Las Murciélagas campeonas del mundo y un mensaje que trasciende: «El fútbol es libertad»
El seleccionado femenino de fútbol para personas ciegas se consagró hace algunas semanas campeón del Mundial de la Federación Internacional de Deportes para Ciegos (IBSA) en Inglaterra y se ganó el cariño de todo un país que siguió su conquista. Conversamos con las jugadoras Yohana Aguilar y Gracia Sosa, y con el director técnico del plantel, Gonzalo Abbas Hachaché.
Por Ana Dalmasso para La tinta
Las Murciélagas, seleccionado femenino de fútbol para ciegas, se ganó el amor de todo el país tras haberse consagrado campeonas en el primer mundial de la disciplina, desarrollado en la ciudad de Birmingham, Inglaterra. Se impusieron 2 a 1 en la final ante Japón, una de las selecciones más fuertes del mundo.
Dentro del plantel estuvieron presentes cinco jugadoras cordobesas, que pertenecen a Las Guerreras, el equipo del Club Municipalidad. Ellas son Melisa Alejandra Flores, María Constanza Carrizo, Elena Quinteros, Gracia Sosa y Yohana Gabriela Aguilar. También estuvieron Gonzalo Abbas Hachaché, el entrenador de Las Murciélagas, y su ayudante técnico, Santiago Jugo, ambos cordobeses.
Yohana Aguilar fue una de las goleadoras del equipo con cuatro tantos y marcó de penal el tanto de la victoria ante Japón en la final. “Es una alegría que no la vamos a poder igualar con nada. El tener la medalla colgada y que la gente venga y te salude y te diga: ‘Che, me dejás tocar la medalla’, es algo que vos sos consciente de que es tuyo, pero que también la gente lo hizo muy propio. Así que la verdad que ese es uno de los sentimientos y ahora recién estoy queriendo dormir de corrido sin ver si tengo al lado la medalla”, le contó a La tinta la jugadora de Las Guerreras.
El equipo de fútbol femenino para ciegas nació justamente en Córdoba, en el año 2012, siendo el primero de su tipo en el mundo. Gonzalo Abbas Hachaché fue arquero de Los Murciélagos y también fue campeón del mundo, se imaginó un seleccionado de mujeres y lo comenzó a construir.
Gracia Sosa, que ya se destacaba en el deporte adaptado, había comenzado haciendo fútbol, se dedicó de lleno al atletismo y compitió en dos Juegos Parapanamericanos en 2007 y 2011. Más tarde, se mudó al remo, donde durante un tiempo lo compaginó con el fútbol, hasta que, en el 2019, se decidió por la redonda. “Yo he competido en otros mundiales, pero este deporte me permitió ser campeona del mundo. Estuve cerca, pero nunca pude”, contó Sosa.
Y es que para ella, que nació con visión, pero la perdió a los pocos días por un problema en la incubadora, nunca hubo límites. “Era hartante (sic) de chiquita. Trepaba los árboles y andaba en patines por la calle principal del barrio. Tenía seis años y jugaba al fútbol en la plaza, le poníamos una bolsa a la pelota y listo. También mi hermano me llevaba en bici. Soy la más chica de siete hermanos, ellos siempre me hacían hacer cosas, era como un juguete para ellos”, recordó Gracia Sosa, la goleadora albiceleste.
Para Yohana, el seleccionado de Las Murciélagas logró constituir algo especial, que traspasó las fronteras de la cancha y se metió en el corazón de todo un país. Y eso gracias a lo que ellas transmitieron en cada partido. “Creo que esta selección tiene mucho juego y mucho amor a la camiseta, al fútbol, creo que eso también fue lo que nos ayudó a marcar la diferencia en la final. Tenemos más fútbol que sangre en nuestras venas”, dijo Aguilar.
Gonzalo, el impulsor de las campeonas del mundo, sostiene que este “es el título más importante” de su carrera, a pesar de haber conquistado el trofeo con la selección masculina. Trabajó cada día para crear un plantel competitivo, las exigió al máximo y les brindó un espacio para ser profesionales.
“Desde el momento en el que nos seleccionaron como cuerpo técnico, primero trabajamos en el desarrollo para que haya más jugadoras de distintas partes, para tener un gran número de jugadoras para poder seleccionar las mejores para estar en ese mundial. Pasamos de hacer un deporte por recreación a hacer un deporte competitivo donde tenés que tener una planificación física y técnica, tenían que ir al gimnasio y hacer su estímulo de entrenamiento físico individual. Concentramos periódicamente todos los meses, donde estábamos y hacíamos tres estímulos diarios. Ese cambio, ese trabajo, ese entrenamiento fue la diferencia y se notó”, confesó.
“También el argentino y la argentina tienen el ADN del fútbol donde se vive y se conoce a fuego. Las chicas, la mayoría son de algún cuadro, siguen a sus equipos, entonces creo que esa motivación fue complementada con entrenamiento, con esfuerzo. Ellas deben salir adelante en un montón de situaciones, un montón de cosas que viven en la calle y bueno, eso también te da muchísima experiencia y motricidad para la cancha”, aseguró.
Gracia Sosa expresó lo que significa para ella meterse en ese rectángulo donde los límites son solamente espaciales: “El fútbol es el que me llevó a toda mi carrera deportiva. El fútbol, para mí, es la libertad misma. Acá adentro y el sonido de la pelotita es un lugar del que no me sacan nunca. Es libertad, sabiendo que no te vas a golpear y que tenés la valla al costado, diciendo el ‘voy’. No tenés miedo, ya me acostumbré”.
Yohana Aguilar también ve a la cancha como un espacio único: “Ahí me siento 100% autónoma, no dependo absolutamente de nadie. Pero no soy sólo yo, siento que somos mis compañeras que nos hacemos solo una y jugamos a lo que nos gusta y es un juego, sí, pero para nosotras es nuestra profesión. Más allá de estudiar y trabajar, es nuestra profesión y por la cual nos preparamos y nos levantamos cada día. Yo por la mañana preparo las cosas porque sé que a la tarde voy a jugar al fútbol. A mí, jugar al fútbol me da eso, alegría, satisfacciones, montón de cosas positivas y negativas también, pero uno las termina transformando en positivas”, aseguró.
Gonzalo también valoró la importancia que tuvo el efecto contagio de Las Murciélagas y el mensaje que llevaron hacia muchas mujeres, con discapacidades o no. “Si bien son referentes también para otras chicas con discapacidad visual, para otras también que no hacen deporte, que no juegan al fútbol, pero también que quieren seguir adelante y quizás se le presentan obstáculos y cosas en el camino. Esto demostró a todas las mujeres que se puede, que si uno le mete el pecho, le mete el alma a las cosas que hacés, y por más que le digan que no van a poder, es cuestión de uno. Realmente lo que han generado es algo que creo no se lo imaginaron nunca y que todavía no pueden caer porque realmente han generado algo muy lindo en la sociedad”, relató Gonzalo.
Gracia Sosa, con su sonrisa imborrable y su picardía, eligió cerrar enviando palabras de aliento para que más personas, no sólo mujeres, se atrevan a dar un paso más con Las Murciélagas como fuente de inspiración. La goleadora, a la que todo parece salirle naturalmente, espera dejar algo más que un festejo para aquellos que le hicieron el aguante.
“Le digo a la gente que se anime. Las cosas se pueden hacer, con confianza, confiando en el otro, en tus compañeras, en uno mismo, en el entrenador. Si te están diciendo algo es porque saben mejor. Y si te vas a mandar, hacelo decidido. Yo soy mandada, después me retarán o haré un gol, pero en la vida tenés que ser así, ir decidido a lo que querés hacer. Cuando tenés actitud, fe y confianza, no le tengas miedo al qué dirán”, finalizó la campeona.
*Por Ana Dalmasso para La tinta / Imagen de portada: Ana Medero para La tinta.
