#ReseñaTrava: A cuidar las boleadoras, llegó El Testovampiro
El Testovampiro es un poemario muy particular: reescribe el Martín Fierro con una nueva épica, la de un varón trans (¿o unos?) que, ante el faltante de hormonas decretado por el ex Ministerio de Salud, se dedica a saquear los testículos de maricones jóvenes.
Por Vir del Mar para La tinta
El Testovampiro es un libro desopilante. Literalmente, te hace reír a carcajadas. Es una reescritura del Martín Fierro que respeta su estructura de versos octosílabos de rima consonante, algo que nos lleva a ese lugar conocido ―¿quién no lo leyó en la secundaria?―, pero con una aproximación que quita de un plumazo la solemnidad.
Aquí me pongo a contar
hace tiempo no se oía
al compás de la poesía
y no me tomo respiro
pues de ese Testovampiro
nada se le conocía.
Abriendo los cantos vengo
la noche de luna llena
que mi canto no dé pena
a mi talento recurro
que aunque parezca un curro
poesía hay en la vena.
En la voz de tres borrachos trans, en una pulpería, se dice que se escuchó la historia del Testovampiro, un varón trans y marica, aventurero por necesidad, que se propone conseguir testosterona ante la falta de Nebido declarada por el ex Ministerio de Salud, ahora Secretaría. ¿Cómo lo hace? Ataca a varones gays “tan jóvenes y galantes / de hormonas rebosantes”, y succiona la testosterona de sus testículos. Así, este texto pseudodistópico toma lo sucedido durante el gobierno macrista para imaginar una solución ante la ausencia del Estado.
En esta clave poética y divertida, la obra toca una interseccionalidad que suele sorprender a los más binarios: hay varones trans que también son maricas. ¿¡Cómo!? Exclamarán lxs desprevenidxs. Claro, a grandes rasgos, la identidad de género (cómo nos identificamos) y la orientación sexual (cómo y a quiénes deseamos) son dos cosas distintas y pueden tener múltiples combinaciones, devenires y derroteros. Nuestro Testovampiro elige diseminar sus ataques entre sus objetos de deseo, varones gays jóvenes que, en su mayoría, no han salido del clóset.
Él era un chico buenmozo
sabía romper corazones
viriles o maricones
tenía levante por Grindr
capaz se sacaba el binder
con certeza los calzones
él disfrutaba, alienado
vampírico vaciamiento
sin ningún remordimiento
hallaba un doble placer
por un lado el de coger
y el hormonal suplemento.
Tradicionalmente, los textos de la gauchesca argentina tuvieron por escritores a intelectuales que emulaban la voz del gaucho e intentaban reponer la imagen de este personaje y construirlo desde la distancia letrada y de clase. En este caso, el Testovampiro está versado por Fausto Hernández, un alterego que reúne la escritura colectiva de cuatro varones trans. Aquí, las aventuras están narradas por quienes sí pueden hablar de su experiencia e, incluso, ficcionalizarla con desparpajo. A Fausto Hernández lo componen los poetas gaita nihil, Neu, Gonzalo Ray Duca y Julián Chacón. Logran, en esta escritura a ocho manos, combinar las habilidades poéticas de cada uno para dejarnos succionar un texto que desborda de delicias y que disputa el lugar de escritura hegemónico androcentrista.
Vampitesto somos todos
puede que sea cualquiera
aunque uno solo juera
si tocan a uno, nos tocan
a todos y nos provocan
a absorber de la güevera.
¡Que viva el Testovampiro!
Compañero no se rinda
si la vida no es linda
recurra a la expropiación
está cerca la expiación
de sentir culpa prescinda
que acá afuera somos muchos
extendiéndole la mano
que el camino no es llano
para una existencia justa
si sus actos les disgusta
que moleste como grano.
Sobre el autor o los autores
Fausto Hernández es un poeta cis reconocido por su poesía en versos octosílabos de rima consonante. Está conformado por:
Neu: Nació en CABA en 1989. Cursó sus estudios en el sistema público. En 2015, comenzó a editar fanzines de poesía y política. En 2019, publicó Cisma por puntos suspensivos ediciones.
Julián Chacón: Nació en la primavera del 88 en Olavarría. Actualmente, reside en CABA y desarrolla diferentes disciplinas artísticas en su productora audiovisual Euforia Productora.
Gonzalo Ray Duca: Nació en Buenos Aires un 30 de abril. Publicó Animal de descarga en 2020, por puntos suspensivos ediciones.
gaita nihil: Nació a fines de 1980. Publicó Tiempos tempestuosos (2015, milena cacerola), NIHIL (2017, puntos suspensivos ediciones), Simón (2019, puntos suspensivos ediciones) y Esta vez no (2022, puntos suspensivos ediciones).
Sobre la editorial
puntos suspensivos ediciones es una editorial independiente y autogestiva radicada en Buenos Aires, llevada adelante por los poetas y militantes trans gaita nihil y Mateo Diosque.
Desde hace años, editan a personas/compañerxs/amigxs del colectivo LGBTIQ+, especialmente, estos últimos tiempos, a personas trans*/travestis/no binaries. Las obras que componen el extenso catálogo difunden las problemáticas que exponen los feminismos/transfeminismos en forma de poesía, ensayos y novelas. Desde este lugar, reivindican el derecho al arte y al conocimiento, y pelean día a día por el acceso de todxs quienes crean que el arte es una casa/trinchera donde quepamos todxs.
*Por Vir del Mar para La tinta / Imagen de portada: puntos suspensivos ediciones.
