Casa Chuncana, un club social de lectura para relativizar la hostilidad del mundo

Casa Chuncana, un club social de lectura para relativizar la hostilidad del mundo
13 agosto, 2024 por Soledad Sgarella

En La Hojarasca, la librería de Paulina Mancilla Pepicelli y Santiago Moroni, siempre se lee con otros. Leer como gesto colectivo, como encuentro puro. Leer para aliviar el trajín. Leer para sentirnos parte y abrir portales.

Dicen Paulina Mancilla Pepicelli y Santiago Moroni que son librerxs de oficio y gestores de corazón. «También hacemos teatro, de ahí aprendimos muchas cosas”, agregan lxs creadorxs de La Hojarasca, la librería de la calle Alvear, “que trascendió al libro para volverse también afiches en las calles, música en la vereda y encuentro, mucho encuentro». Y, desde fines del año pasado, tienen Casa Chuncana, un club social de lectura.

Imagen: Casa Chuncana

Como sabemos y como nos confirman lxs librerxs, en los últimos años y, sobre todo, los últimos meses, el libro se volvió un objeto de lujo: «Quienes asiduamente sumaban dos o tres títulos por mes a sus bibliotecas, ahora optan por uno cada mes y medio, o compras colectivas, o circunscribieron su consumo a los libros de las bibliotecas. No solamente es una cuestión económica, también el trajín de la vida, las urgencias económicas y el desgaste mental que genera la situación sociopolítica actual nos alejó de la lectura, de la habilitación sensible de abrir un poema en mitad de la tarde. Como respuesta a eso, un club del libro: por un precio que intentamos quijotescamente mantener accesible, casi la mitad del promedio de los libros, proponer una suscripción literaria, un libro por mes en tu casa; el mismo libro para todxs y nadie sabe qué libro es al momento que se suscribe, es una apuesta también”. Leer como gesto colectivo, como confluencia pura. Leer para aliviar el cotidiano infernal. Leer para sentirnos parte.

Para Paulina y Santiago, el libro es un material sensible que respira y conmueve, que habilita no solo momentos que son valiosísimos ―más que nunca ahora―, sino también necesarios. “Y no hablamos solamente de poder regalarnos ese instante de soledad en que nos brindamos a un mundo otro, sino ―y sobre todo― de ese gesto colectivo que requiere la lectura. No leemos solxs nunca. Leemos con otrxs. Con la amiga que me recomendó la lectura, con la maestra, tallerista o profesora que la habilitó, con lxs librerxs que nos guiñaron un ojo cuando lo agarramos de la estantería. Leemos con quien escribe, con las voces de los personajes, los mundos que en ese libro se dibujan, andamos por esos paisajes y nos predisponemos a un encuentro con la otredad, siempre la voz de ese libro es otra, aunque me hable a mí, aunque yo sienta que también puedo hablar a través de sus páginas. Un libro es encuentro puro y este encuentro colectivo es el que defendemos, el que funciona como latido constante de La Hojarasca y en el club de lectura Casa Chuncana, que se llama así porque Chuncana se llama nuestra perrita librera, quien trae la alegría del encuentro ―no hay mejor anfitriona que ella― y también la mansedumbre de la tierra”, explican a La tinta y añaden: «Y el encuentro que la lectura nos posibilita continúa como una extensión, pero, sobre todo, como un regalo: conversar con otrxs. En esas conversaciones, encontramos un ecosistema que relativiza la hostilidad del mundo, como si se abriera un portal ―pequeño, grande, a veces largo, a veces corto― donde una sociedad mejor es posible, más humana, pero, sobre todo, más presente«.

En el Club, a la curaduría la hacen Santiago y Paulina, escuchando atentamente las resonancias que van surgiendo de las lecturas anteriores y de conversaciones con quienes forman parte de Casa Chuncana. Apuntan siempre a la bibliodiversidad que hay en el mapa editorial independiente del país, pasando por todos los géneros: novela, ensayo, poesía, cuentos. “Lxs autores son contemporánexs y proponen miradas oblicuas, frescas y sensibles de las cosas. Cada selección implica el contacto con la editorial y con su autor, y siempre resulta un abrazo nuevo y hermoso para nosotrxs, porque nos reconocemos en este mundo loco del libro dándole vida”, indican.

¿Cómo funciona el Club Social de Lectura? 

En la primera quincena de cada mes, se reciben las inscripciones y se abona la cuota de ese mismo mes, y, en la segunda, se realizan las entregas. “Ahora, en agosto, haremos nuestra décima entrega. Venimos desde noviembre del 2023 sin fallar ni un mes y esto no es solo voluntad y gestión, sino también sostén de una comunidad amorosa que se manifiesta a favor de este tipo de propuestas, con un compromiso casi militante. Cada mes, aceitamos herramientas, dinámicas y gestos, no tenemos fecha límite. Acá estamos, nos queda combustible para rato porque tenemos el convencimiento de que trabajar así, de esta forma, con estas tramas, es lo que hacen de lo colectivo la única salida”, concluyen Pauli y Santi.

Para cerrar, hacen una aclaración: “Cada libro no viene solo. Mes a mes, pensamos y diseñamos objetos que acompañen el hábito de la lectura, ese momento valioso, desde lápices y anotadores de libros leídos hasta tote bags pintadas a mano”.  

Unite al club.

*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Casa Chuncana.

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Palabras claves: club de lectura, Librerías, literatura

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