#ReseñaTrava: hacerse una con el monte o nunca dejar de serlo
“Tautea”, de Camila Vázquez, es un poemario que nos invita a adentrarnos a la espesura del monte para encontrarnos con la maravilla de lo innombrable. Un libro de Agua Viva, editado en 2022.
Por Vir del Mar para La tinta
El verano arrecia en Córdoba como una premonición: será, seguramente, insoportable. Nadie se fue de vacaciones aún y todxs (podamos o no) bullimos en el deseo de huir del cemento y las responsabilidades. Una animalidad se nos despierta con el sudor, una necesidad de huida que, como un zorro, tautea para anunciarse, para no pasar inadvertida. Pensé en este libro porque, para mí, en una madrugada de calor y humedad rosarina, fue un respiro.
Tautea es una invocación, un altar hecho de ramas, pelajes y palabras. ¿A quién llama Camila Vázquez con sus versos? ¿A quién y con quién habla mientras hace ese ejercicio (ella dirá belleza o amor) inútil de domesticar la ausencia? Este libro nos propone adentrarnos a la espesura del monte y ser observadorxs atentxs. Diría, incluso, que, más que observar, la idea es ser el monte: la zarza, la presa, el trayecto del río.
Quiero llamarte de alguna forma. Un nombre que no necesitás, pero una llave para traerte, una llave que yo necesito. Ceniza de incendio y arena clara. Flora quemada, floración. Verde, agua, más agua. Prolífico hasta en el veneno: acogés las plantas que matan tus plantas. Maleza también tiene lugar en vos. Confusa maleza, aniquila y entrega igual su fruto dulce y su espina y se hace arbusto impenetrable. Irradiar, prender, arder. Suavidad y aspereza: estados sin medidas claras. Monte, mansalva.
Camila nos propone cuatro puntos cardinales en este mapa o croquis de fauna y flora: afluentes, floración, el acecho y animalia. Una pensaría que, para atravesar un territorio, es necesario moverse, pero los poemas parecerían indicarnos lo contrario. Para ser monte, hay que aletargar el movimiento y ahondar la quietud. Solo así es posible avanzar. Solo así es posible anidar en su misterio. Un misterio que la escritora parece conocer a la perfección y que está guardado en sus palabras.
eremita
manzanilla es quizás
a flor preferida de las abejas
no hay rastros
de panales cercanos pero
rezagada absorbe lavanda
de cerca
este ejemplar es distinto
de los ordinarios
no tiene aguijón
no da hijas
ningún abejorro la asiste
especialistas afirman
que pasa toda primavera
en busca de aceite puro
el sueño de las abejas solitarias
es libar desde la flor
el centro de la tierra
¿Podemos decir que Camila Vázquez es una Mary Oliver en otro territorio y en otro tiempo? Podemos, no solo por ese vínculo con la naturaleza, sino también por el pensamiento asombrado que nos ofrece generosamente. Estos poemas hablan desde la maravilla, intentan nombrarla aún cuando ese contacto es inasible, incluso cuando “el secreto es la crueldad”, nos murmuran como un río la existencia contundente de todo lo bello.
querida amiga
¿qué hiciste para restituir
la ternura de los días? ¿qué hiciste
con tu quietud?
¿tuviste miedo de enloquecer?
quisiera decir
amiga ahora soy como un árbol
tengo su entereza y aunque nadie lo sabe
debajo mío hay raíces
palabras que no hacen ruido
no aturden
acepto el silencio largo
su germinación
pronto vendrán mis brotes
todos van agradecer
mi oxígeno en primavera
mi resguardo del calor
amiga ¿qué es la sabiduría?
¿cómo hiciste para ser
menos torpe? me desdigo
yo no me parezco al árbol
no sé estar quieta
no sé esperar
me moví frenética
para no dejarle lugar a la nostalgia
a la compasión
amiga
¿qué es la paz con una misma?
tal vez no sepa qué es
pero sé
cómo espantar esos gorriones
cómo ahuyentar la esperanza
y en ese
mi presente continuo
tal vez me parezca un poco al árbol
Sobre Camila Vázquez
Nació en Rosario en 1994. Es profesora y licenciada en Lengua y Literatura. Trabaja como docente en escuelas secundarias y talleres literarios. Coordina el espacio Casa de Poesía (Río Cuarto). Publicó los poemarios Las mujeres que esperan (Elemento Disruptivo, 2019) y Yeguariza (Kintsugi, 2020). Integra las antologías Flotar y Campo (Camalore, 2020 y 2022); Amenaza y maravilla (Gog y Magog, 2022); y Poetas argentinas 1981-2000 (Ediciones Del Dock, 2022). Recibió el Premio Poesía de la Bienal Arte Joven de Buenos Aires 2021-2022. Escribe para La Marea y milita en el Colectivo Glauce Baldovin.
Sobre Agua Viva
Agua viva nació en 2019, entre Buenos Aires y Paraná. Es una editorial de poesía y narrativa fundada en el deseo de trabajar con autorxs actuales de diferentes provincias de Argentina y otros países de habla hispana, tanto nóveles como con una mayor trayectoria. Tienen también más de una veintena de producciones fotográficas y audiovisuales gratuitas, pensadas con el objetivo de difundir y pensar la palabra y las imágenes poéticas. Nos cuentan que hacen los libros que desean leer y los que les gustaría que otrxs conozcan.
*Por Vir del Mar para La tinta / Imagen de portada: Gastón Malgieri.