Se creó la Campaña Nacional por el Derecho a la Eutanasia
Ayer, se realizó el primer encuentro federal que creó la Campaña Nacional por el Derecho a la Eutanasia. Personas que comparten esta causa, que viven o vivieron situaciones en las que la eutanasia habría permitido un muerte digna, representantes de las Cámaras de Diputados y Senadores, investigadores del CONICET se reunieron para intercambiar experiencias, propuestas y organizarse para potenciar redes y actividades hasta lograr la sanción de la ley.
El famoso “hasta que no te toca de cerca” o “hasta que no estás en los zapatos” son expresiones muy gráficas para algunas realidades que, de otra manera, no se dimensionan. Aplica en este caso para personas con diagnósticos irreversibles y que atraviesan condiciones de extremo sufrimiento y dolor en el final de sus vidas. En esos casos, el pedido de eutanasia es el pedido de una muerte digna.
Cuando hablamos de la eutanasia, hablamos de la vida y la libertad sobre el propio cuerpo, pero, sobre todo, hablamos de la muerte. Para algunas personas es un tema tabú, para otras no. Lo cierto es que necesitamos, como sociedad, en las familias, entre amigues, tener la capacidad de conversar sobre la muerte, no como algo trágico y doloroso -aunque lo sea-, sino pensando en la autonomía y lo aliviador que es anticiparse y comunicar qué desearíamos ante ciertas situaciones irreversibles y terminales.
También llamada muerte médicamente asistida, la eutanasia es una práctica médica que consiste en provocar la muerte de un paciente -solo por su requerimiento- por tener una enfermedad terminal o que provoca un sufrimiento incontrolable y existencial, a través de la administración de una medicación o un tóxico en dosis letales. En muchos países, ya es un derecho consagrado. Esto no significa que una vez adquirido el derecho, la gente fue corriendo a pedir la eutanasia, cada normativa establece protocolos y requerimientos específicos.
Mara Brawer es diputada por el Frente de Todxs y autora de uno de los cinco proyectos de Ley de Muerte Voluntaria Médicamente Asistida presentados en el Congreso de la Nación. En este último tiempo, viene impulsando actividades de sensibilización para crear consensos para conquistar este derecho. En ese marco, ayer, se realizó una jornada virtual de la cual participaron representantes del senador Cornejo, de la diputada Gabriela Estévez, de la diputada Jimena Latorre -quienes vienen trabajando en el tema y han presentado proyectos de ley-; representantes del CONICET, profesionales de la salud de amplia trayectoria, los grupos conformados en diferentes provincias que llevan tiempo trabajando por la muerte digna.
Quedó conformada la Campaña Nacional por el Derecho a la Eutanasia, un espacio de articulación de organizaciones, especialistas, representantes políticos y amplios sectores para generar información, incidencia política y social, y difusión sobre el tema hasta lograr la sanción de la ley.
En diálogo con La tinta, la diputada Brawer expresó: “La intención del espacio es ir creciendo, que se sumen más personas, organizaciones, profesionales, universidades, grupos que estén interesados en formar parte de la campaña. Es incipiente la conformación y hay mucho trabajo por delante. La idea de una campaña busca la transversalidad en el tratamiento, que todas las personas que estén trabajando en el tema no lo hagan aisladamente, sino que se unan a esta red y que se potencie lo que están haciendo cada uno de los grupos y actores en sus territorios, hasta que sea ley. Porque a la vida hay que honrarla, no puede ser que, en Argentina, cuando no es irreversible, sea obligatorio sufrir. Tenemos que tener una vida digna y eso incluye tener una muerte digna”.
Recién salida del horno, la campaña comenzará a trabajar en sus redes sociales y próximas acciones. Por el momento, quienes sientan interés de conocer más al respecto y poder sumarse, pueden escribir al mail: eutanasialegalargentina@gmail.com. Convocan a periodistas a que se sumen para poder acompañar desde los medios.
Eutanasia, del gr. [buena muerte]. Una ley que espera
La Ley Nacional n.° 26.742 que modificó la Ley n.° 26.529, establece los derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la Salud, y que toda persona capaz mayor de edad puede disponer directivas anticipadas sobre su salud, pudiendo consentir o rechazar determinados tratamientos médicos, preventivos o paliativos, y decisiones relativas a su salud. Lo que sabemos es que las leyes en sí mismas no siempre resuelven las situaciones sobre las que legislan y muchas veces existen trabas desde el sistema médico y/o desconocimiento también de pacientes para su real implementación y garantización. Dicha ley, llamada de muerte digna, no legisla sobre la eutanasia, que es ilegal en Argentina.
En la actualidad, hay cinco proyectos de ley presentados para la muerte médicamente asistida y el suicidio asistido que aún no han conseguido estado parlamentario. Corresponden a distintos partidos políticos y tienen algunas diferencias en el articulado en relación a procedimientos, pero, en todos los casos, tienen el mismo objetivo: que una persona que sufre una enfermedad incurable y que afecte su dignidad pueda decidir cuándo morir. ¿Y saben qué? Todos están vinculados e impulsados con la historia de una persona querida o allegada, que ha transitado sufrimiento en su último tiempo de vida y, que de haber contado con la posibilidad de la muerte médicamente asistida, se habría visto aliviada.
Cuatro de los proyectos surgieron de la Cámara Baja; el presentado por la UCR se llama Ley de Buena Muerte, presentada por el diputado Alfredo Cornejo -al momento de la presentación del proyecto, era diputado, ahora senador y candidato a gobernador de Mendoza-, la diputada Jimena Latorre -en representación de Mendoza- y el diputado Alejandro Cacace -en funciones por San Luis-. La “Ley de Derecho a la Prestación de Ayuda para Morir Dignamente”, llamada Ley Alfonso, presentada por Gabriela Estévez y redactada junto a especialistas, entre ellos, Carlos “Pecas” Soriano. La diputada jujeña Carolina Moisés por el Frente de Todxs presentó, en agosto del año pasado, el proyecto “Derecho a la prestación de ayuda para morir dignamente”. Y recientemente, la diputada por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mara Brawer del Frente de Todxs, presentó el proyecto llamado Ley de Muerte Voluntaria Médicamente Asistida.
En el Senado, Julio Cobos presentó el proyecto que se llama Interrupción voluntaria de la vida. En las últimas elecciones legislativas, el ex vicepresidente ganó una banca como diputado. Así que, para que su proyecto vuelva a ser considerado, debería ingresarlo en la Cámara Baja.
Sus tratamientos no prosperan. Uno de los retrasos estuvo vinculado con la falta de una Ley de Cuidados Paliativos que obligue al sistema de salud a proveer todo lo que exista al alcance para que el dolor se controle. La cual fue sancionada en julio del año pasado, así la Ley n.° 27.678 asegura que lxs pacientes puedan acceder a las prestaciones integrales sobre cuidados paliativos en sus distintas modalidades, en el ámbito público, privado y de la seguridad social, y el acompañamiento a sus familias.
¿Y esta sociedad está preparada para este debate?
Una pregunta insiste y se instala: ¿está la sociedad preparada para la eutanasia? Un primer ejercicio es preguntar en el entorno cercano; las respuestas siempre constatan que nadie quiere sufrir, aun con el miedo que genera la muerte. La idea del sufrimiento intolerable no es deseable ni imaginable.
Hay quienes podrán creer que las trabas son morales y religiosas, sin embargo, las estadísticas demuestran amplios consensos. Mario Pecheny es doctor en Ciencias Políticas y vicepresidente de Asuntos Científicos del CONICET, y hace unas semanas presentó -en el marco de las actividades de la Red de Cuidados, Derechos y Decisiones en el Final de la Vida, junto a especialistas y representantes de la Cámara de Diputados de la Nación organizado por la diputada Nacional Mara Brawer- los resultados más relevantes del estudio que realizó el CONICET entre profesionales de la salud sobre estas prácticas.
El estudio corresponde a los tres últimos años y lo respondieron 745 personas profesionales de salud que atienden pacientes graves con los siguientes resultados: el 45% de los profesionales recibió pedido de información sobre eutanasia por parte de pacientes y el 53% por parte de familiares de pacientes. El 31% de los profesionales recibió pedido de la práctica de eutanasia por parte de pacientes, el 37% por parte de familiares de pacientes. El 80% de los encuestados está a favor de legislar y el 15% en desacuerdo.
Por otro lado, en la encuesta Nacional del Observatorio Pulsar.UBA se evidencia que el 72% de las personas encuestadas está de acuerdo con que se permita a las personas tomar decisiones sobre su propia muerte en situaciones médicas extremas. Ante la pregunta: “¿Usted está muy, bastante, poco o nada de acuerdo con que se permita a las personas tomar decisiones sobre su propia muerte en situaciones médicas extremas?”: el 46% respondió que está muy de acuerdo y el 26%, bastante de acuerdo.
Así como Barbie, en la película, sorpresivamente le pregunta a las otras Barbies si han pensado en la muerte, deberíamos poder instalar el debate en nuestros círculos. No sumando tragedia -en un mundo que, de por sí, se ha vuelto hostil-, sino anticipando y generando estrategias de autonomía y que, llegado el caso, nuestro entorno sepa lo que quisiéramos. La decisión siempre es individual, ni del personal de salud ni de la familia, y ninguna directiva anticipada es definitiva, podemos cambiar, arrepentirnos. De lo que seguro no nos arrepentimos es de tener la posibilidad y la escucha para expresar nuestra voluntad, acción que no solo es aliviadora, sino que nos prepara como personas y sociedad de una manera más íntegra ante la muerte y el sufrimiento.
*Por Verónika Ferrucci para La tinta / Imagen de portada: A/D.