarazo, por ejemplo”.

Pero al mismo tiempo, Córdoba tiene una larga trayectoria en la lucha por el derecho al aborto, en el año 2005 se reunieron más de 80 de representantes de diferentes organizaciones del país donde se decidió el lema de la Campaña Nacional que llevan impresos los pañuelos y que sostuvimos durante y qué defendemos aun levantando nuestro pañuelo verde. Luego, en 2018 se tejieron redes y alianzas que permitieron hacer frente a las particularidades locales y teñir de verde los rincones menos esperados. Y hoy eso sigue latiendo, en los pañuelos verdes que seguimos llevando a la calle y en cada lucha que hermanamos.

Suscribite-a-La-tinta

* Por Verónika Ferrucci para La tinta / Imágenes: Ezequiel Luque

Palabras claves:

Compartir: