Flor de Laburo, cooperativa de alquimias

Flor de Laburo, cooperativa de alquimias
10 junio, 2022 por Inés Domínguez Cuaglia

Casi sobre Circunvalación, ahí donde parece que todo se divide, funciona una nueva cooperativa constituida, en su mayoría, por feminidades. Se dedican a la producción y reproducción de plantines para huertas, aromáticas y flores. Cuentan con una gran plantación de peperina y elaboran productos de cosmética natural. Este fin de semana están de feria.

Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta

Una lloradita y a seguir, dicen por ahí. Es viernes al mediodía, salí de análisis. 

Ya tenemos todo listo. Equipo de foto y batería para grabar. 

Hace unas cuantas semanas, entramos en contacto, gracias a las redes que tejemos y nos sostienen, con la Coope Flor de Laburo. Hoy, les vamos a conocer.

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Tomamos circunvalación y ya estamos en El Tropezón. Esa zona de la ciudad que divide un adentro de un afuera. El desvío para ir a Carlos Paz o a La Calera. También la zona que marca tantas desigualdades. La periferia, le dicen quienes gustan de las categorías.

Nos recibe Matías Jaimovich, coordinador del equipo. 

Estamos en lo que podría ser un patio de domingo en familia; música, risas y el olorcito a sobremesa. Enseguida nos comparten su mundo. Entramos a un microclima, de amorosidad, respeto y mucho trabajo colectivo, mediados por un esquejero, un invernadero y el laboratorio.

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos-7
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

El olorcito mezclado, burro, peperina, menta y cedrón, me abrazan cálidamente y, gracias a la memoria emotiva, esos olores me traen recuerdos de cuidado y cariño. Calor de hogar en invierno, soluciones sin industria, esas alquimias que sucedían en nuestros hogares o en los de nuestras abuelas. Tal vez, para lxs integrantes de la coope, estos olores se ligan al compañerismo, al trabajar de manera horizontal y, sobre todo, a lucha. En este mundo, en esta ciudad y en este momento histórico, lograr encuentros y vincularse por fuera de las lógicas de mercado es un hecho revolucionario.

No tardan en acercarse ellas, las que tienen entre sus manos “Flor de Laburo”.


Flor de Laburo es un proyecto que se transforma en cooperativa durante la pandemia. Nace en la Fundación La Morera, organización social creada en el año 2007. Desarrolla proyectos educativos y culturales en articulación con programas del Estado en El Tropezón, El Sauce y La Toma. 


Cuentan desde la fundación que, durante el año 2018, las personas coordinadoras de diferentes proyectos educativos y culturales para niñxs y adolescentes recibieron la demanda de jóvenes y principalmente de las madres que participaban de la organización de generar algún tipo de actividad que les brindara excedentes económicos para sumar a las economías familiares. Entonces comenzaron un trabajo de diagnóstico e indagación acerca de cuáles podrían ser las propuestas, en función de las potencialidades emergentes de conocimientos y deseos como así también de los recursos. 


“De este proceso de diagnóstico, aparece y reaparece el significante, la re-significación, de la palabra planta. Plantas para perfumar, adornar, comer o vender”, explican desde La Morera y recuerdan que “para mitad del año 2019, el proyecto ya contaba con un grupo estable de 15 participantes y un equipo coordinador que se reunía de manera semanal, un SUM y un invernadero con riego automático, un incipiente mecanismo de capacitación-aprendizaje y de producción de plantines. Los resultados alcanzaron aproximadamente 300 plantines por semana y un pequeño circuito de comercialización. La producción anual logró 15.000 plantines. Flor de Laburo”.


Como toda iniciativa en territorio, el trabajo en colectivo siempre tiene sus desvíos, eventualidades no planificadas que generan nuevas oportunidades, así nombran desde Flor de Laburo a todo lo que se fue generando a partir de aquellas primeras plantas. Hoy, producen plantines de verduras de estación, flores aromáticas y autóctonos. Pero también tienen una gran plantación de peperina en articulación con Molvento (cerca del Dique Los Molinos), donde realizan desde la separación de las semillas en adelante y completan el proceso con la extracción de aceites y elaboración de hidrolatos y jabones.

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos-4
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Mientras visitamos la fundación, vamos conociendo a parte del equipo técnico, un agrónomo y un biólogo (Ing. Carloni y Dr. Benavidez) acompañan al psicólogo Matías Jaimovich, quien coordina todo lo que se va generando. 

Entramos al laboratorio. “Acá se produce la alquimia”, dice Jaimovich, mientras nos muestra un destilador y todos los productos que están fabricando: hidrolatos que usan para hacer brumas, jabones, aceites esenciales de burro, peperina, ciprés, cedrón, lavanda, romero. Nos cuentan cómo reciclan el agua y que están pensando en nuevos formatos de packaging para eliminar el plástico. Comparten con nosotrxs la preocupación en torno a cómo comercializar lo que hacen, cómo entrar a circuitos de venta y categorizarse en el mercado sin morir en el intento o renunciar a las convicciones que sostienen. Por ahora, participan de ferias y también venden en redes sociales.

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos-5
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Más allá de lo que se produce en Flor de Laburo, aquí el proceso es más profundo. Son en su mayoría feminidades las que integran la cooperativa y están aprendiendo, además de cuestiones técnicas relacionadas con los productos en sí, lógicas nuevas de trabajo. Esa es la mayor riqueza. 


“Se ha logrado complejizar un proceso que lleva tiempo, una lógica cooperativa que es nueva para la mayoría de lxs que participan. Tener espacios de discusión, espacios asamblearios donde podés entender que vos sos tan dueñx como el otro de lo que está pasando, eso es muy nuevo. Lo pensamos así como un proceso en el que siempre vamos avanzando y donde, si hay conflictos, pueda trabajarse desde la palabra. Tener un espacio de discusión con la otra, el otro. Todo esto es parte de desarrollar un espacio cooperativo”, dice el Lic. Jaimovich.


Pienso, con mis mañas de docente, en términos del impacto que tiene este proyecto para quienes trabajan en Flor de Laburo. Sobre esto, Matías Jaimovich dice que “hay respuestas muy fascinantes. Mientras estamos haciendo plantines, alguien te dice: ‘Yo estoy acá porque me hace bien, porque me permite no estar pensando en los problemas de mi casa’”, a la vez que reflexiona sobre lo saludable que es para estas mujeres trabajar en el detalle y la concentración que requiere la siembra. “Un viaje terapéutico, más lo significativo de la experiencia con otras, con la tierra, con salir de Córdoba”, agrega. Todo esto es, sin duda, lo que genera en ellas un cambio de perspectiva en sus rutinas, un rato de salirse de los lugares cotidianos o, más bien, hacer cotidiano este espacio con nuevas lógicas. 

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos-6
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Afuera del laboratorio hay una biblioteca, mesa y varios sillones, todo invita a la ronda, el mate ya circula. Están conversando sobre un taller de huerta que van a brindar a familias de la zona. Hay unas 80 huertas familiares que nacieron gracias a los plantines que aquí se producen. Y ahora recibieron la demanda de asesorar a lxs vecinxs sobre cuestiones técnicas. “Estamos creciendo”, me dice Magalí, integrante de la cooperativa. La misma que se emociona al recibirnos, nos va contando todo lo que hacen y agrega: “Cuando empezamos, hacíamos de todo para hacer la moneda. Pan casero, comprábamos plantas y revendíamos, después empezamos a tener nuestras plantas”.

Son muchxs haciendo algo inmenso, que quedo con esa sensación.

¿Mate cocido o té? ¿Mate cocido o té?

Aquí se respira hogar, pava al fuego, mesa grande.

Explican una forma horizontal en la división del trabajo diario. “Llegamos, desayunamos. Siempre hay unx o dos que se encargan del desayuno, de tener la pava de agua caliente, eso es lindo. Tenemos tareas anotadas según el día y dividimos. Cada unx elige ocupar el espacio que quiera y sienta. Antes, veníamos y no sabíamos qué hacer. Después, la propuesta fue sentarnos todas las mañanas antes de arrancar a dividir tareas según lo que había que hacer. Todxs aportamos”, dicen.

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos-3
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

Nos cuentan que están aprendiendo a trabajar en el laboratorio. “Lo más interesante es que estamos manejando herramientas de laboratorio para hacer los aceites, envasarlos, con exactitud e higiene, atención y concentración”, rescata uno de los participantes, quien, entre risas, sintetiza el comienzo de cada jornada con la frase: “¿Mate cocido o té?”, que suena en forma de canto ante sus compañerxs. “Somos re poquitos varones acá, las compañeras están activando una banda de cosas para la comunidad y para su vida. Hay mucho cuidado. Es fortalecedor ese cuidado y el trato que tenemos en Flor de Laburo”, agrega.

Peperina, plantita maestra y sustento

Unx de ellxs me muestra una semilla de peperina, yo, tan chica de departamento, nunca había visto una. Lxs citadinxs como yo no solemos dimensionar estas cosas…


A la peperina, planta maestra de nuestra comunidad, la íbamos a recolectar a La Calera y la vendíamos. La primera vez, trajimos una banda, sacamos montones de semillas. Le hacíamos daño a la plantita esa, pero era un gran recurso, íbamos en bici y traíamos para vender en el semáforo. También juntábamos menta, cedrón, burro. Cuando encontramos la semilla de peperina, fue muy maravilloso”, recuerdan.


Las feminidades sostenemos gran parte o muchas veces toda la economía familiar. Hemos sido desde siempre las encargadas del alimento y las tareas de cuidado, de leer los ciclos propios y los de la naturaleza para hacer crecer plantas para alimentar y curar también. Sabemos de alquimias muy desde lo profundo de nuestro ser, del té de tilo para descansar o de la manzanilla para la digestión. Miel con limón me daba mamá y mi abuela, bicarbonato con agua tibia.

cooperativa-Flor-Laburo-mujeres-plantines-yuyos-2
(Imagen: Fernando Bordón para La tinta)

En Flor de Laburo, recientemente cooperativa, sistematizan los saberes ancestrales, suman tecnologías y son red de trabajo colectivo.

Podés acercarte este sábado 10 de junio desde las 10 de la mañana a comprar toda su magia.

“Seguimos sosteniendo este espacio, producimos plantines, aceites, jabones. Cuando comprás, ayudás a sostener las huertas familiares. Estás bancando soberanía alimentaria, soberanía villera de alimentos. Nosotrxs generamos autosustento”, afirman en la mesa redonda, con el mate en mano, proyectando miles.

Todxs invitadxs. Feria en Flor. 

Sábado 11 de junio. 10 horas.

Casa Morera. Peralta y Tejeda 176. El Tropezón.

*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Fernando Bordón para La tinta.

Palabras claves:

Compartir: