Los Inoportunos, una comedia cordobesa de set
La primera comedia realizada totalmente en un set en Cordobita ya está disponible para ver en CINE.AR. Una novedad en la industria local, en la búsqueda de formatos que requieren otros despliegues para contar. En este caso, una historia sobre los vínculos con las familias, las elegidas y las que nos tocan.
Hay gente que tiene la capacidad de errarle al tiempo o al lugar o en su reverso, de estar en un entorno que hace precisamente que algo suceda cuando no es el momento ni las circunstancias. Que tire la primera piedra quien alguna vez no ha sido inoportuno/a, adjetivo que titula la película del director Ismael Zgaib, estrenada en 2022 y que ya se encuentra disponible para ver en CINE.AR.
José María es el hijo de un banquero que acaba de morir y que le ha dejado en parte de herencia un puesto en el banco, trabajo que odia y que decide dejar después de mucho tiempo. Sin saber muy bien hacia dónde va, da el salto. Es la década de los noventa, pero bien podría ser algo que el protagonista -o vos- esté viviendo ahora: jugárnosla, soltar ese laburo que no nos gusta, buscar algo que nos apasione y expresiones del estilo. Pero volvamos a José María. Es su último día laboral y está saludando a sus compañerxs, incluida Laura, la chica que le gusta en silencio y con quien está a punto de conseguir una cita, pero su timidez se lo impide.
En sus primeras horas de liberación de alienación laboral, camina por la calle y llega a un teléfono público. Con su timidez e inseguridad a cuestas, saca unas monedas, escasas, y le marca a Laura. Tiene que recurrir al cobro revertido, inoportuno, pero consigue la cita. Ahora tiene una hora y media -el mismo tiempo que dura la peli- para prepararse e ir por lo que tanto desea. Antes de que la magia de la primera cita ocurra, su departamento se empieza a llenar y entrecruzar de gente y situaciones en un efecto de bola de nieve en la que cada cosa es peor a medida que avanza: tres amigxs caen a festejar que dejó el laburo, su hermana con un drama de affair, su hermano estafador, su nueva vecina que es su ex y mucho más que no quiero spoilear. De pronto, queda encerrado en su departamento y rodeado de personajes que son una ventana a su pasado y su presente: su familia. ¿Quién puede poner límites fáciles en la familia?
La peli tiene muchos guiños nostálgicos que funcionan como memoria emotiva para quienes no voy a decir cuántos años tenemos. Pero también funciona para quienes empatizan con ese mundo vincular, esas formas que tiene el ser de la inoportunidad. El director, Ismael Zgaib, eligió los 90 por varios motivos; porque nació en esa década y se crió en esa era analógica, siendo testigo de ese mundo que hoy ya no existe. Era un niño, pero recuerda modos y costumbres de la época, y sobre todo, se dio cuenta de que los padres y madres del equipo tenían la edad de los personajes que retrataron. Fue como un juego de pensar cómo habrían vivido la juventud si no los parían.
“Pero sobre todo, había algo de esa época que iba a enriquecer la comedia: hoy nadie llega a una casa sin avisar, nadie toca el timbre, nadie llama por teléfono fijo, se manda mensaje para avisar que estás afuera. En esos elementos, encontramos -y hablo en plural porque, si bien la idea y primera versión de guion es mía, después se sumó Nicolás Abello como coguionista- mucha tela para cortar en términos de comedia. Además, eso impactaba en las formas de las relaciones, diferentes a las de la era digital. Y por otro lado, Los Inoportunos no deja de ser una gran cantidad de personajes egocéntricos y narcisistas que no pueden ver más allá de su ombligo. Y a la hora de empezar a escribir el guion, lo hice antes de que el macrismo llegue al poder y, entonces, reconfirmo en un punto que el neoliberalismo siempre fue un lugar muy egoísta para estar. Entonces, quería que algo de eso estuviera rondando”, remarca el director en diálogo con La tinta.
Para Ismael Zgaib, esta comedia fue la excusa para hablar y ahondar sobre las relaciones con la familia en la que nacemos y la que elegimos, las amistades. “Para mí, toda historia, en realidad, es una historia sobre los vínculos, uno es el reflejo de sus propios vínculos o la manera en la que te vinculás. No hay nada más interesante, como guionista y director, que ser testigo de las relaciones humanas. Y lo creo sin importar el género; incluso cuando ves un policial, lo que te atrapan son los personajes”, cuenta.
Ismael es sureño, llegó en 2011 a estudiar a Córdoba y se quedó. Hoy sigue con proyectos de cine y esta ópera prima le ha significado varios premios. Le pregunto por qué una comedia y me dice que le interesa el cine de género. «La comedia es compleja y siempre una apuesta. Y así lo fue Los Inoportunos, desde el formato de producción, filmar todo en un set, con un elenco tan grande y que todo suceda prácticamente en un solo lugar. El elenco en particular demuestra que la comedia en Córdoba también es un lugar de formación. Mucha de la gente que actúa hoy en cine viene del teatro y mucha de la gente que trabaja en el teatro viene de la comedia, es como algo inherente a la ciudad. Si bien a nivel nacional se habla del ‘humor del cordobés’, el guion que no está escrito por un cordobés, sí aparece algo de eso en las personas que pusieron el cuerpo y la tonada».
El universo de inspiración fue al cine clásico de los 30, 40 y 50, que para el director es lo mejor que nos ha dado el cine. “Yo veo esas películas hoy y siento que ahí hay algo que en el camino se perdió o se evolucionó, pero que extrañaba. Pocas locaciones construidas en set, con una gran cantidad de coreografías de personajes y cámara, y con el ojo muy puesto en lo actoral desde un código muy particular. Todo ese universo que nos inspiró era en blanco y negro”, detalla el director.
Resolvieron los colores Santiago Sgarlatta, el director de fotografía, y Florencia Nogue, directora de arte. Agrega Ismael: “El nivel de colores aparece con los musicales, sobre todo franceses de la década del 60, y el Technicolor, hablando un poco más atrás, del Mago de Oz. Paletas de colores muy fuertes, muy marcadas, con espacios y personajes monocromáticos. Hicimos un juego lúdico de pensar qué color iba a tener cada lugar donde iba a estar ese personaje; definir el color de su vestuario, si queríamos que el personaje se pegue o se despegue del ambiente. Por ejemplo, en una escena, Irene, la ex, está en el baño que es completamente rosa y le pusimos un vestuario amarillo para resaltar que ella no debería estar ahí. A diferencia de la hermana que está vestida de verde y que su escena principal es en la cocina, y la pegamos al lugar por el vínculo de ella con esa casa, que es de la madre”.
Encontraron un lenguaje propio en la comedia, en el set y en las referencias, haciendo que la peli no sea una copia de una forma de hacer cine. Los diálogos son cortitos y solapados, van saltando de un lugar a otro, los personajes se mueven y es la dinámica que se explica en parte por la propuesta del set. Aclara sobre esto Ismael: “Dibujamos en una planta toda la coreografía de los personajes y las cámaras, durante dos semanas ensayamos con un metrónomo, como una partitura con pausas y silencios que son parte de lo que hace a la comedia. Queríamos que la situación sea más fuerte que el chiste, en el sentido de que no queríamos que haya chistes propiamente dichos, que no sean un diálogo necesariamente”.
Filmar en un set armado desde cero
Lorena Quevedo, productora ejecutiva, remarca el desafío de que no existiera un estudio preparado con las medidas que necesitaban, por eso alquilaron un salón de fiestas y lo prepararon para que funcione como set. “Los proveedores ahora dicen: ‘Se puede hacer una película en estudio en Córdoba’, y se puede hacer porque hay gente que está pensando en filmar películas en estudio y está preparada, que es algo que no venía sucediendo, e invita a los proveedores a invertir para este tipo de contenidos”.
Santiago Sgarlatta, director de fotografía, dice que para él fue un desafío no sólo filmar en un set, sino todo el trabajo de construcción de una casa entera diseñada en favor de la puesta de cámara, con estructuras y parrillas de luces montadas para esto. “Mover paredes, básicamente, para hacer movimientos que ayudaran a que la película avance y a que la historia se cuente. Quien mira no percibe que estamos moviendo paredes para mover la cámara. Todas las paredes del set se movieron para que la cámara se mueva y así encontramos tiros de cámara y encuadres que no se podrían lograr en una locación cerrada o una casa real”, explica Santiago.
Manuel Yeri Racig, sonidista, dice que «la experiencia de filmar en set fue como una vuelta al pasado, con formas de cine a las que ahora ya no estamos tan acostumbrados o que es de una industria más grande. El sonido fue un desafío, filmar en un salón gigante y controlar esos caudales que no corresponden particularmente a una casa real. Casi nada de los ruidos que teníamos en el set terminaron siendo utilizados, tuvimos que reconstruir todo ese universo de nuevo para darle otro tinte a la peli, nos lleva a lo que es una película en sí; que es una gran máquina de crear cosas nuevas. No todo es real, pero podemos hacer que parezca real«, afirma Manuel.
El equipo coincide en que una producción de este tipo levanta la vara para la industria en Córdoba, para la producción, las estéticas y las necesidades de poder enfrentar procesos y productos maduros, sacarlos de la línea de lo indie y acercarlos a lo que son esos aparatos de rodaje más grandes, que involucran a mucha gente, muchas decisiones previas e imaginación.
Para Sgarlatta, “Los Inoportunos es, sin lugar a dudas, una anomalía en nuestras producciones, si bien hay algunas escenas que se hicieron en locaciones reales, un 90% fue en set y es la primera realizada así. Es una normalidad en el cine de Hollywood o en las novelas que vemos todos los días en la televisión, no así en el cine cordobés; en algunos casos, en el cine nacional desde los 2000, porque el clásico sí estaba filmado así. Fue una novedad y una puerta nueva que se abrió, y ojalá esto signifique una apuesta en la industria a trabajar en estas condiciones, con sus dificultades y virtudes. La película viene a proponer algo nuevo, no solo en qué y cómo lo cuenta porque finalmente es una historia de amor, sino en su diseño de producción”.
Ismael cierra la entrevista recordando algo fundamental: «Lo más lindo que demuestran Los Inoportunos es que el cine en Córdoba es un lugar que todavía está descubriéndose, que sigue en desarrollo, buscándose, que prueba y apuesta a cosas nuevas y diferentes. Del cine cordobés siempre han salido películas muy increíbles, hay grandes directores y directoras. Y es una industria que parece en desarrollo, pero al mismo tiempo está re preparada. Que exista la posibilidad de desarrollar una propuesta distinta y que haya el lugar y la gente para eso, y que se llegue a esos niveles de factura profesional, habla del nivel de los equipos técnicos. El cine de Córdoba da para mucho y tiene la potencialidad para seguir creciendo».
No se la pierdan, que lo nuestro vale y mucho.
FICHA TÉCNICA: Nombre Original: Los Inoportunos | Duración: 70 min | Idioma: Español | Color / DCP / 5.1 | País: Argentina | Calificación: SAM13.
ELENCO: Santiago Zapata, Paula Belli, Marcos García, Gastón Palermo, Matias Benedetti, Maximiliano Bini, Cokó Albarracín, Camila Murias, Juan Rojo, Alicia Vissani y la participación especial de Lide Uranga.
EQUIPO TÉCNICO: Dirección: Ismael Zgaib | Guion: Ismael Zgaib, Nicolás Abello | Companía productora: Twins Latin Films | Producción ejecutiva: Pablo Di Patrizio / Lorena Quevedo | Director de fotografía y cámara: Santiago Sgarlatta | Dirección de sonido: Manuel Yeri Racig | Dirección de arte: Florencia Nogue | Diseño de vestuario: Pilar González | Edición: Daniel Bertola | Música: Ariel Contreras Esquivel.
*Por Verónika Ferrucci para La tinta / Imagen de portada: Los Inoportunos.
