Lesbianas grafiteras
Hoy, 7 de marzo, es el Día de la Visibilidad Lésbica. Hace 14 años, Natalia «la Pepa» Gaitán era fusilada de un disparo en el pecho por Daniel Torres, padrastro de la novia de la Pepa en ese entonces. En el 2012, fue el juicio. Vimos desfilar por el recinto de tribunales y por los medios cordobeses una serie de discursos odiantes que colocaban a la Pepa y a todas las que nos sentamos en ese recinto a presenciar el juicio como lesbianas atemorizantes. La estrategia del acusado fue demostrar que él sentía miedo por la Pepa y, por eso, usó una escopeta para matarla. El abogado luego reforzó esa hipótesis diciendo que se sentía amenazado por nosotras.
La amenaza
Asignadas mujeres que se corrieron de un par de normas o que fugaron de un par de lugares bastantes incómodos. La amenaza: lesbianas de pelo corto que usaban un aerosol para imprimir en las paredes nuestra bronca, nuestra existencia. La visibilidad como consigna pasó a ser un imperativo. Nos quieren visibles, pero ¿cómo? La visibilidad incomoda, como este grafiti que «un vándalo» hizo, según el periodista cordobés Clariá, quien le dedicó una hora a reflexionar sobre la importancia de preservar las paredes blancas, los edificios públicos, históricos, impolutos; sobre las buenas costumbres, las manifestaciones pacifistas, la buena moral, etc. No podía dejar de nombrar en masculino a la autora del grafiti; para mi suerte, no llegó a los medios esta foto, no denunciaron penalmente a nadie, pero la consigna estuvo en vivo una hora en horario estelar: Soy lesbiana y cojo con tu hermana y tu mamá.
El ímpetu juvenil, el imaginario de libertad sexual, mostrar una forma de vida, de un deseo claro, la posibilidad de que la madre, la hermana, esas que quieren defender de la justicia machista, puedan ser también lesbianas o la esperanza de que pueda despertar alguna curiosidad en las televidentes. Esto pasó en el año 2011, tiempo en el que se discutieron las leyes de matrimonio igualitario, identidad de género, en el que se asesinó a una lesbiana por su vida sexual, en el que estábamos en el foco del debate público y donde la visibilidad estaba de la mano del matrimonio. 12 años después, en otra ciudad, una lesbiana está siendo enjuiciada por hacer un mural colectivo.
¿Dónde está Tehuel?
En una acción colectiva en la marcha del orgullo en Necochea, en febrero del 2022, un grupo de activistas realizaron el mural que se ve en esta foto. Por ese mural, se acusó penalmente sin pruebas fehacientes a Pierina, una activista de Necochea, una lesbiana visible. Un mural en el que se preguntan por la desaparición de Tehuel, un joven trans desaparecido en democracia. ¿Quiénes la acusan? La municipalidad. ¿A dónde trabaja Pierina? En la municipalidad. ¿Qué pasa con las lesbianas en los ámbitos laborales? ¿Qué pruebas tienen? Una foto como la que compartí arriba, de espaldas, sin ver el rostro. ¿Qué le piden? Que borre el mural, en una pared que, como podemos ver, está llena de grafitis, incluso una esvástica.
En conversación con Pato Larreta, quien conforma la Red de acompañamiento y cuidado de Pierina, me comparte lo siguiente. El proceso penal se basa en un hecho que presuntamente fue cometido en el mes de febrero de 2022. El día 16 de febrero de 2022, María Sol Castrillón, una abogada que integraba la Secretaría de Política y Desarrollo Social del Municipio de Necochea, realizó una denuncia penal por el delito de daño agravado. Esta funcionaria señaló que vio una foto en un portal de noticias de Necochea, en la cual tres personas habrían realizado un mural «no autorizado» sobre las paredes externas del anfiteatro municipal. Pierina, en ese entonces, trabajaba en el área de Educación de dicha Secretaría. También prestaron declaración testimonial acompañando la hipótesis incriminatoria distintas personas que integran el municipio, entre ellas, Mariela Cellerino (directora de Educación), Paula Faramiñan (directora general), Marcela Gandur (Subsecretaría Privada) y Sandra Antenucci (secretaria de Desarrollo Humano y Políticas Sociales). Cabe destacar que estas últimas dos personas prestaron declaración «espontáneamente», sin el debido control de la defensa de Pierina a cargo del abogado defensor, Francisco Arrospide.
¿Entonces? ¿Por qué a Pierina se la acusa, se le pide que asuma que hizo un grafiti que se realizó de manera colectiva? ¿Por qué se le pide que lo borre? Pierina se niega a borrar un mural que contiene una consigna clara y contundente, una pregunta que interpela a toda la sociedad. ¿Dónde está Tehuel? Una pregunta por un desaparecido en democracia, que fue a buscar trabajo y nunca regresó, como tantas otras personas que continúan siendo buscadas en este país. Pierina va a juicio, estaba programado para este 6 de marzo, le suspendieron la audiencia.
¿Por qué a las lesbianas les hacen causas judiciales, como a Marian por besar a su novia en el tren o Higui por defenderse de una violación? ¿Qué es esa desobediencia que les resulta insoportable? ¿Qué norma sagrada rompemos quienes fugamos de la heteronorma como para ser llevadas ante un estrado a ser juzgadas públicamente?
Pierina pide libertad, esa palabra secuestrada en época de Niley. LIBÉRENME reza esta bandera que realizó, el derecho a perder la cara. Tiene un nombre inolvidable y, con este proceso, siente que perdió su cara, que perdió su esencia y pasó a ser eso que la mete en un caso penal. ¿Qué pasa con estas personas lesbianas que terminan siendo criminalizadas por la Justicia? Están criminalizando a alguien y ese alguien pasa a ser rehén de la justicia punitiva y que pierde su esencia. Pierina es artista multifacética, cantante, plástica, gráfica, milita la amistad como forma de vida, tiene un proyecto de arte compartido que se llama “Sindicato universal de la amistad”, otro llamado “Ministerio de la pavada”, juntarse a suspender el tiempo de esta cosa escandalosa en la que vivimos, a hacer pavadas. No están enjuiciando a cualquier lesbiana trabajadora, están enjuiciando a alguien que milita una forma de vida, que es la de estar en el momento, la de cuestionar las cosas, estar críticamente en el presente. ¿Qué pasa cuando los cuerpos humanos se disponen a perder el tiempo? Es algo que ella milita en términos afectivos y artísticos, y ese arte como modo de vida y el juicio que le hacen se lo hacen no sólo por su vida sexual, sino por esa forma de vida que lleva adelante y que también plasma en su trabajo en los términos de los talleres que hace.
Los feminismos lésbicos, desde el asesinato de Pepa, se fueron tejiendo como tramas de redes afectivas, como archivo de nuestra memoria, como colectivo de cuidados. En esta foto, podemos ver a la mamá de Tehuel y a Pierina sosteniendo una bandera, en una actividad que pide por su absolución, a la vez que pide por la aparición de Tehuel. Cada 7 de marzo, en Córdoba y en muchas ciudades, nos convocamos a recordar, nos mandamos mensajes, algunos dicen feliz día, otros comparten consignas, textos, otros invitan a abrazarse, a cantar, radios abiertas, altares, formas concretas de la memoria, formas de sostener estos cuidados colectivos.
Una amiga escribe hoy: «Yo hasta que no la mataron a la Pepa ni siquiera pensaba que podía morir por elegir vivir como quería y ahí conocí a toda esa manada hermosa en las asambleas en la Caracol, no me entraba en la cabeza, y entré en un loop de pánico por tres años». Habitamos la tensión que hace de la visibilidad una disputa, visibles sí, pero ¿cómo? ¿Visibles sólo las violencias a las que somos expuestas? ¿Visibles las redes de cuidados colectivos? ¿Visibilidad como estrategia política ante la justicia punitiva? ¿Cómo construimos ese archivo de lesbianas enjuiciadas sin exponerlas sólo a ellas? ¿Cómo colectivizar la causa cuando la perseguida es una sola? ¿Quién no intervino una pared? ¿Quién no besó a su novia en una parada de tren o colectivo? ¿Quién no se defendería de una violación colectiva? ¿Cómo hacer de la herida un refugio colectivo, una fiesta de amigas, una excusa para encontrarnos una vez más? ¿Cómo hacer del trauma público una causa justa? ¿Cómo invocar a nuestras muertas?
Así, haciendo feminismo lésbico. Hoy, desde las 18 en la Plaza de la Intendencia, nos encontramos a construir esta memoria colectiva. Les esperamos.
*Por Noe Gall para La tinta / Imagen de portada: La tinta.