Pato Ruiz: «Tenemos que ocupar la cancha y jugárnosla toda»

Pato Ruiz: «Tenemos que ocupar la cancha y jugárnosla toda»
28 febrero, 2024 por Lo que quieren las Wachas

Una nueva entrega de la columna de «Lo que quieren las wachas» con una entrevista a Patricia Ruiz, profesora de Educación Física e integrante de la organización Abriendo la Cancha. 

El fútbol, y el deporte en general, puede funcionar como una herramienta para la inclusión, para el abordaje de una gran diversidad de temas, como la violencia de género y la educación sexual integral. Así lo ven las pibas de Abriendo la Cancha, para quienes la combinación entre lo lúdico y la militancia ha sido una bandera desde sus inicios. Esta organización feminista de Córdoba lucha por los derechos de las mujeres y disidencias a partir de la práctica del fútbol, pero trasciende los límites de las canchas y se ancla en disputas más amplias en los territorios. 

Abriendo la Cancha tiene distintas líneas de trabajo y proyectos, como la escuela de fútbol «Somos nosotras», para niñas y adolescentes, que funciona en el Campo de la Ribera, ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio (CCDTyE) y actual espacio de memoria. También organizan talleres de fútbol con mujeres privadas de su libertad en la cárcel de Bouwer y desarrollan conversatorios sobre deporte y feminismos en escuelas, universidades y espacios culturales, con el objetivo de generar encuentros de diálogo e intercambio con otras organizaciones y espacios.  

Desde «Lo que quieren las Wachas», conversamos con Pato Ruiz, integrante de la organización, que nos contó los inicios, proyectos y proyecciones «del Abriendo». Les compartimos algunos fragmentos del encuentro en los estudios de Radio Revés. Pueden escuchar la entrevista completa en Spotify.

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Abriendo la Cancha

—¿Qué es Abriendo la Cancha? ¿Cómo nace?

—Somos un espacio que nació desde las ganas de jugar de muchas compañeras y amigas, que no encontrábamos o que, en realidad, necesitábamos un espacio para jugar al fútbol y donde dar las luchas que se venían dando desde lo colectivo, algo grupal. Surgió porque La Nuestra, la organización de fútbol feminista de Buenos Aires, nos invitó al primer encuentro de fútbol feminista en Buenos Aires, que fue una experiencia extraordinaria. Fue en 2017. Pasar por ahí también contribuyó a que muchas de nosotras pusiéramos en la cancha todo lo que pensábamos. 

Abriendo la Cancha trabaja con clave de género, por los derechos de las mujeres, infancias y disidencias, y creemos que el fútbol es una herramienta muy importante. Una de las chicas de La Nuestra dice que cuando ellas tenían que ocupar el espacio en la Villa 31 y no las dejaban, iban y lo ocupaban, porque, si no, no te dejan jugar fútbol: «Me paro en la cancha como en la vida», dijo una de las pibas. Tenemos que ocupar la cancha y jugárnosla toda, que corra la pelota.

—¿Quiénes integran el espacio de Abriendo la Cancha? 

—Somos mujeres, disidentes, feministas, amigas, compañeras con ilusiones, esperanzas y muchas ganas. Trabajamos desde la visión de la grupalidad, en todo lo que es comunidad y fomentando que el deporte sea parte de nosotrxs y que podamos seguir practicándolo. Ahora es el fútbol, pero puede ser otra cosa. Por ejemplo, en otro momento, fue también la lucha por la legalización del aborto, hicimos un montón de movidas respecto de eso. 

La escuelita Somos Nosotras del Campo de la Ribera surgió porque una compañera formaba parte de ese espacio para la memoria y entonces generamos ahí un espacio para que las niñas tengan la posibilidad de jugar al fútbol y ocupar los espacios públicos, que el deporte sea un derecho, igual que el juego. Y es el puntapié para que salgan una banda de cosas, por ejemplo, el trabajo desde la ESI. 

De ese espacio, participaron compañeras de un equipo de investigación radicado en el Centro de Investigación María Saleme de la Facultad de Filosofía de la UNC, que hicieron un trabajo hermoso que quedó registrado en el libro Variaditas y Rebeldes. Dejar de cara al patriarcado. Allí se encuentran las voces de las niñas de barrio Maldonado que cuentan cómo se siente y cómo es jugar en el barrio. Participaron varias agrupaciones en el armado de todo: Les adoles de la Biblio, Mujeres activando, Les Gipis de Argüello, Somos Nosotras. 

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Respecto al espacio del Campo de La Ribera, ¿cuál es el sentido de enseñarles fútbol a las niñas en un espacio de memoria tan importante y con tanta historia como es un ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio? 

—Sabemos que fue un espacio de dolor y de tortura, donde la libertad no estaba a disposición y la gente del barrio y las mismas niñas saben que pasaron cosas feas ahí. Después fue un colegio y luego vinieron los talleres y actividades con la comunidad. Las niñas sienten que es su espacio, al principio había un espacio baldío y, cada vez que íbamos a jugar el fútbol, teníamos que ir con la pala y sacar toda la basura. Había caballos también, fue necesario un tiempo de diálogo y trabajo con la vecindad. Hasta que llegó el momento en que fuimos ocupando el espacio de a poco, fue una construcción para que las niñas tengan su espacio y se sientan libres ahí. 

Con toda esa historia que tienen ellas, con toda esa vida que traen, darle un momento de alegría y que sea a través del deporte, del fútbol, es hermoso. Me pongo a pensar que muchas veces yo he estado en el mismo lugar que ellas y a veces no tenés quien te tire una soga. Y es mágico cuando te invitan a jugar. 

No es fácil porque suceden muchas cosas en los barrios que a veces nos llevan por delante. Ellas a veces caen con ojotas o con remeritas en pleno frío, y hacemos el desayuno, intentamos abrigarlas. Yo creo que es ahí donde tenemos que estar. Hay que hacerlo porque la infancia es a lo que tenemos que apuntar ahora. Aparte siempre una cuando ve el pasado y se encuentra ahí, se imagina como una niña, quiere jugar, quiere estar, quiere participar y por eso también estamos ahí en el campo, para tirar la pelota y hacerla rodar. 

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—En esta búsqueda de libertad y de democratizar el juego, ¿cómo construyen la propuesta en un lugar tan duro como es Bouwer, con mujeres privadas de su libertad?

—Inspiradas en la experiencia de La Nuestra en una cárcel en Buenos Aires, armamos un proyecto y se lo entregamos a quien era ministro en ese momento. En 2022, tuvimos una prueba piloto, fuimos tres compañeras y fue asombroso. Nos dieron una oportunidad de pensarnos de otra forma. En septiembre de 2023, la ministra Laura Echenique nos puso en vínculo con la Deportiva y Social, y pudimos gestionarlo. Nosotras vamos una hora y media todos los miércoles, nos esperan ansiosas las chicas en la canchita, les encanta.

El otro día estaba escuchando a César González en una entrevista en Caja Negra, él hablaba de su paso por la cárcel y cómo la sociedad estigmatiza mucho a la gente de la villa. Yo creo que hay una banda de cosas por aprender. Cuando me recibí del IPEF, una profe me dijo: «Ahora te recibís, pero te toca mucho por seguir aprendiendo», y la verdad que no se equivocó. 

Si querés conocer más y contactarte con las compañeras para sumarte a las actividades, hacelo a través de su Instagram: @abriendolacancha.

*Por Lo que quieren la wachas para La tinta / Imagen de portada: Abriendo la Cancha.

**Lo que quieren las wachas es un programa de radio sobre fútbol femenino que comenzó en septiembre de 2023, por Radio Revés, que profundiza sobre la práctica deportiva, desde lo profesional hasta lo amateur, haciendo énfasis en las diferentes trayectorias y modos de vivir el fútbol, particularmente la forma de habitar el fútbol de las mujeres y disidencias. Hecho por un grupo de pibas que forman parte del equipo de fútbol recreativo feminista Wacha Marta FF. 

Palabras claves: Fútbol Femenino, Lo que quieren las Wachas

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