El Grupo Wagner desafía a Vladimir Putin

El Grupo Wagner desafía a Vladimir Putin
26 junio, 2023 por Gonzalo Fiore Viani

La organización de mercenarios apañada por Moscú tiene posiciones y actitudes cada vez más díscolas frente al liderazgo del presidente Putin. Estos últimos días, la tensión militar aumentó entre Wagner y el Kremlin.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

El Grupo Wagner, también conocido como PMC Wagner, es una empresa militar privada (EMB) con sede en Rusia. Se cree que fue fundada por Dmitry Utkin, un exmiembro de las fuerzas especiales rusas, y se trata de una red de mercenarios que legalmente no existe, ya que, en Rusia, es ilegal la contratación de servicios militares tercerizados. Yegveny Prigozhin, el comandante del grupo, en 2022, afirmó que el verdadero fundador fue él.

El Grupo Wagner se ha vuelto conocido por su participación en conflictos armados en diferentes partes del mundo, especialmente, en Ucrania y Siria. Se dice que tiene vínculos estrechos con el gobierno ruso y ha sido descrito como una “fuerza auxiliar” o “ejército sombra” del Kremlin. Aunque oficialmente negado por las autoridades rusas, el Grupo Wagner ha desempeñado un papel activo en acciones militares en apoyo a los intereses de Rusia. La organización tuvo cierto protagonismo en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) en Siria y contra grupos terroristas en la región del Sahel, en África Occidental. Sus operaciones se basan en el uso de contratistas militares privados (CMP), reclutados principalmente de las filas del ejército ruso y otros países, como Ucrania y Bielorrusia. El Grupo Wagner ha sido acusado de violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra, incluidos asesinatos, torturas y ejecuciones extrajudiciales.

Prigozhin es un personaje polémico, cuyo vertiginoso ascenso al círculo de poder de Vladimir Putin podría servir de material para varias películas. Poco a poco, se convirtió en una figura fundamental para el Kremlin en la guerra en Ucrania. Sin embargo, este crecimiento terminó derivando en una ruptura con el establishment militar ruso, que lo ve como un mercenario y no como un agente propio. Prigozhin acusa a los militares rusos de haber bombardeado un campamento de sus hombres, hecho que tuvo como resultado varias víctimas fatales. Sin pruebas, el jefe del grupo paramilitar afirmó que 2.000 integrantes de Wagner fueron asesinados: “Han llevado a cabo bombardeos, bombardeos con misiles, contra nuestras bases de retaguardia. Un enorme número de nuestros combatientes murió”. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso inmediatamente emitió un comunicado en el que afirmó que de ninguna manera esto era cierto y que se trataba de una “provocación informativa”. El Kremlin respondió abriendo un caso penal contra Prigozhin por haber convocado a un motín armado contra el Estado ruso, lo que puede conllevar una pena gravísima. El 23 de junio pasado, Prigozhin aseguró que iría “hasta el final” contra los altos mandos del Kremlin.

No es el primer conflicto entre Wagner y los jefes militares que responden directamente al gobierno de Moscú. No sólo en Ucrania, sino también en Siria y en África, los mercenarios tuvieron distintos cruces con los servicios de inteligencia rusos. Esto se toleraba mientras la organización paramilitar era capaz de mostrar éxitos en el terreno de conflicto, como fue el caso de la toma de la ciudad de Bakhmout, en Ucrania, durante el pasado mes de mayo.


Durante las horas de tensión, Putin dio un discurso televisado donde nunca nombró a su exaliado, pero dijo ser víctima de una “puñalada por la espalda”, por lo que respondería de forma “implacable” contra los cabecillas de esta rebelión que amenaza directamente su liderazgo. El punto de no retorno final se produjo cuando Prigozhin anunció que sus tropas marcharían en la ciudad de Rostov-del-Don, donde se produjeron enfrentamientos directos entre paramilitares y personal del Ejército ruso. La escalada de conflictos entre Wagner y los jefes militares rusos ha llevado a una ruptura total entre ambas partes.


En la década de 1990, Prigozhin vendía hot dogs en las calles de Moscú, tras estar nueve años en prisión por robo durante los últimos años de la Unión Soviética (URSS). A partir de entonces, comenzó a abrir restaurantes junto a su tío y, entonces, conoció a Vladimir Putin. Logró adquirir concesiones con el Estado y amasó una fortuna. De “chef de Putin”, pasó a ser uno de los 100 rusos más ricos y aceitó sus vínculos con el Ministerio de Defensa. Pero, por estos días, la ruptura con el Kremlin es total.

El líder del Grupo Wagner afirma que conoció a Putin en abril de 2000, al inicio de su presidencia, durante la visita del entonces primer ministro japonés, Yoshiro Mori. Prigozhin estableció Concord, una empresa de servicios de catering que fue contratada por el Kremlin para proveer alimentos al Ejército y a las escuelas públicas del país. Durante la primera década del siglo XXI, en el año 2000, el jefe de Wagner mantuvo un perfil bajo y se dedicó al negocio de la hostelería a través de Concord, según reveló un documento filtrado del bufete de abogados ruso Capital Legal Services, que tenía a Prigozhin como cliente. En 2014, se hizo público que Prigozhin había incursionado en el negocio de armas al fundar un grupo de mercenarios y se consideró que esta creación estaba relacionada con el concepto de “negación plausible”, ya que Rusia había declarado ilegales las empresas militares privadas. El gobierno ruso proporcionó a Prigozhin un terreno en Molkino, al sur del país, como la primera base de entrenamiento del grupo, que posteriormente adquirió cada vez más importancia.

A mediados de la década de 2010, Prigozhin se volvió más ambicioso y fundó la Agencia de Investigación de Internet, básicamente, un ente de trolls para influir en procesos electorales extranjeros en favor de los intereses rusos. Esto llegó a tener tanta influencia en el Estado que, incluso, había dicho sobre las elecciones en Estados Unidos que dieron ganador a Donald Trump, en 2016, en medio de acusaciones respecto de una supuesta interferencia rusa para beneficiar al magnate: “Hemos interferido, estamos interfiriendo y seguiremos interfiriendo. Con cuidado, con precisión, quirúrgicamente y a nuestra manera, como sabemos hacerlo”. 

Después de la invasión de Rusia a Ucrania, en febrero de 2022, el líder de Wagner confirmó que había establecido el grupo de mercenarios en 2014. Esta decisión dio cara a la organización y lo convirtió en una figura destacada en las redes sociales, donde constantemente anunciaba las operaciones del grupo contra las fuerzas ucranianas. Pero, a medida que pasaban los meses, su desacuerdo con la estrategia propuesta por el Ministerio de Defensa ruso se hizo evidente. Acusó a esa cartera de privar de municiones a sus hombres durante campañas tan intensas como la batalla en la ciudad de Bajmut. Esta situación ha llevado a la crisis actual.

Finalmente, tras algunas horas de incertidumbre, Prigozhin dio marcha atrás y ordenó deponer las armas para evitar “derramamiento de sangre”, estando a sólo algunos kilómetros de Moscú. El Kremlin dio garantías a sus soldados de que no habría castigos, pero todo hace suponer que los líderes de la rebelión no correrán la misma suerte en el corto plazo. Nunca había pasado algo así en Rusia en el actual gobierno, por lo que, de alguna manera, Putin fue más herido que nunca. Se trató de una amenaza directa a su liderazgo, algo que nadie nunca se había animado a hacer.

Al igual que sucedió con Recep Tayyip Erdogan luego del intento frustrado de golpe de Estado en Turquía en 2016, probablemente, Putin saldrá fortalecido de esta situación. Lo más plausible es que no sólo no quede debilitado, sino, más bien, con mayor autoridad que antes. A su vez, tampoco es probable que Putin dé marcha atrás o aminore la marcha de la guerra en Ucrania; más bien, se espera que haga todo lo contrario. El desafío a su jefatura se produce, justamente, porque lo acusan de “blando” y de “no ir a fondo” en el conflicto en Ucrania. Si ya era improbable alcanzar un acuerdo de paz, ahora lo es aún menos. Habrá que estar atento a lo que suceda los próximos días, no sólo dentro de Rusia, sino también en su zona de influencia.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Foto de portada: EFE.

Palabras claves: Grupo Wagner, Rusia, Vladimir Putin

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