Año “electoral» en China y el liderazgo de Xi Jinping

Año “electoral» en China y el liderazgo de Xi Jinping
3 agosto, 2022 por Gonzalo Fiore Viani

Xi Jinping se encuentra en la búsqueda de un tercer mandato consecutivo, algo inédito en la historia reciente de su país. Quién es Xi, el líder chino con mayor poder concentrado sobre sí mismo.

Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta

En China, este año se está atravesando lo más cercano que tiene el gigante asiático a lo que en occidente se conoce como un “año electoral”. Xi se encuentra en la búsqueda de un tercer mandato consecutivo, algo inédito en la historia reciente del país, convirtiéndose en el primer mandatario desde Deng Xiaoping en concentrar tanto poder dentro del Partido. Esta situación presiona a ambas partes a mantenerse firmes dentro de sus intereses, sin posibilidad de mostrar debilidad hacia adentro de sus respectivos países. 

Por estas horas, pocos dudan de que Xi conseguirá su tan ansiado tercer mandato de cinco años, asegurando, así, su permanencia en el máximo poder chino hasta, por lo menos, 2027. Muchos analistas temen que, con este Xi fortalecido, las ansias de recuperar Taiwán para la población china se profundicen. En un contexto donde el mundo ya atraviesa una guerra de gran magnitud que involucra a una potencia como Rusia, no sería nada descabellado que algo así pueda volver a suceder teniendo a China como protagonista. Aunque, en este caso, todo indica, las consecuencias globales serían aún mayores. 

Pero, ¿quién es Xi? Ingeniero químico de formación universitaria, Xi ha demostrado en numerosas ocasiones su pasión por la literatura. No es poco común que sus discursos estén llenos de referencias de obras, ya sea de ficción como de no ficción. La propaganda oficial del Partido Comunista Chino muestra a Xi como un hombre de letras, culto, que es capaz de charlar de igual a igual con las mejores mentes de su generación y que se siente cómodo en compañía tanto de la élite empresarial mundial como de los más pobres campesinos del interior profundo chino. Aunque, como en toda construcción de cualquier personaje público, pueden existir exageraciones, la verdadera forma de ser del presidente no se encuentra muy alejada de esto. Desde muy joven, debió afrontar adversidades poco imaginables para un político de élite. 

Xi-Jinping-china-presidente-2

Durante la Revolución Cultural comandada por Mao Zedong, su padre, hasta entonces un importante dirigente comunista desde los primeros tiempos de la Revolución del 49, fue víctima de las purgas maoístas a comienzos de los 60. Su castigo fue el despojo de todos sus cargos y el envío a re-educarse al interior del país. Durante esos años, Xi quedó solo, con 13 años, con su educación formal suspendida debido a los guardias rojos que irrumpían en los colegios para re-educar a los profesores. De adolescente, aprendió a construir presas, reparar carreteras y transportar estiércol. Compartió una cama llena de pulgas con otros tres jóvenes. Uno de ellos, Lu Housheng, le contó a la BBC en 2017: «Todo lo que teníamos para comer en esa época era avena, hierbas y bollos cocidos al vapor. Cuando tienes hambre, no te importa lo que comes». Lu recuerda a Xi, ya en aquellos años, como «un lector voraz» y «un fumador empedernido», que leía todo lo que llegaba a sus manos ayudado por una lámpara de querosén en su cueva.

A pesar de lo que le sucedió a su padre, a los 18 años decidió unirse a la Liga de la Juventud Comunista. Tuvieron que pasar algunos años de intentos infructuosos y rechazos debido al pasado familiar, hasta que finalmente, a los 21, logró unirse al Partido Comunista. Cuando cumplió 25, su padre, que ya había logrado la “rehabilitación política”, se convirtió en gobernador de la provincia de Guangdong, vecina de Hong Kong y uno de los motores económicos en el crecimiento chino. Su ascenso dentro del Partido no paró más y fue meteórico. Quienes lo conocieron de joven aseguran que nunca ocultó sus ambiciones de llegar a lo más alto de la estructura de poder china. A su vez, en su conducta privada, siempre cultivó un perfil muy bajo, poco se conoce de su vida personal. Actualmente, está casado en segundas nupcias con Peng Liyuan, una reconocida cantante china que había alcanzado la fama mucho antes que él.

Cuando estuvo en Cuba, por ejemplo, visitó uno de los más míticos bares de La Habana, El Floridita, lugar frecuentado por uno de sus escritores preferidos, Ernest Hemingway. Xi, contó a los medios, quería conocer los lugares donde el estadounidense vivió mientras escribía El viejo y el mar, una de sus novelas preferidas. Por eso, también se acercó a Cojimar, una zona humilde de pescadores en La Habana, donde el también autor de Adiós a las armas y Por quién doblan las campanas confraternizaba diariamente con los lugareños. Hemingway mismo no estuvo exento de las luchas políticas de su tiempo. Participó como soldado en la Primera Guerra Mundial y como reportero en la Segunda; también en la Guerra Civil Española. Y si bien solo se encontraron personalmente una vez, tenía en alta estima a Fidel Castro.

Xi-Jinping-china-presidente
(Imagen: Selim Chtayti / Pool / AFP)

En Francia, citó en sus discursos a Maupassant, Moliere y Stendhal. Rojo y Negro, la obra maestra de este último, es uno de sus libros preferidos; gusto que comparte con su par francés, Emmanuel Macron, otro presidente a quien le gusta mostrarse como como ávido lector. Cuando viaja a Rusia, en sus discursos allí, cita a los grandes de la literatura de ese país: Tolstoi, Dovstoevski, Gogol o Pushkin. Otra de sus obras más leídas, según él mismo ha dicho, es Guerra y Paz, de Tolstoi. En un encuentro con la por entonces canciller alemana, Angela Merkel, le contó que en una ocasión hizo 30 kilómetros a pie, en medio de la China rural, para pedirle prestado a un amigo el «Fausto», de Goethe. Allí confesó que en realidad no lo entendió demasiado, ante las risas cómplices de la alemana, que le aseguró que no debía preocuparse, pues ni siquiera los alemanes entienden demasiado a Goethe.

Si hay algo claro respecto de la elusiva figura de Xi Jinping es que se trata del líder chino con mayor poder concentrado sobre sí mismo desde los tiempos de Deng Xiaoping o, incluso, como aseguran algunos analistas, de Mao Zedong. A tal punto llega esto que su pensamiento fue incluido en la Constitución del gigante asiático, junto a la de los dos líderes comunistas mencionados anteriormente. En un contexto global tan cambiante como impredecible, esto es fundamental, no solo para Xi, sino para la consolidación del poder tanto hacia adentro como hacia afuera del Partido Comunista de China. No es casual que, justo ahora, en este contexto mundial, la República Popular vuelva a tener a un líder político que concentra prácticamente la suma del poder público. El tiempo dirá si su gobierno queda en la historia de China al mismo nivel que el de los de Mao y, sobre todo, de Deng. Por lo pronto, todo parece indicar que va en ese camino.

*Por Gonzalo Fiore Viani para La tinta / Imagen de portada: Li Xuren / Xinhua News.

Palabras claves: China, elecciones, Xi Jinping

Compartir: