Fuera Porta, a una década de Fuera Monsanto
El domingo desde la mañana y en la Plaza Veteranas de Malvinas de barrio Inaudi, vuelve el «Primavera sin Porta», el festival que es símbolo de lucha organizada y justicia ambiental. La resistencia, la celebración a pesar del dolor, la esperanza de un pronto fallo histórico. Una red sostenida con la claridad de que los reclamos son justos y necesarios para sobrevivir y vivir dignamente. Sostenida en la afectividad de lo colectivo. Y sostenida con trabajo integrado e interdisciplinario durante más de once años.
«Celebrar la articulación de las resistencias, que no entendemos de manera aislada, sino como parte de la urgente necesidad de un cambio de modelo, frente al cual vamos ensayando aprendizajes colectivos que, a prueba de ensayo y error, conforman estrategias de subsistencia», dicen con contundencia desde la Asamblea Fuera Porta. Con firmeza. Con convicción. Y con amor. Porque si hay algo que caracteriza a este colectivo que se puso -y se pone- al hombro la lucha para que Porta Hnos. -la fábrica productora de bioetanol que enferma, contamina y pone en peligro a lxs vecinxs de zona sur de la ciudad hace más de once años- se vaya del barrio es la amorosidad, la búsqueda por la integración y la calidez con que bregan por un mundo más sano y justo para todes.
Por qué hablan de celebración, les pregunto. Luciana Mautoni, una de las integrantes, dice: “Celebramos el encuentro con compañerxs con quienes se tejen redes de solidaridad, cooperación y afectividad que, de manera horizontal y bajo un impulso vital, buscan y desean cuidar y ser con el otro. Celebramos la vida que, en definitiva, es el principal motivo por el que nos encontramos y movilizamos. La vida que florece cuando estamos juntos, la vida que resiste y existe, la vida que experimentamos en red. Nos encontramos en la lucha por defender el ambiente, la vida de los diversos seres que lo constituyen y también las vidas humanas que se encuentran afectadas por el desastre. Y aunque sabemos, porque lo vivimos, que el camino de resistencia es duro, hemos aprendido que es necesario celebrar la vida sin dejarla apagar porque, en ese caso, habríamos perdido el rumbo y también el sentido”.
Este próximo domingo será el festival “Primavera sin Porta”, esta vez, en barrio Inaudi. El evento comenzó a celebrarse en el 2016, pensado como una continuidad de la Primavera sin Monsanto: “Justamente en estos días, se están cumpliendo 10 años. Y fue una movilización que implicó el inicio de un proceso de muchos años de resistencia frente al espacio donde pretendía instalarse la multinacional. Nos consideramos una continuidad en el sentido de que muchas personas de todo el mundo se acercaron a esa resistencia y fueron parte de un resultado que fue victorioso para todo el movimiento ambiental. Bajo la consigna Fuera Monsanto, en el marco de la causa de barrio Ituzaingó y de otras acciones que empezaban a despertarse en diversos territorios, nos encontramos, nos conocimos y empezamos a generar un montón de movidas dentro de Córdoba y en articulación con otros lugares del mundo. Entonces, la lucha contra Porta no es un caso aislado”, historiza Luciana.
En qué está la causa
Silvia Cruz, de Vecinxs Unidxs en Defensa de un Ambiente Seguro (V.U.D.A.S.), explica a nuestro medio que la causa, que lleva más de una década recorriendo diferentes dependencias municipales, provinciales y tribunales federales, hoy se encuentra en el último paso del veredicto de la Corte Suprema de Justicia.
«La causa judicial va llegando a su fin, con relación a lo que se puede realizar en nuestro país y un poco también a nivel internacional. En Argentina, transitamos absolutamente todas las instancias judiciales. Si recordamos un poquito, en el 2015 y con la denuncia penal contra Porta, archivaron la causa de modo cuestionable e irregular, con muchas pruebas que podían haberla abierto un poco más. Aun así, interpusimos el amparo en la Justicia Federal después de haber terminado con varias cuestiones administrativas de instancias en la Municipalidad donde no dieron lugar. Ese amparo federal se dio allá en el 2016-2017. En el 2019, el juez Hugo Vaca Narvaja dejó en claro la irregularidad que veníamos denunciando, como la falta de permiso, la ilegalidad, el no tener estudios de impacto ambiental y los daños que ha provocado el hecho de estar allí y con falta de control al lado de nuestras casas, dando un fallo que pedía que a 90 días la empresa tenía que presentar el estudio. Pero la Secretaría de Ambiente de la Provincia de Córdoba se presentó diciendo que la institución no iba a solicitarle nada porque no se requería. Con esto quedó claro que la Provincia no tiene intención alguna de realizar esto del impacto ambiental y tiene una intención de dejar a Porta al lado de nuestras casas«.
Desde la asamblea, apelaron esa decisión. “En un recurso extraordinario a la Suprema Corte, esta lo toma y no solamente lo toma, sino que en la Secretaría de Juicios Ambientales de la Nación, el secretario de jueces emite una resolución de la que aún no tenemos conocimiento hasta el día de la fecha”. El año pasado, la asamblea se trasladó a Buenos Aires y la Primavera sin Porta fue en Plaza Lavalle, a partir de lo cual, según relata Silvia, la causa comenzó a moverse: “Ha pasado por las cuatro vocalías, los cuatro jueces de la Corte Suprema y la semana pasada, el 13, pasó a manos del último juez. Es decir que estamos prontos a una resolución y saber definitivamente qué van a hacer con esta causa, si a Porta la van a relocalizar, si la van a dejar en el barrio o qué van a hacer con nuestras vidas. Si la justicia va a priorizar la vida de las personas o va a priorizar los negocios por sobre la vida de las personas… Acá hay muchas vidas para seguir salvando, aunque ya muchos murieron y muchas enfermaron”.
También en el 2022, abogadas de FUNDEPS interpusieron un recurso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos donde se solicitaron informes al Estado nacional. “Esto hizo que también en las cámaras de acá de Córdoba, federales, hubieran fallos rápidos. Todos los fallos, absolutamente todos los fallos, fueron favorables para las vecinas en las cámaras más bajas, pero nunca aplicaron el principio precautorio. Nunca aplicaron un principio que nos resguarde de la contaminación y del peligro que significa la empresa”.
La lucha y la organización colectiva que no cesan
La Asamblea Fuera Porta no para. Se fortalece. “Hay mucho trabajo en la construcción por la justicia ambiental. Requiere trabajo constante en todos los ámbitos y con todos los saberes, con el saber territorial, con el saber académico, con absolutamente todos los saberes puestos allí para construir esa justicia que no es solamente en un edificio con un juez o con un abogado. La justicia ambiental se construye desde el territorio haciendo todas las cosas que, tal vez, incluso, podrían haber sido más”, dice Silvia con humildad.
Primavera sin Porta es un evento. Además, hay sistematización de información, hay registro constante, “hay un equipo de comunicación brillante”, enfatizan desde V.U.D.A.S. Hay artistas, hay documentales, hay foto. Hay participación en congresos y charlas. Y todo en red, en una red de organización que avanza como la Multisectorial Ambiental y se consolida.
En ese tejido, la Cátedra de estrategias de intervención comunitaria de la Facultad de Psicología acompaña el proceso desde el 2014. Layla Garay, Victoria Laurenti y Karen Blesio relatan: «En todos estos años, nos hemos sumado y construido en conjunto desde una mirada comunitaria, es decir, teniendo en cuenta los procesos, los tiempos que se dan en los territorios, en el barrio, apelando al construir con otres y pensando, en esa clave, de qué manera se puede acompañar y fortalecer esos procesos que se dan. Desde ese lado, en esta Primavera hay que seguir visibilizando la lucha porque se continúa, porque todavía el proceso judicial está vigente, está sin una resolución».
Las tres ponen el foco en que “a través de la organización de las personas y de los lazos que han construido en estos años, se sigue sosteniendo y se sigue avanzando en la construcción de vínculos, de organización, de seguir peleándola, de seguir luchándola, de la convicción, de no querer un avasallamiento, un sometimiento. De querer hacer otras cosas, como convidar, convidar siempre, también desde los afectos, desde las implicancias subjetivas de quienes transitan la lucha, a otres que pueden estar más o menos interpelades y que estos afectos no necesariamente siempre son positivos o amorosos… Muchos sí lo son y esos son los que priman, porque las vecinas son muy amorosas, siempre son muy cálidas con todas las personas que se acercan, que de alguna manera quieren sumarse o por interés o curiosidad”.
La apuesta se sostiene, entonces, también por esa afectividad, aseguran. Por seguir trabajando en red, algo no menor. “Unir fuerzas, unir esfuerzos con otres conlleva tiempo, energía, pero es una apuesta a los procesos comunitarios, a seguir habitando los espacios y poniendo a flote y visibilizando otras lógicas. Hay otras lógicas, no existe solamente esa en la que prima lo material, en la que priman los intereses económicos. La lucha tiene mucho de eso también, del deseo de vivir, de vivir bien. Un buen vivir, un vivir saludable, un vivir teniendo en cuenta a los vecinos, a la salud de una forma integral, más allá de las cuestiones materiales concretas, del aire, del agua, lo que contamina… es también el estar cómodo y a gusto en su barrio”.
Las publicaciones a la plaza
Si bien hace un tiempo las últimas dos publicaciones de la asamblea Fuera Porta fueron presentadas en el Museo de Antropologías de la UNC, es una decisión colectiva hacerlo nuevamente, pero en el barrio esta vez. Tanto el «Informe socioterritorial de los daños a la salud por la permanencia de la fábrica de bioetanol Porta Hnos. en la ciudad de Córdoba, Argentina» como el cómic “¡Un monstruo en mi barrio! 10 años de lucha por la justicia ambiental” son trabajos interdisciplinarios en los que los saberes vivenciales son igual de valiosos y legitimados que los saberes académicos.
«Son el resultado de un esfuerzo colectivo para alzar la voz en contra de la injusticia ambiental a partir de recuperar los testimonios», explican desde la Asamblea y desde la Cátedra de estrategias de intervención comunitaria añaden: “El trabajo socio-territorial tiene todo el esfuerzo de poner en un primer lugar la experiencia, es decir, los saberes de les vecines en diálogo con los saberes de profesionales, de técnicas, de académicas, pero principalmente eso: la cuestión de poder hablar desde lo que une vive, pone el cuerpo, estando en el lugar que habita, en el querer vivir en ese lugar, construirlo y transformarlo. Estas publicaciones y su presentación hacen que una se sienta escuchada, mirada, importante para un otro. Todo apela a esto: a seguir mirándonos, a seguir encontrándonos en tiempos tan difíciles, hoy también. A poder hablar, convidar una risa, un abrazo, un contacto que por ahí no nos damos el tiempo para tenerlo y que es sumamente potente, y que impacta en las formas de sentir y de estar en un lugar, en un territorio, en mi casa, con les vecines, en la plaza, en el playón”.
La apuesta, remarcan todes, es a seguir habitando el espacio público, a seguir cuidándolo, visibilizando y diciendo lo que haya que decir, para que el buen vivir sea una realidad. Para resistir y sobrevivir, porque aún hay mucho por salvar.
Las actividades se desarrollarán desde las 10 hasta las 18 horas. Se realizará una muraleada, habrá feria de artesanías, actividades para infancias, comida saludable y mesas informativas. También se presentarán diversas intervenciones artísticas: teatro, murgas y música con Demi Gutiérrez y otrxs artistas. Los colectivos que llegan al lugar son el 24 y el 29 de la línea ERSA.
*Por Soledad Sgarella para La tinta / Imagen de portada: Fuera Porta.
