¿Podemos restaurar los bosques serranos invadidos de exóticas?
Joaquín Piedrabuena es guardaparque de la Reserva Natural Vaquerías de la UNC, docente de la Tecnicatura Universitaria en Guardaparque de la UPC e integrante de la ONG Ecosistemas Argentinos. El mes pasado, coordinó una mesa en el I Simposio Internacional en Prácticas de Restauración Ecológica y el III Encuentro Nacional de Restauración Ecológica de la Argentina en Neuquén, y a partir de ahí, aprovechamos a preguntarle varias cuestiones para aprender más y revisar si podemos hacer algo por nuestros ecosistemas del monte nativo.
Las invasiones biológicas son la primera causa de pérdida de biodiversidad en áreas protegidas. Joaquín empieza contándonos que, en algunas publicaciones, hay citadas alrededor de 40 especies exóticas leñosas. “Solo leñosas, invasoras, en Córdoba”, aclara y agrega: “Pero podemos decir que hay un grupito de entre 5 y 10 que son las más frecuentes, o las más peligrosas, en la provincia. Dentro de esas, tenemos el siempreverde, el crataegus, la acacia negra, la mora, el paraíso, el olmo. Son algunas de las especies que podemos ver habitualmente en nuestras ciudades, que sabemos que es donde comenzó todo este problema: en nuestras casas, en nuestras veredas, en los ámbitos urbanos, es donde han empezado estos procesos de invasión. Desde allí, estas especies se han independizado, es decir, han logrado reproducirse sin nuestros cuidados y han empezado a colonizar los ambientes naturales”.
¿Es posible restaurar los ecosistemas invadidos de exóticas?
“En cuanto a las invasiones biológicas, tenemos que decir que sí se puede restaurar, pero todo dependiendo del grado de invasión de esa especie exótica. Siempre que nosotros podamos actuar en un estadio de invasión más incipiente, hay más posibilidades de restaurar e, incluso, es más económico, es decir, es necesario invertir menos recursos, tanto humanos como materiales”, responde Piedrabuena en diálogo con La tinta.
El especialista explica que la forma más eficiente de trabajar en restauración es la prevención del ingreso de estas especies exóticas, siendo además lo más barato y lo más fácil. Las fuentes de ingreso van desde viveros, a pequeña escala, hasta las fronteras entre nuestros países. “Hay que empezar a desarrollar marcos legales que regulen el uso de ciertas especies que ya sabemos que implican un problema, que son invasoras. Es importante hacer campañas de educación también para contarle a la gente lo peligroso que es utilizar algunas”, refuerza Piedrabuena.
Cuando ya tenemos el problema, es necesario planificar cómo y por dónde comenzar: siempre va a ser más eficiente y más barato trabajar en sitios donde las invasiones no son muy severas todavía.
“Contrariamente a lo que pensaríamos, que tal vez es mejor ir a lugares donde están completamente invadidos, lo mejor es intentar evitar que las exóticas lleguen a lugares donde todavía hay bosque nativo o donde hay ambientes naturales en buen estado de conservación. Eso lo notamos porque van apareciendo ejemplares aislados o poblaciones más reducidas de los ejemplares exóticos. Entonces, sobre esos sitios, es más fácil trabajar en restauración”, indica el guardaparques.
Por el contrario, según el educador, sobre los lugares severamente invadidos, es muy difícil: “No significa que no tenemos que hacer nada, pero es muy difícil erradicar por los recursos que implica. Lo que uno puede hacer en los lugares severamente invadidos es contener, es decir, por ejemplo, trabajar sobre sitios donde hay grandes árboles semilleros para evitar que desde ahí se disparen nuevas invasiones o contener los bordes de invasión, esas manchas o superficies de invasión severa para que no se amplíe. Pero ya es muy difícil pensar en la erradicación o en revertir por completo esos sitios tan severamente invadidos”.
El ejemplo de Vaquerías
La Reserva Natural Vaquerías pertenece a la Universidad Nacional de Córdoba, está ubicada a cinco kilómetros de Valle Hermoso y tiene una extensión de 380 hectáreas aproximadamente. En el Congreso de Restauración en Neuquén, Piedrabuena y equipo compartieron algunas de las experiencias en la Reserva, “que básicamente tienen que ver con por dónde empezar y con quiénes”, señala el guardaparques.
Una serie de ítems empiezan con lo que ya explicó antes: comenzar en sitios donde la invasión es incipiente. Después, otro criterio que comparten desde Vaquerías para saber por dónde seguir es teniendo en cuenta qué sucede luego de cortar las exóticas: “Haciendo pruebas, uno nota que, al talar, la gran mayoría de las ejemplares rebrotan. Pero hay algunos sitios donde o no rebrotan o rebrotan menos. Entonces, concentrar nuestras tareas en los lugares donde el rebrote de las exóticas es más bajo puede ser otro criterio para elegir los sitios”.
En las áreas protegidas, explica, existe lo que se llaman valores de conservación, que es la razón de ser de esas áreas. “Muchas veces, esos valores de conservación están amenazados por las invasiones biológicas. Por ejemplo, si tenemos una pequeña población de un ejemplar, como en Vaquerías que tenemos unos bosquecitos de orco quebracho -una especie poco frecuente en la reserva- y están amenazadas por el avance del siempreverde, ese puede ser un sitio también donde concentremos nuestras acciones”.
En lo que se refiere a con quiénes restaurar un bosque serrano invadido por especies exóticas, Piedrabuena nos cuenta que este es uno de los principales problemas, porque es una tarea que requiere de mucha inversión de, sobre todo, recursos humanos. “Nosotros hemos hecho un recorrido en la reserva donde empezamos con charlas informativas, de concientización sobre la problemática, donde también indirectamente convocamos gente. Hicimos alianzas con las brigadas, que también se están involucrando en esta problemática. Vienen también estudiantes de carreras afines y vecinos en general sensibilizados por la temática, que también colaboran. Entonces hacemos una jornada por mes donde, de a grupitos de 5, 10, 20, 30 hasta 40 personas, vamos a trabajar en un área determinada”, comparte.
El especialista añade que no hay muchas experiencias en la provincia de Córdoba donde se trabaje restauración de ecosistemas invadidos por especies exóticas. “Podría decirte que uno de los grupos que más trabaja en ese sentido es la ONG que integro, que es Ecosistemas Argentinos, donde tenemos algunas experiencias en Cuesta Blanca o algunos otros sitios. Y después, por otro lado, todo lo que hacemos nosotros en la Reserva Natural Vaquerías, que también ya llevamos unos años de trayectoria y hemos podido aprender algunas cosas. Todavía falta mucho por aprender, pero estamos teniendo algunos buenos resultados, sobre todo cuando somos conscientes de la escala en la que trabajamos. No tenemos que pensar que vamos a poder erradicar todas las especies exóticas de la Reserva, pero sí que podemos ir logrando trabajar sobre diferentes sitios, poniendo objetivos claros y cumplibles. Eso es lo más importante en esta problemática, porque si uno piensa todo lo que hay por detrás o a lo que deberíamos llegar para revertirla, nos vamos a desmoralizar rápidamente. Entonces es importante ponerse esos objetivos cumplibles”, concluyó.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: A/D.