Con los pies en la tierra y la música en el aire: Subversiones celebra 10 años
El programa radial conducido por Pablo Ramos y producido por un gran equipo cumple una década al aire y lo celebra con un festival que propone música en vivo, performance y cierre con fiesta. En esta nota, nos acercamos a dialogar con el conductor del programa y a palpitar la previa de lo que sucederá mañana, desde las 15 horas en Cervecería Mostra, Unquillo.
Subversiones Radiofónicas, programa emitido por la FM 102.3 Más que Música, cumple 10 años y está de festejo. Desde La tinta, conversamos con Pablo Ramos para conocer detalles de lo que sucederá mañana en el festival y desandar el camino recorrido en esta década.
Hacer una producción radial cotidiana demanda muchas energías y para Subversiones, que sale de lunes a viernes de 14 a 16 horas, la participación de un destacado equipo que integran el citado conductor junto a Gabriela Estofan y Ariel Pekas Rojo en controles.
En un mundo globalizado donde la digitalización crece a un ritmo que apenas podemos intentar seguir, donde cada día aparece una nueva app que nos propone alguna nueva forma de interacción, la radio sigue apostando a lo intangible, a estar en el aire. Y en esa apuesta, la potencia del encuentro sensorial y humano es clave como así también la necesidad de mantener vivo el formato.
“La radio sigue siendo un maravilloso medio, que sostiene cierto carácter interpersonal, que usa el sonido como lenguaje sensible, que aprovecha la cercanía, lo local, sin excluir una mirada global. Frente a los algoritmos, la inteligencia artificial, los bots, las fakes, las estrategias de marketing, la radio mantiene la posibilidad de una interacción que puede habilitar diversas dimensiones de la sensibilidad. Seguimos jugando a hacer radio, a provocar con la imaginación, a romper ciertas seguridades acústicas, a escuchar y dejarse atravesar por voces y sonidos que nos permitan fugarnos del paisaje acústico repetido y naturalizado”, comparte Pablo Ramos.
Uno de los sellos identitarios de esta apuesta radiofónica son las editoriales que escuchamos al comienzo de cada programa. Con esa mixtura entre temática elegida y tono poético, se genera un espacio que convoca a la escucha atenta y a la reflexión, como sucedió el martes de esta semana cuando escuchamos que: “Ayudar a alguien a atravesar la dificultad es el punto de partida de la civilización. La civilización es una ayuda comunitaria, reconocer a les otres, crear instituciones solidarias, generar prácticas de cuidado social, enfocarse en los más desprotegidos es el rasgo que identifica una comunidad civilizada”.
Tomando esa idea en torno a la ayuda comunitaria, la solidaridad y el poder reconocernos, se puede entrever que muchos de los hilos que tejen la historia del programa se podrían contar a través de todos los vínculos que fueron construyendo.
“Siempre entendí que la comunicación es una acción que construye comunidad o la destruye. En un sistema capitalista, los medios compiten por auspiciantes y lo que venden es oyentes, es una lógica mercantil donde el vínculo se mide y se cotiza según el poder económico y la potencial influencia sobre las audiencias. Por eso, desde el comienzo, planteamos más que un programa típico de una radio pública, un espacio social con una impronta comunitaria”, expresa el conductor.
En estos 10 años, esos vínculos con organizaciones y movimientos sociales fuertemente arraigados en sus territorios, con medios alternativos, con asambleas ciudadanas, con colectivos feministas y LGTIBQ+, con sindicatos combativos, con intelectuales críticos, con espacios culturales autogestionados son los que habilitaron el poder hacer radio con los pies en la tierra, dialogando y proponiendo otros modos de relacionarse en comunidad.
Dar espacio a la construcción de la identidad nutrida desde y con las miradas de otres, la posibilidad de hacer y que no se quede en lo discursivo, que no quede solo flotando en el aire, sino que se constituya en algo real y tangible. Cómo construimos las narrativas que queremos construir, cómo comunicamos, desde qué perspectivas. El contacto con lo que pasa afuera del estudio, con las personas, las comunidades y los territorios implica salir de la técnica para ir al mundo real. Es lo material, lo tangible, lo que transforma las profundidades subjetivas y las representaciones colectivas.
Subversiones no tiene una estrategia, sobrevivir 10 años no es el resultado de un plan, sino de múltiples contingencias. Ante la adversidad, la táctica es salir a pelearla y esto requiere todo el rato de una discusión profunda, pero, al mismo tiempo, dinámica. Preguntarse una y otra vez cómo, con quiénes, cuándo, pero resolver los desafíos sin tantas roscas intelectuales.
La subversión es un espíritu
Como melómana y fan eterna de las versiones, encuentro un goce especial cada vez que escucho/descubro que tal artista hizo su versión de un tema que es parte de mi memoria sonora. Esta semana, en el transcurso de uno de los programas emitidos, sonó Alto Camet haciendo Viernes 3 a. m. de Charly. Le pregunto a Pablo cómo fue mutando ese concepto y dónde encuentra ese espíritu subversivo considerando los géneros musicales y lxs artistas de hoy.
“Me interesa mucho la escena urbana contemporánea, veo allí un espíritu subversivo que se corresponde con una nueva generación. La escucho y la respeto. Pero no sintonizo con muchas de las vivencias que expresan. Claro, ya soy un adulto. Entonces, mi mirada es transgeneracional. También encuentro esa fuerza insumisa en una camada que hace de la experimentación su destino, como Feli Colina, Candelaria Zamar, Cherryla Be, que combinan lo analógico y lo digital, la poesía sonora, la performance. Creo que es una época donde la industria musical se reconvirtió en lo formal, escuchar desde plataformas en un celular, pero sigue operando de la misma manera que en el siglo XX. Frente a ella, se multiplicaron las formas de resistencias sonoras, que hoy resultan más accesibles, a lo que significaba antes comprar un disco, dentro de un número muy limitado de ofertas”, finaliza Pablo.
En sintonía con estas miradas, la grilla del festival comprende artistas de Sierras Chicas y de Córdoba capital. Se podrá disfrutar a Toch, Zahorí, Les amorosos, Compost, Ensamble Afrodisíaco, El alma sagrada de los besos x Nico; Giovanna, DJ Mar Atlántica, DJ Mauri Sayri. También habrá radio abierta, performance, proyecciones audiovisuales para niñes, muestra fotográfica de María Palacios, feria de editoriales independientes, comida y bebida.
Sábado 7 de octubre, 15 h en Cervecería Mostra, Cabana 366, Unquillo.
Las entradas anticipadas incluyen una pinta de Cerveza Mostra y están disponibles en Alpogo.com.
*Por Fernanda Albornoz para La tinta / Imagen de portada: Subversiones.
