«No vivís en Dubai porque no querés, bro»: la nueva promesa de ser millonarios 

«No vivís en Dubai porque no querés, bro»: la nueva promesa de ser millonarios 
22 abril, 2024 por Verónika Ferrucci

Unos cuantos pasos más allá del telar de la abundancia, los Cositorto de la vida y los cripto-inversores, la venta de cursos online para una vida millonaria, profundiza en la narrativa masculina de sentido neoliberal. Parece que cada generación tiene su esquema Ponzi para vivir la estafa en primera persona, porque eso de aprender de la historia no garpa mucho.

Por María Esteve y Verónika Ferrucci para La tinta

En el mar del scrolleo actual, encontrás rápida y repetidamente una coreografía, la narrativa del progreso contemporáneo: cómo alcanzar una vida millonaria sin depender de las trayectorias que puedan darte las instituciones educativas, el Estado e, incluso, el contexto histórico, económico y político. Se trata de personas que se hacen a sí mismas en una sociedad que, al parecer, es meritocrática. Sin embargo, algunos datos contrastan esta idea de la vida millonaria fácil. Una reciente investigación de la revista Forbes, según publicó The Guardian, encontró que 15 jóvenes multimillonarios que tienen 30 años o menos heredaron su riqueza, ninguno la creó. Es la primera ola de una transferencia de riqueza de 5,2 billones de dólares por parte de los superricos que envejecen. ¿Se puede ser millonario sin heredar? Parece que la respuesta está en los cursos online.

«Inscribite a la semana de la libertad remota», es una de las ofertas que circulan en redes sociales, en el mar de los algoritmos para hacer plata fácil. Una piba ofrece, en tres clases, darte el paso a paso de su método para conseguir un trabajo remoto que te pague entre 1.000 y 5.000 dólares al mes sin salir de tu casa. Talleres como «Los 5 productos digitales que puedes vender», «Activando nuestro poder personal con PNL» o «Armá tu CV profesional y preparate para una entrevista de trabajo», son la versión de las propuestas feminizadas y domésticas.

En su versión masculinizada, también está presente el dólar, pero aparece Dubai como la meca donde hay que llegar. Relatos en primera persona ponderan que dejaron sus estudios o trabajos precarios y cambiaron su vida, incluida la mejora del aspecto físico. Varones blancos con un mismo tono de voz, la misma escenografía de ciudades hipermodernas y la misma música genérica de fondo. Homologado en destacar en un rubro: closer de ventas, car flipping, trafficker appointment, setter growth, creator, etc., etc., etc. Especialistas con o sin dinero, ¿les suena? 

En ambas versiones, la promesa del éxito es el dinero ―dólar―, se pone en duda la universidad y lo que ofrece la educación superior, y, sobre todo, el desafío y la «valentía» es hacerse a sí mismo. La socióloga Eva Ilouz dice que la autorrealización es una narrativa que se desprende de la autoayuda y su aparición en el siglo XIX permea el sentido común, construyendo un «ethos del automejoramiento». En los discursos de estos pibes, hacer sus cursos ―que implica pagar― es parte de un camino que tenemos que tomar si queremos demostrar que estamos aptxs para ser millonarios.

twit-ponzidemia
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¿Somos millonarios en potencia?

Maximiliano Firtman, programador y profesor de informática que viene siguiendo el tema en su cuenta de X, bautizó el fenómeno como la ponzidemia. En una reciente nota en la Revista Seúl, dice: «Los nuevos manosantas se compran una cámara profesional, un micrófono y una chomba Lacoste, se sacan un pasaje a Dubai con otros amigos, alquilan un Airbnb y un auto caro, y se disfrazan de millonarios para vender una estafa piramidal por Instagram y YouTube».  

Lxs influencers habitan las redes sociales hace mucho tiempo, siguiendo lo que plantea Elian Chali en la nota Influencers me explican cosas, conviene señalar que «lo que antes era un simple influencer, ahora se transformó en un personaje que nos vende de manera obscena su éxito personal», mientras se pregunta: «¿Quién no quiere estar un poco mejor?». El tema es a qué costo. A pesar de proponer un «dinero fácil», es necesario construir hábitos de millonario: aprender a sentir como rico, hablar como rico, divertirse como rico para intentar serlo. ¿A qué deseos les hablan estos influencers?

«Este mundo es despiadado, no hay lugar para descansar un día porque te duermen el negocio, la mina, la cuenta bancaria. Esa vida que te enseñan, que vas al colegio de lunes a viernes y el finde descansás, no existe porque, si querés hacer plata en serio y vivir un estilo de vida que parezca el GTA, no existe el concepto de descansar», expresa otro de estos influencers. 

Un Lamborghini, una Ferrari, una mansión son enunciados como aspiraciones de lo que se quiere/debe tener, pero inalcanzables si no podés levantarte a las 5 de la mañana para ir al gym, amarte y filmar un video, te recuerda gritando este influencer. Llados ha sido recientemente denunciado por crear una secta a través de una estafa piramidal. El youtuber y entrenador español plantea: «Si tienes panza, te faltas el respeto; si no tienes dinero, te faltas el respeto, es una fucking vergüenza que andes con panza por el mundo y tu cuenta vacía». Y por supuesto que su máxima es que dice que estudiar no sirve para nada. Bastante a tono con lo que estamos viviendo sobre la puesta en duda de las universidades en Argentina. 

La psicoanalista chilena, Constanza Michelson, en su libro Capitalismo del yo. Ciudades sin deseo, sostiene que el disciplinamiento de la vida hoy se realiza en privado: cuida tu cuerpo, tu tiempo, tu energía, sé vos mismx, etc. Grandes mandatos que circulan para el cultivo de lo propio, alimentando al individualismo como espejismo de suponer que, por estar sueltxs del otrx, somos libres de autodeterminarnos. Algo parecido pasa con estas propuestas virtuales, pensar que el «ser tu propio jefe» te permite salir de las lógicas de explotación capitalistas y que las posibilidades de éxito son infinitas, pero solo dependen de la voluntad que le pongamos. 

Para la filósofa mexicana, Sayak Valencia, vivimos en el régimen del streaming live, que genera un nuevo sentido común neoliberal que, entre otras cosas, genera una sensibilidad política basada en la industria del espectáculo y el showbusiness, en la cultura de las microcelebrities. Que impacta en las dimensiones cultural, estética, política y económica de las subjetividades que produce cambios cognitivos, perceptivos y sensibles en la manera en que las poblaciones responden políticamente a ciertos fenómenos. Las consecuencias son un mundo mucho más conservador y de derecha. 

¿Cada generación tiene su Ponzi? 

Hace unos años, en su momento de mayor auge, el telar de la abundancia fue una estafa piramidal que estuvo principalmente destinada a mujeres en edad de proyección profesional. Tomaba un falso tenor de empoderamiento: «Vas a cumplir ese sueño que siempre quisiste y no pudiste por ser mujer». Te invitaban a poner una cantidad de dólares para ingresar y terminar el círculo, llevándote el dinero multiplicado, luego de que sumes a seis personas más. Hubo muchas caídas en la ilusión de la libertad y la valentía de cumplir una meta. También tienen sus correlatos emprendimientos de ventas de cosméticos o elementos para la vida doméstica que siguen la misma lógica piramidal. 

En épocas de crisis, este tipo de atracciones mágicas para ganar dinero tiene su pico, su escalada. Particularmente, estas estafas para mujeres tuvieron un auge post Ni Una Menos y lo que ofrecían era el empoderamiento. Michelson plantea que cuando las reivindicaciones se moralizan: «Tenés que estar empoderada y aliarte con otras mujeres en formas por fuera del mercado», se cae en la trampa del yo-cliente o en la reducción de un menú de estilos de vida administrados por el mercado, de los cuales también podríamos hacer una larga lista. 

En la era del capitalismo financiero, el auge por las apuestas online y la venta de cursos para volverte una persona millonaria son la cara actual. Y volviendo a Michelson, podemos acordar con lo que dice la autora sobre que el deseo «no viene de adentro», sino que está amarrado a nuestras condiciones de vida junto a otrxs, por lo cual no es una sorpresa pensar que estas ventas/publicaciones están asociadas al deseo del éxito en el mundo capitalista. ¿Cuáles son los deseos que tienen disponibles las juventudes hoy?

La profundización del modelo del emprendedurismo vía streaming muestra una cara despiadada y cruel en los futuros de estos pibes. Hacer dinero y ser exitoso lo más rápido posible. Nadie tiene vergüenza en mostrar esto que ofrece, ponen nombre y apellido, dan a cámara y testimonio. Son una promesa de un presente basado en ganancias, una vida fitness y con una identidad prosumidora. No hay vida colectiva ni redes ni afectos, solo un circuito donde vender y mostrarse. Mark Fisher advertía que el realismo capitalista se alimenta de imágenes falsas, tareas imposibles, inalcanzables y exige un presentismo absoluto, aquí y ahora. Pensar el futuro implica politizarlo y al proyecto fascista mundial no le gusta eso. 

#ponzidemia

*Por María Esteve y Verónika Ferrucci  / Imagen de portada: A/D.

Palabras claves: Estafa, multimillonarios, neoliberalismo

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