Lula no para de crecer
Al ritmo del crecimiento de la economía brasileña, el presidente Lula da Silva ha alcanzado un índice de aprobación del 60% que pretende mantener y hasta aumentar de cara a las elecciones municipales de 2024. En menos de un año al frente del Ejecutivo brasileño, la aplicación de programas sociales y la mejora de la economía son piezas claves en la popularidad de la actual gestión.
Luego de casi ocho meses en el gobierno, la gestión del presidente Luiz Inácio Lula da Silva vive su mejor momento de acuerdo a la percepción de la opinión pública. Según la encuesta de Genial/Quest publicada el último 16 de agosto, el 60% de lxs encuestadxs aprueban el desempeño del Ejecutivo. A su vez, el índice de desaprobación disminuyó de forma considerable, pasando de 40% para 35%. La encuesta Genial/Quaest realizó 2.029 entrevistas cara a cara en municipios de todas las regiones del país entre el 10 y el 14 de agosto.
El aumento en la popularidad del gobierno está directamente vinculado a la percepción del electorado de una mejora en el escenario económico del país. Según el sondeo, el 34% cree que la economía brasileña ha mejorado en los últimos 12 meses.
Un dato sobresaliente de la encuesta es el desempeño en regiones donde el actual presidente resultó derrotado en la elección de 2022. Es el caso del centro oeste y norte del país, donde el gobierno aumentó su imagen positiva en 10% y actualmente alcanza el 56%. En los últimos meses, el presidente ha hecho guiños al agronegocio, que suele influir en los votantes, especialmente en los estados de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Goiás.
En el sureste, el avance fue de seis puntos porcentuales (del 45% al 51%) y el rechazo cayó tres puntos, hasta el 42%. En el sur del país, cuna de la Operación Lava Jato y bastión político del senador y exjuez Sergio Moro (Unión Brasil), por otro lado, es donde el presidente tiene históricamente sus peores resultados. Ya el nordeste sigue siendo la región donde la actuación del presidente es más sólida: ha mantenido su 71% de aprobación.
El dato más destacado de la encuesta Genial/Quest fue el desempeño alcanzado por Lula entre el electorado evangélico, que representa cerca del 30% del padrón electoral y es un sector donde el actual presidente ha presentado siempre mayor dificultad para crecer. Por primera vez, la aprobación superó a la desaprobación, por 50% a 46%. En cinco meses, el gobierno de Lula ha avanzado un 11% en este sector del electorado.
«La mejora en los indicadores del presidente está relacionada con la percepción de la economía», dice un comunicado difundido por el instituto Quaest. «Para el 34% de los entrevistados, la economía ha mejorado en los últimos 12 meses. Y lo que es más importante, el 59% cree que seguirá mejorando en los próximos 12 meses. Entre los que votaron por el expresidente Jair Bolsonaro, el 35% se muestra optimista», añadió.
Lo que la encuesta refiere como mejora en la percepción de la economía es la disminución de los índices de inflación y, principalmente, el reordenamiento acompañado de aumento en el monto de los programas sociales otorgados por el gobierno. A su vez, la aprobación de la reforma fiscal en la Cámara de Diputados, la inclusión del Centrão en el Gobierno y el relanzamiento de los programas sociales y del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) se han convertido en cartas en la manga del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para impulsar su popularidad.
El apoyo del Centrão es clave. Se trata de un grupo de más de 200 diputados en el Congreso, todos vinculados a partidos políticos sin demasiada popularidad, que actúan de forma conjunta para presionar al Ejecutivo en la aprobación de medidas a cambio de cargos en ministerios y presupuesto. Desde su primera presidencia, Lula entendió que la articulación con el Centrão era clave para la gobernabilidad, algo que aplicó al inicio de su tercer mandato y que ha contribuido con el aumento de su popularidad.
Es en esa clave que debe ser leída la incorporación del diputado federal Celso Sabino (União Brasil-PA), aliado del presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira (PP-AL), al Ministerio de Turismo. En los próximos días, promoverá una reforma ministerial para dar lugar a otros partidos del Centrão en la Explanada.
En cuanto al Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC) que fue relanzado el último 11 de agosto en Río de Janeiro, el mismo busca seducir al empresariado para atraer su apoyo. Es por eso que, en declaraciones recientes, el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, afirmó que la Unión aportará 60 mil millones de reales al año al nuevo PAC, lo que sumará 240 mil millones de reales hasta 2026.
En otro frente, dirigido a la clase media, Lula lanzó un programa de compra de coches nuevos. A su vez, creó otro programa denominado Desenrola para renegociar deudas y limpiar los nombres de los endeudados, posibilitándolos así de aplicar para financiaciones de todo tipo en entidades financieras y locales comerciales. Además, elevó a 8.000 reales el límite de ingresos para la compra de inmuebles a través de Minha Casa Minha Vida y se prevé que en los próximos meses sea aplicado un programa para incentivar la compra de cocinas y heladeras.
Ante la proximidad de las elecciones municipales de 2024, el presidente de la República está haciendo sus movimientos en el tablero político, motivo por el cual se trabaja a toda máquina para aumentar la popularidad. Influir en la elección municipal es el objetivo de cara a octubre de 2024. Debido a su importancia en la articulación con los ejecutivos estaduales y federal, la decisión en los municipios, normalmente en manos de los partidos tradicionales de centro y derecha, se vuelven una oportunidad para el Partido de los Trabajadores y sus aliados ante la popularidad del presidente Lula, el gran desafío al que se enfrentará en los próximos meses el gobierno brasileño.
*Por Ana Dagorret para La tinta / Imagen de portada: EVARISTO SA / AFP.
