Golpe de Estado en Níger e inestabilidad en el Sahel
En Níger, un grupo de soldados ha llevado a cabo un golpe de Estado al estilo tradicional, derrocando al presidente Mohamed Bazoum y profundizando un escenario de inestabilidad e incertidumbre en la región del Sahel. África emerge en el nuevo orden mundial multipolar.
En Níger, un grupo de soldados anunció por televisión abierta un golpe de Estado a la vieja usanza. Depusieron por las armas al presidente Mohamed Bazoum y suspendieron el imperio de la Constitución.
¿Qué está pasando en este país de África Occidental?
Una de las primeras medidas del nuevo gobierno de Níger ha sido prohibir con efecto inmediato la exportación de uranio a Francia. Más del 50% del mineral que se extrae en Níger es utilizado para alimentar las centrales nucleares francesas. El 24% de las importaciones de uranio de la Unión Europea proceden del país africano. Esto, en gran medida, puede explicar por qué preocupa tanto a los países occidentales lo que está pasando allí.
Antes que nada, un poco de ubicación e historia: la capital de Níger es Niamey; el país limita al norte con Argelia y Libia, al este con Chad, al sur con Nigeria y Benín, y al oeste con Burkina Faso y Malí. Obtuvo su independencia de Francia el 3 de agosto de 1960. Desde entonces, Níger nunca había visto la sucesión de poder entre dos líderes electos democráticamente. El presidente anterior, Mahamadou Issoufou, fue el primero constitucional en terminar dos períodos consecutivos y pasar el mando en 2020 a su sucesor, Bazoum.
En los últimos días, una junta militar, autodenominada Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, bloqueó el palacio de gobierno en Niamey, cerró las fronteras y anunció la destitución de Bazoum y el «fin del régimen». El presidente y sus ministros están detenidos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, le transmitió a Bazoum el «apoyo inquebrantable» de Washington en una llamada, de la misma manera que el golpe fue condenado por la ONU, la Unión Africana y la Unión Europea. El gobierno argentino también condenó el golpe a través de la Cancillería Argentina: «La República Argentina condena enérgicamente el reciente golpe de Estado en Níger, a la vez que hace votos para la protección del orden constitucional en el país”.
El colonialismo francés y el yihadismo radical juegan un rol en todo esto. Bazoum es un aliado occidental en la lucha contra la militancia yihadista en la región. Dos países vecinos, Malí y Burkina Faso, sufrieron golpes de Estado en 2021 y 2022. En ambos países, fueron provocados por levantamientos yihadistas y los nuevos líderes militares se enfrentaron a Francia. Bazoum, elegido democráticamente en 2021, era un aliado cercano de Francia y otros países occidentales, especialmente de EE. UU. y la UE. Como en los dos casos anteriores, los militares que tomaron el poder por la fuerza en Níger se declararon abiertamente antifranceses y cortaron relaciones con el país galo.
Níger enfrenta, hace tiempo, dos insurgencias yihadistas: una en el suroeste, que llegó desde Malí en 2015, y la otra en el sureste, que tiene que ver con yihadistas con base en el noreste de Nigeria. También tiene activos grupos aliados al ISIS y a Al-Qaeda. La región del Sahel -Senegal, Gambia, Mauritania, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger, Chad, Camerún y Nigeria- es una de las regiones más inestables del mundo y la más castigada por el yihadismo; registra, aproximadamente, el 43% de las muertes por el terrorismo global.
El terrorismo en el Sahel está impulsado por una combinación de factores complejos, que incluyen conflictos étnicos y religiosos, gobernabilidad deficiente, pobreza extrema, desigualdades sociales, corrupción y contrabando de armas. Diversos grupos terroristas y extremistas islámicos han estado operando en la región y sus acciones han tenido consecuencias devastadoras para las poblaciones locales y la estabilidad regional.
Los grupos más conocidos que operan en la zona son: Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), un grupo vinculado a Al-Qaeda que opera en la región del Magreb, que incluye partes del Sahel; Jama’at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM), una coalición de grupos yihadistas con vínculos con Al-Qaeda; Estado Islámico en el Gran Sahara (EIGS), un grupo afiliado al Estado Islámico que ha ganado notoriedad en los últimos años por distintos ataques mortales en la región. Estos grupos han llevado a cabo ataques violentos contra fuerzas de seguridad, objetivos militares y civiles. Además, han secuestrado a trabajadores humanitarios y turistas extranjeros para obtener rescates y financiar sus actividades.
La respuesta de los gobiernos de la región y la comunidad internacional ha sido complicada, y se han llevado a cabo operaciones militares conjuntas para combatir el terrorismo en el Sahel. La misión conjunta más importante es la Fuerza Conjunta del Grupo de G5 Sahel, que está compuesta por tropas de Mauritania, Malí, Níger, Burkina Faso y Chad, con el objetivo de contrarrestar la amenaza terrorista en la región, pero que ha resultado ser deficiente y con grandes problemas, especialmente tras los golpes de Estado en Malí y Burkina Faso, al que ahora se le suma Níger.
Níger era el último aliado importante de las potencias occidentales en la zona, con más de 1.500 soldados franceses apostados en el país. Los gobiernos de facto tanto de Malí como de Burkina Faso acercaron posiciones a Rusia después de exigir de forma terminante que las tropas francesas se retiren de sus territorios. Níger está siguiendo ese camino. Emmanuel Macron condenó el golpe y pidió la liberación inmediata de Bazoum: «Este golpe de Estado es completamente ilegítimo y profundamente peligroso para los nigerinos, para Níger y para toda la región”.
Por su parte, los militares nigerinos acusaron a Francia de entrar con un avión militar en el aeropuerto internacional de Niamey, violando el cierre de fronteras que decretó el gobierno tras el golpe. Los gritos anticoloniales son cada vez mayores en la región del Sahel, ya de por sí fuertemente golpeada por el terrorismo y por el neocolonialismo, mayormente francés. Estos golpes de Estado se inscriben en una reacción coordinada contra eso, aunque aún no queda para nada claro cuál será el futuro de estos países en el mediano plazo.
*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Imagen de portada: REUTERS / Balima Boureima.