Memorias vihvas y rebeldes: a un año de la Ley de VIH, hepatitis, otras ITS y tuberculosis

Memorias vihvas y rebeldes: a un año de la Ley de VIH, hepatitis, otras ITS y tuberculosis
30 junio, 2023 por Julieta Pollo

Este sábado, un picnic nos reúne a celebrar el primer aniversario de la Ley de VIH, hepatitis, otras ITS y tuberculosis. Una invitación a intervenir el espacio público y acuerparnos exigiendo una efectiva implementación desde una perspectiva de la salud integral. Porque “no hace falta vivir con VIH para luchar juntes”.

Por Julieta Pollo para La tinta

Con el picnic como propuesta política de acuerpamiento, celebración y lucha, Act-Up Argentina invita a encontrarnos este sábado 1° de julio para compartir y encender el espacio público con “memorias vihvas y rebeldes”, a un año de la nueva Ley de VIH, hepatitis, otras ITS y tuberculosis. Conjugando arte y activismo, la idea es intervenir el espacio público con fotos, frases, objetos y demás, vinculados al recorrido de lucha y resistencia hacia la sanción de la Ley 27.675. Será en la Plaza de la Intendencia de la ciudad de Córdoba a partir de las 15 horas.

El viernes 30 de junio se conmemora un año de la sanción de la Ley 27.675, construida y propiciada por activistas, redes y organizaciones de la sociedad civil que trabajan en la temática. El proyecto de ley fue presentado cuatro veces hasta lograr la aprobación por amplia mayoría en Diputados y casi por unanimidad en el Senado. Cinco meses más tarde, el 1° de diciembre, fue reglamentada parcialmente.

Gonzalo Valverde, activista marica seropositivx e integrante de Act-Up en Córdoba, destaca que “la nueva ley introduce un cambio de paradigma de un modelo biomédico, hegemónico y centrado en la prevención, testeo y tratamiento, para pasar a un modelo de salud integral, colectiva y de pensar muchos otros derechos para la población de personas con VIH”. En conversación con La tinta, el activista explica que el paradigma de la salud integral “toma la prevención, testeo y tratamiento, pero también otros aspectos como el acceso a la información, la educación sexual integral, la Ley Micaela para que haya formación y capacitación en los tres poderes del Estado, como también en los medios de comunicación, los equipos de salud, etc. Además, aborda que haya políticas que atiendan el acceso a la alimentación, al trabajo, a la salud mental, porque, ¿cómo adherir al tratamiento si no tenemos para comer? Vivir con VIH hoy no es solamente tomar una pastilla por día”.

En este sentido, Gonzalo explica que si bien la Ley promueve el cambio de paradigma, el proceso es lento y aún no se ha efectivizado a nivel social: persisten los mitos, la información errónea e imaginarios muy instituidos que aumentan el estigma y la discriminación. El VIH no equivale a muerte, no se contagia (se transmite), indetectable es igual a intransmisible, no es algo que le pase a una población específica (cualquier persona puede vivir con VIH y no saberlo), “por eso, es importante hacerse testeos periódicos e insistir en información precisa, empática, sensible, para no seguir desarrollando estigma y discriminación”, resume Gonzalo.

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A un año de la sanción: logros, desafíos y pendientes

Después de años de visibilización, organización, lucha y resistencia, Gonzalo asegura que la Ley es una conquista de toda la sociedad civil de personas con VIH y hepatitis: “Desde 2014, la fuimos construyendo, hicimos cuatro presentaciones en el Congreso, la militamos y visibilizamos tanto en el Congreso como en las calles, siendo un tema tabú -entonces y aún ahora- del cual no se habla más que como estadística, preservativos y testeos. La Ley fue una conquista, ahora queda el desafío tanto de implementarla como de transformar los imaginarios sociales, que socialmente no se nos señale por tener un diagnóstico distinto, que no se nos rechace o niegue incluso nuestro derecho a vivir una sexualidad plena, a ser deseades”.

Como balance a un año de su sanción, el activista advierte que la Ley no ha sido reglamentada en su totalidad y que su implementación es parcial. Por ejemplo, lo referente a pensiones no contributivas y régimen previsional especial se está implementando en algunas provincias y ciudades, pese a una circular de ANSES que fijaba el mecanismo de implementación. “También hubo una reglamentación particular sobre la Comisión Nacional de Respuesta al VIH con participación de la sociedad civil, pero esta comisión nunca se reunió todavía”, agrega.

“Vemos que falta mucho para que la Ley se implemente total e integralmente, con participación tanto de sociedad civil como de distintos ministerios, así como la promulgación de políticas públicas concretas que aborden artículos de la Ley que son derechos de nuestras poblaciones”, sostiene y menciona pendientes como la prohibición del test de VIH en los preocupacionales, la puesta en marcha de campañas de sensibilización empática en los niveles educativos, la efectiva formación y sensibilización a distintos sectores. “En la política pública, pareciera que seguimos con la vieja ley nacional de sida con su enfoque biomédico, sin pensar la salud de manera integral, la perspectiva de género, entre otros puntos”.

En cuanto al acceso a la medicación y a la atención en centros de salud, Valverde sostiene que existe particularmente en el sistema público: «Usualmente, se presentan problemas en obras sociales o empresas de medicina prepaga que niegan derechos, acceso al tratamiento o hasta testeos”. En cuanto a la prevención, explica que el paradigma de la nueva Ley contribuye a dejar de considerarla sólo uso de preservativos: “Progresivamente, se introduce la prevención combinada que incluye preservativos, el saber que indetectable es igual a intransmisible, el testeo, la profilaxis pre-exposición (PrEP) y post-exposición (PEP). Lo que aún falta, creo, es concientización social que aborde no solo la prevención desde el miedo, sino desde los cuidados colectivos. Pensar en qué hace una persona si recibe un diagnóstico positivo, qué sucede con quienes ya vivimos con VIH, las situaciones de vulneraciones de derechos, estigmas y discriminación que atravesamos. Concientización, prevención, cuidados e información desde una perspectiva más empática hacia nuestras vivencias invisibilizadas”.

No hace falta vivir con VIH para luchar juntes

En los últimos años, ha aumentado la visibilización del VIH y las enfermedades no transmisibles, pero no tanto por la sanción de la Ley -reflexiona Gonzalo-, sino por los activismos que se vienen desarrollando y cómo de a poco van empoderándose como pares: “Falta mucho todavía, en particular, que personas que no viven con VIH y luchan por otras causas también tomen la nuestra en sus manos. Falta ese compromiso para luchar juntes como sociedad por la implementación completa, integral, en todo el territorio nacional de la Ley, así como de políticas públicas que tiendan a terminar con el estigma y la discriminación, a producir públicamente medicamentos, a investigar, a generar accesibilidad a la cura médica al VIH para no depender de antirretrovirales toda nuestra vida”, sostiene y agrega: “Es difícil porque vivimos en una sociedad en la que si subís una historia o publicás algo sobre VIH, ya sos señaladx como alguien que tiene el virus. Persiste una cierta obligatoriedad de la develación de la serología que preocupa, más cuando es utilizada para rechazarnos o estigmatizarnos. Ni hablar de las múltiples violaciones a la confidencialidad del diagnóstico y rumores, sobre todo en localidades más pequeñas”.

La frase No hace falta vivir con VIH para luchar juntes es también una invitación a informarse, a participar y a sumarse a organizaciones como Act-Up donde “no importa la serología o el diagnóstico de una persona, sino la lucha a través del arte y la intervención en el espacio público en distintas luchas sociales que hoy nos atraviesan, como son los reclamos de los feminismos, las disidencias sexuales, el movimiento antirracista y decolonial, les trabajadores sexuales, los activismos gordxs, de personas con discapacidades, entre muchos otros”, concluye.

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Testeos periódicos y acceso a la información

Según Fundación Huésped, hoy en Argentina, habitan 140.800 personas con VIH (de las cuales, un 13% aún desconoce su condición). Cabe mencionar que el porcentaje de argentines con VIH que desconocen su condición disminuyó significativamente en los últimos diez años (del 40% en 2012 al 13% en 2022): muchas más personas están al tanto de su diagnóstico y eso es clave porque, mientras antes lo sepamos, más pronto podremos acceder al tratamiento adecuado y preservar el sistema de defensas, aumentando la calidad de vida. Con un test rápido, que se realiza a partir de una gota de sangre extraída de un dedo, podemos conocer el resultado en 20 minutos. Es voluntario, gratuito y confidencial, y puede ser realizado a cualquier persona mayor de 13 años. En Córdoba, podés acercarte a Act-Up para informarte y consultar sobre testeos. Por su parte, el programa provincial de VIH/sida, ITS y hepatitis virales ofrece asesorías y test rápidos de VIH, sífilis y hepatitis B y C en el Parque de las Tejas, en dependencias provinciales y en sedes de organizaciones de la sociedad civil (como la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina -AMMAR-, la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina -ATTTA-, y otras). Podés comunicarte por teléfono al 4338919, por mail al programaprovincialsida@hotmail.com o por WhatsApp al 3517048222.

Parque de las Tejas: lunes a viernes de 15 a 18 h.
Hospital San Roque: jueves de 9 a 11 h.
Hospital Rawson: lunes a viernes de 8 a 14 h.
También podés solicitar una prueba en cualquier centro de salud de la provincia.

Información útil: Fundación Huésped.

*Por Julieta Pollo para La tinta.

Palabras claves: activismo, Ley Nacional de Respuesta Integral al VIH las Hepatitis Virales la Tuberculosis e Infecciones de Transmisión Sexual, VIH

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