10°MNCGF: en el gobierno de Llaryora, las fuerzas represivas asesinaron a 17 personas en Córdoba
Este martes 27 de agosto, se realiza la 10° Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil. En Córdoba, la cita es a las 17 horas en la emblemática esquina de Colón y General Paz. Conversamos con integrantes del espacio organizador que denuncia la política represiva del gobierno de Martín Llaryora, en sintonía con la de Javier Milei y con sus antecesores provinciales.
Desde la asunción de Llaryora hasta el 31 de julio de 2024, en la provincia de Córdoba, se registran 17 personas asesinadas a manos de las fuerzas represivas. De estas muertes, 11 fueron casos de gatillo fácil, en situaciones de persecución o por medio de torturas durante detenciones. Las otras 6 fueron en contextos de encierro. Estos datos son relevados por el Frente Antirrepresivo en Lucha, en el marco de la 10° Marcha Nacional Contra el Gatillo Fácil (MNCGF) que se realiza este martes 27 de agosto.
Los nombres de las víctimas son: Alejandro Bustos, Víctor Tortosa, Rodrigo Gómez y Emiliano Pastore, Abel Cortés, Luis Alberto Cena, Jacob Álvarez, Carlos Sebastian Bereciartua, Elías Moreno, Sebastián Arce, Alan Savioli, Agustín García, Darío Vidal, Franco Moreno, y dos jóvenes de 17 y 18 años cuyas identidades se desconocen.
Desde la organización, señalan que los datos recabados son incompletos, porque no todos los casos logran notoriedad en los medios de comunicación: «Varios de los nombres de las personas asesinadas por las fuerzas represivas nos los han informado fuentes confiables y cercanas, entre las que se encuentran familiares de víctimas fatales de la represión estatal y militantes del Movimiento Anticarcelario Córdoba”, expresaron en sus redes sociales.
La MNCGF llega a su edición número diez con réplicas en diferentes puntos de Argentina: Salta, Buenos Aires, Mar del Plata, Rosario y Mendoza. Y es que, como denuncian las organizaciones cordobesas, la política represiva del gobierno provincial va en consonancia tanto con las gestiones antecesoras, de Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota, como con la línea nacional, ahora impulsada por el presidente Javier Milei y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
«Creemos que es completamente urgente y necesario movilizarnos este año para sostener viva la memoria de todos los pibes asesinados y muertos por el Estado represor acá en Córdoba. Para brindar una contención, un apañe y un acompañamiento a la familia y amigos de todas las víctimas. La marcha viene siendo un espacio de denuncia y de visibilización de todos estos casos, sostenerla es seguir construyendo eso: que la memoria de estos pibes y estos casos no queden en la nada», expresa Camila, del espacio organizador, en diálogo con La tinta.
La cita de esta tarde es desde las 17 horas, en Colón y General Paz, y es impulsada desde la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil, junto a organizaciones de derechos humanos, espacios culturales, partidos políticos, sindicatos, movimientos sociales y personas autoconvocadas. La marcha contará con intervenciones artísticas de activistas y grupos como Territorio Colaborativo y Colectiva corta la mecha, y un cierre musical a cargo de La Juli Rivarola, Sudaclan, Mati Acosta y Jem Luz de Mar.
Sostener la lucha en medio de una crisis
Aunque el aparato represivo estatal sostiene prácticas de persecución, tortura y asesinatos que son históricas y que no se extinguieron con la recuperación de la democracia, en el último año, la gravedad se profundizó. Discursos de odio promovidos desde las esferas oficiales, proyectos para bajar la edad de imputabilidad, criminalización de la protesta social, presxs políticos, causas judiciales contra referentes sociales y protocolos represivos se conjugan con las políticas de crueldad en materia económica, concentración de la riqueza y empobrecimiento de las mayorías.
«El contexto económico nos atraviesa a todos, las políticas represivas se vienen recrudeciendo cada vez más para poder llevar adelante el ajuste y a eso lo venimos sintiendo. Los casos de víctimas por parte de las fuerzas represivas del Estado de este año se multiplicaron en comparación con años anteriores y es una situación que a veces nos supera», señala Camila.
La crisis afecta particularmente a las familias de personas asesinadas por la policía que, además de desplegar las estrategias de supervivencia económica, son forzadas a destinar energía y recursos en combatir las trabas, demoras y diferentes mecanismos que les impiden acceder a los procesos judiciales que les corresponden: “Se vuelve muy difícil sostener una lucha cuando no hay respuestas por parte del Estado y de la Justicia, y se busca todo el tiempo cerrar las causas, limpiando a los policías y dejándolas en la nada”.
Si bien, en los últimos años, aumentó la cantidad de juicios y condenas por casos de gatillo fácil y violencia policial, las causas que llegan a esas instancias siguen siendo excepcionales. Camila comparte un paneo general: “Por el momento, no hay fechas próximas de juicios, pero, este año, tuvimos el juicio y la condena al policía Lucas Gastón Carranza, asesino de Rodrigo Sánchez, un caso que se dio hace casi 9 años. También tuvimos el juicio de Lucas Funes en Río Tercero, que fue asesinado hace 12 años por el policía Luciano Carnero, quien fue sobreseído y que continúa en ejercicio de las fuerzas en el Departamento de Investigación. Hay causas que siguen abiertas y que están paradas hace mucho tiempo, como el caso de Lautaro Torres, que también fue hace 12 años; y hay causas que, de a poco, van avanzando, como los casos del CPA, de Ezequiel Castro y de Matías Mariño, que vienen teniendo avances muy lentos gracias a toda la lucha y la insistencia de las familias y quienes logramos acompañar todo el proceso desde los sectores antirrepresivos de Córdoba”.
El panorama es tan abrumador como necesario de afrontar. “Por eso, creemos que la única forma de sostenernos en este momento es a través de la organización y la lucha colectiva, por eso, apostamos tanto a estos espacios de encuentro y de denuncia en las calles, que vienen siendo una herramienta de lucha histórica y necesaria de defender y sostener”, expresa la integrante de la MNCGF.
Diez veces, el encuentro
Ante la maquinaria de violencia que se hace visible con la policía, pero se perpetúa en políticos, funcionarios, fiscales, abogados y jueces, siempre existe la resistencia. Ante el dolor, siempre hay acompañamiento y ternura. Como muestra de eso, este año, se organizó un encuentro de familiares previo a la marcha, en la Imprenta del Pueblo Roberto Matthews, donde compartieron un almuerzo y crearon un altar para «Romper con el olvido», con las imágenes de sus seres queridxs, siempre presentes.
Gabriela Sanso, madre de Rodrigo Sánchez, luchadora y referente del movimiento antirrepresivo, integrante de la Coordinadora de Familiares, comentó a La tinta sus sensaciones después de la actividad: “El encuentro fue fortalecedor, abrazador. Me gusta sentirme en familia, poder acoger otra familia llena el alma. Me identifiqué con la familia de Elías Moreno, me veía yo hace casi 9 años. Compartir historias, escuchar a otra familia y saber entenderlos, eso dice que venimos haciendo las cosas bien, de eso se trata de que nadie se sienta solo y sola. Hacerlo en la imprenta, hacer la visita guiada y escucharme en el documental no me lo esperaba, fue muy emocionante. Junto con mi hija, se nos cayeron las lágrimas, fue muy fuerte y estoy agradecida por todo. Quiero más encuentros”.
Madres, hermanas, tías, primas, amigas, padres descubren en sus conversaciones la posibilidad de contenerse. Circulan ideas, recomendaciones, palabras de aliento y relatos que hasta permiten la risa y el disfrute. Reconocen en su dolor común las marcas de un aparato descomunal, pero también las grietas para resistirlo. Por eso, el encuentro es indispensable y, como dice Camila, la marcha no es solo una marcha, es la fuerza que permite “que todos esos nombres se puedan gritar y que todos los puedan conocer”.
Hoy, es la décima Marcha Contra el Gatillo Fácil en Córdoba, pero es también la primera de muchas familias. Diecisiete nombres se agregan a las listas que nadie quiere actualizar. Es una realidad cruda y desoladora, pero las familias y organizaciones nos siguen enseñando que hay una forma de atravesarla. Escuchemos los nombres, conozcamos las historias. Las vidas que el Estado desprecia sí importan, existen, no se olvidan. Hoy, lxs pibxs asesinadxs por la policía toman las calles que les pertenecen. Presentes, ahora y siempre.
*Por Jazmín Iphar para La tinta / Imagen de portada: La tinta.