La organización comunitaria frente a la desidia estatal en Villa Cerro Azul: agua contaminada e incendios voraces
¿Cómo limpiar un río comunitariamente? ¿Quién debería hacerlo? ¿Por qué es urgente? Después de los incendios que asediaron la zona hace poco más de una semana, la comunidad de Villa Cerro Azul se puso manos a la obra para descontaminar el río Chavascate, que actualmente alimenta, además, a la cooperativa de Agua de Oro y le da agua a El Manzano, mientras desde el Estado no se hace nada.
“Murmuro de estrellas / que rezuma el cerro / razón de lo verde / plegaria del pueblo (…)
Agüita que vas, agüita que vienes”.
José Luis Aguirre
La Comuna Villa Cerro Azul es una Reserva Hídrica Natural Comunal, oficializada según la Resolución Comunal 138/08. Pero como dicen vecinas, vecinos y organizaciones, “la Reserva está pasando por una situación muy particular. Vienen muchos años de un gobierno que ha dejado, digamos, un poco las cosas libradas a la suerte, con sus consecuencias a la vista. Esta reserva justamente cuida el río, pero a nivel estatal no ha habido ninguna regulación y ningún trabajo de monitoreo. Nada, no se estaba haciendo absolutamente nada”.
Este sábado que pasó, y con la co-organización de la Brigada Kamchira, Protección Civil y guardaparques de la zona, se realizó la segunda jornada de limpieza del Chavascate, con una proyección de repetición mensual.
Agua
«La contaminación en el río está teniendo consecuencias por el crecimiento desmedido de algas y helechos, y eso no solo que modifica el río, impidiendo que sea un lugar agradable donde estar, sino que además nos habla de que realmente está afectado», afirma la bióloga y guardaparque Virginia Sánchez Domínguez y agrega: «Las algas y helechos crecen cuando hay mucho arrojo de materia orgánica al río. ¿De dónde puede venir esa materia orgánica? Bueno, mismo de la ceniza de los incendios, de aguas residuales que se tiran al río, de podas y basura que se arroja también, cacas de caballo, etc. Esa contaminación puede llevar consigo bacterias y otras sustancias tóxicas que hacen que la calidad del agua del río esté en compromiso».
Por eso, desde el año pasado, distintas organizaciones trabajan de manera comunitaria y ad-honorem junto a las guardaparques, ya que “la Comuna, que es la encargada de garantizar la cantidad y la calidad del agua, así como los otros municipios que dependen de este río, no están haciendo ninguna acción concreta para esto”, afirmaron en diálogo con La tinta.
Principalmente, la limpieza del sábado estuvo centrada en desarmar diques: “Se arman muchos con piedra, eso hace que el agua se estanque y eso favorece la proliferación de las algas. Con la sequía y con la falta de agua que limpie, más las altas temperaturas, la situación se convierte en un caldo de cultivo, facilitando la putrefacción. Las algas cubren toda la superficie del río, hace que no pase luz hacia adentro y así no puede haber plantas, entonces no hay oxígeno para los peces u otros animales que pueden estar. Ese es el ciclo de la eutrofización, que es lo que está pasando en estas zonas del río”.
Desde la organización añaden que, frente al no cumplimiento y acompañamiento comunal, es necesario que la comunidad también se involucre. «La limpieza es urgente en algunas partes y esto, además de desarmar los diques, es también recoger la basura. Aparte, queremos hacer una notificación a los vecinos que viven cerca del río para poder empezar a trabajar con el control del arrojo de aguas residuales y de ramas».
Las algas recolectadas, cuentan, se reutilizaron para compostar -por su gran contenido de nitrógeno- y se extrajeron muestras de agua de distintas partes del río para llevar a analizar.
Fuego
El incendio forestal acontecido hace menos de dos semanas abarcó el “ex ramerío” de Cerro Azul y se extendió hacia el Noreste Camino El Algodonal – Agua de Oro, quemando 5 hectáreas en total.
El trabajo realizado por Bomberos Voluntarios de La Granja y de Mendiolaza (entre otros), el Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes de Córdoba (ETAC) y las Brigadas Forestales Comunitarias (Kamchira, Chavascate, Colibrí, Ambiental de Agua de Oro e Isquitipe) del corredor de Sierras Chicas logró contener ese mismo día el incendio y se mantuvo guardia de cenizas y cuidado del perímetro varios días después.
Como explican desde las organizaciones, “es un espacio que aún constituye un foco de acopio de ramas y basura que nunca fue abordado por la Comuna para su remediación y manejo”. Lamentablemente, agregan, no fue una sorpresa, ya que desde hace varios años la comunidad, la Brigada Kamchira y la Subcomisión de Ambiente y Territorio vienen planteando el riesgo que este lugar representa en el territorio. Aunque se han realizado actividades preventivas y se ha propuesto a la jefa comunal diversidad de soluciones, el incendio volvió a dejar en evidencia que la zona y sus habitantes están en una situación de extrema vulnerabilidad: “Exigimos una respuesta inmediata por parte de la jefa comunal, María Laura Wehrli”.
Para esto, el pasado jueves desde CADA (Cerro Azul Despierta Asamblea), convocaron a encontrarse en la Ruta E-53 en Agua de Oro, para compartir preocupaciones y propuestas, con Radio Abierta, música en vivo y la invitación de acudir con ropa roja y pinturas del mismo color. En diálogo con Agua de Oro Noticias, dijeron: “Necesitamos la apertura de la calle Rivadavia que es la única vía de evacuación. En el incendio, si el viento cambiaba de dirección, no había para dónde salir, esa calle está intransitable, nunca la arregló, eso no es un olvido, es abandono; nos sentimos en un estado de indefensión, de riesgo extremo, son cosas que se podían hacer y no se hicieron. Pedimos reservorios de agua en sectores donde no llega la red y una cisterna en la zona de la gruta y el ramerío, y protocolos coordinados por la jefa comunal y articulados con defensa civil, guardaparques y brigadas”.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Virginia Sánchez Domínguez.