Enero a pata: Reserva Natural La Quebrada
El verano es una buena época para ponerse las zapas y salir de aventura. Conocer lugares escondidos, cambiar de aire y mover el cuerpo son alta opción. En Río Ceballos, pasando el dique La Quebrada, podés encontrar dos tesoritos de Sierras Chicas para descubrir a pata y en un solo día. En esta nota, te contamos cómo llegar a las cascadas de Los Hornillos y Los Cóndores, y sumamos unos tips trekkineros para el recorrido.
Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta
Es enero y es tiempo de descansar un rato, transpirar, respirar. Buscar arroyos, mojarse las patas, fijar la vitamina D bajo el sol. Leer un libro, tomar mates eternamente. Sobre gustos y descanso, no hay nada escrito. Lo que sí, la naturaleza es siempre buena opción.
Muy cerquita de Córdoba, por la ruta E53, se encuentra la localidad de Río Ceballos. Además de su anfiteatro que llena de música todas las noches de verano a la ciudad, tiene el dique La Quebrada en la reserva natural que lleva el mismo nombre. Es posible llegar en bici, auto o bondis (que te dejan abajo del paredón del dique) luego de atravesar toda la ciudad sierrachiquense.
La Reserva Hídrica Natural Parque La Quebrada tiene una extensión de 4.200 hectáreas aproximadamente, la mayoría son privadas, pero la zona del dique y alrededores pertenece al Estado. Fue creada en 1987 con el objetivo de proteger la cuenca y asegurar la provisión de agua para el dique. Está bañada por tres arroyos: Los Guindos, Los Hornillos y Colanchanga. Todos diferentes, pero súper recomendados para conocer y cuidar.
Visitar la reserva es una linda oportunidad para hacer reconocimiento de flora nativa; tala, molle, algarrobo, romerillo son algunos de los arbolitos que podés cruzarte por los senderos. Aunque, en algunas partes, abundan los siempreverde y grateus, exóticos que vienen plagando la zona.
Si buscás unas horas de relax, este lugar te convida con el canto de horneros y zorzales. Es importante caminar con atención y solo por los senderos demarcados, ya que podés cruzarte alguna culebra o yarará que baja a tomar agua de los arroyos. Y, de más está decir, los animales son los dueños de casa; si te cruzás con alguno, dejalo pasar, no lo molestes.
El dique La Quebrada es un gran espejo de agua y protagonista de la reserva. Aquí, se pueden hacer deportes acuáticos, pero no está permitido el uso de embarcaciones a motor, sí podés aventurarte a remar. Este embalse es el punto de partida hacia las cascadas.
Para llegar a la Cascada de Los Hornillos, hay que tomar el camino que se abre a la izquierda del dique. Es posible hacerlo en auto hasta donde el camino acaba y comienza un sendero que baja al arroyo Los Hornillos. Lo que queda es seguir este curso que alimenta el dique. Es decir, la caminata empieza en la desembocadura del arroyo y hay que remontarlo. Tomar la caminata como un juego es una buena idea; en muchas oportunidades, habrá que saltar piedras de un lado al otro y, si bien el sendero está bastante marcado, no hay que apartarse demasiado del agua. Después de una hora y media de caminar, la cascada de 10 metros se hace sentir y se anticipa con sus sonidos. Es hora de sacarse el calor, chapuzón, picnic y descansar que, por donde llegaste, habrá que volver.
Para llegar a la Cascada de Los Cóndores, hay que tomar el camino que se abre a la derecha del paredón del dique La Quebrada. Este nos conduce a Colanchanga, un paraje pequeño atravesado por el arroyo que lleva su nombre. El recorrido es una linda oportunidad para divisar el embalse desde otra perspectiva y capturar imágenes preciosas. Llegando a Colanchanga, es posible dejar los vehículos pasando el segundo vado, aunque también se puede caminar o ir en bici. Desde ese punto, hace falta saltar piedras y seguir el arroyo hacia arriba. Esta caminata es algo más extensa y compleja que el sendero a Los Hornillos. No está muy señalizado y, en algunas partes, es necesario trepar piedras un poco altas. De todas maneras, es posible de hacer, incluso, con infancias, se trata de encontrar el propio ritmo y, sobre todo, disfrutar el recorrido. Serán poco más de 4 km por el arroyo hasta llegar a la cascada de 12 m de altura que descansa sobre una olla bien profunda de agua fresca. A su alrededor, espacio y sombra para recargar las pilas y regresar.
Es importante que nunca te agarre la noche sin haber regresado al punto de partida. O que, si así lo elegís, preveas linternas. De todas maneras, ambas propuestas incluyen muchos cruces por cursos de agua, entonces está bueno hacerlas de día. En el caso de Los Hornillos, vas a encontrar espacios lindos para poner la carpa y quedarte una noche. Siempre con la regla de no hacer fuego, llevar agua potable y provisiones.
Recomendaciones de siempre, pero que nunca están de más
Llevate tu agua, traé tu basura (colillas de cigarrillos, cáscaras de frutas y yerba, aunque orgánicas, también son residuos y tienen que volver con vos).
Llevá provisiones, gorra, protector solar puesto (y para reponer cada dos horas) y unas buenas zapas de montaña o deportivas con suela que no resbale y amortigüe el andar entre piedras. Caminá con atención, disfrutando el paisaje, pero concentradx, la naturaleza se respeta.
Por lo general, estaremos en zonas de riesgo, por lo que es importante no salirse de los senderos marcados. Aunque parezca una recomendación de más, NO se puede hacer fuego.
Distancia desde Córdoba: 35 km.
Tiempo de marcha estimado a Cascada Los Hornillos: 1 h 30 min (6 km).
Complejidad: Baja a moderada. Se puede llegar con infancias.
Tiempo de marcha estimado a Cascada Los Cóndores: 2 h (5 km).
Complejidad: Moderada.
Recomendaciones de equipo: Mochila liviana con agua y comida. Zapatillas aptas, gorra, protector solar, lentes de sol, abrigo, bolsa para residuos.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Télam.
